Capitulo Ocho

1.1K 111 3
                                    

Mix pasó los siguientes días con Earth, visitando Corfú. Inicialmente a él no le gustaba la idea de ir a los lugares más turísticos por temor a que la gente o algún periodista los identificara, pero Mix ansiaba ver los lugares más hermosos de la isla que él consideraba su hogar. Comían a diario en pintorescos restaurantes locales y paseaban por las antiguas calles, visitando los museos arqueológicos, las galerías de arte e iglesias, como la espectacular San Sypridion. También subieron al magnífico monte Pantokrator, la montaña más alta de la isla. 

Al volver de allí, Mix vio una tienda de antigüedades. 

–¿Podemos entrar? –preguntó. 

–Claro. 

En cuanto entraron, Mix tuvo la sensación de respirar siglos de historia.

Recorrió la tienda, deteniéndose para tomar y estudiar los objetos que llamaban su atención. Mientras Earth estaba ocupado hablando por teléfono, él vio en un estante un ajado joyero de terciopelo azul junto a una colección de monedas antiguas. Probablemente se trataba más de un objeto viejo que de un tesoro, pero a Mix le encantó. Tenía cerradura, pero faltaba la llave, y cuando Mix levantó la tapa no pudo evitar pensar en la persona que había guardado en él sus joyas. Lo cerró y lo devolvió al estante. No era nada caro, pero no llevaba dinero encima y suponía que Earth no querría comprar algo tan poco sofisticado. 

–¿Por qué elegiste vivir en Corfú? –preguntó un poco más tarde, mientras tomaban un café–. Tu familia no es de aquí, ¿no? 

Earth removió el café. 

–No, pero a mí me gustó desde la primera vez que me trajeron mis padres de vacaciones cuando era pequeño, antes de que se divorciaran. 

–¿Fueron felices alguna vez? 

Los labios de Earth dibujaron una curva descendente. 

–No. Mi padre no estaba preparado para casarse; tampoco lo está ahora, para serte sincero. Pero la tradición en Grecia es que para tener un matrimonio feliz, los padres den la bendición a la persona con la que vas a casarte. Mis abuelos paternos conocían a mi madre y dieron su aprobación. 

–¿Fue un matrimonio concertado? 

–No exactamente. Mi padre hizo creer a mi madre que la amaba, y una vez le puso la alianza en el dedo, empezó a tener un affaire tras otro. 

Mix frunció el ceño. 

–Pero ¿ella lo amaba? 

Earth lo miró con tristeza. 

–Por poco tiempo. Aunque tardó años en convencerlo de que le concediera el divorcio. Para evitar que sus padres lo culparan del fracaso de su matrimonio, mi padre se inventó todo tipo de mentiras y convirtió la vida de mi madre en un infierno. 

–Y, por lo que me has dicho, también la tuya –dijo Mix –. ¿Lo ves mucho actualmente? 

Earth desplazó la taza a un lado. 

–No. Todo el contacto que tengo con él es una tarjeta por Navidad y por su cumpleaños. 

–¿Y el Día del Padre? 

Earth le dedicó una expresiva mirada.

–No he encontrado una con el mensaje adecuado. Eres un padre espantoso, no suele estar disponible.

Mix no pudo contener una risita. 

–Y yo que pensaba que mi madre era un desastre. En realidad no lo es;                                                       solo un poco irritante a veces, pero no es mala –frunció el ceño y continuó–. Espero que no te avergüence en la boda. No te importará que venga, ¿no? Sé que has dicho que quieres una ceremonia discreta, y me temo que mi madre no tiene nada de discreta, pero me gustaría que estuviera presente.

Deseo sin control - Earth MixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora