4. Arctic

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La vuelta a casa fue rápida y calmada, Olivia casi se dió de bruces contra el suelo, pero por suerte, la morena estuvo allí para agarrarla. De alguna forma, consiguieron evadir las preguntas acerca del papel.

Volvieron a ver al gato y decidieron llamarle Arctic, por el grupo favorito de Alex, Artic Monkeys, aunque Olivia quería llamarlo galleta, pero ya que habían conseguido entrar en el instituto, la pelirroja no tenía mucho derecho a llevarles la contraria.
Nadie se lo quedó, pero acordaron darle de comer y ver si podían darlo a una asociación de animales.

Alex se dirigía al instituto, obviamente con su monopatín. El cielo estaba despejado y no hacía especialmente frío. Pensaba sobre el día anterior. Hoy habían quedado a las cinco con Damian, para finalmente darle el tan desesperanzador papel. Nick y ella acordaron en no decirle nada acerca del incidente con la profesora, no sabrían cuál sería su reacción exacta. Él tenía una personalidad un tanto fuerte para algunas ocasiones y para otras, simplemente actuaba con normalidad y relajado.

La fachada del instituto la sacó de sus pensamientos, había llegado muy pronto, no tardó en ver al rubio, hablando con Mike, a pesar de salir pronto, siempre llegaba tarde a los sitios.

Su amigo la vio y la saludó - Venga, no tardes - Gritó llevándose la atención de los alumnos. El castaño le dió un codazo, su tutora estaba en la puerta.

El corazón de Alex comenzó a latir con mucha velocidad, miró su reloj mientras aceleraba su paso, quedaba un minuto para las 8, la profesora no le toleraría ni una, ya se lo advirtió.
Así que corrió, esquivando a todos los estudiantes, saltando alcorques y adoquines del suelo descolocados. Un niño se tropezó delante de ella, pero eso no le impediría tener una falta en su expediente. Lo saltó. En el aire, el miedo invadió su interior, no le gustaban especialmente los niños, pero tampoco los quería lastimar. Llegó a las escaleras del instituto justo cuando la alarma sonó. Respiraba pesadamente. La profesora la miraba con decepción (decepción de no poder ponerle una falta) .

Una vez dentro del aula, se sentó en su sitio y sonrió victoriosamente mientras reía y trataba de controlar su respiración.

Sintió un golpe en sus costillas.

- ¿De que te ríes? - Preguntó genuina Olivia.

La morena señaló a su tutora, que acababa de entrar en la clase. - Llegaba tarde y he conseguido entrar a la hora, así que no me ha podido poner una falta.

La pelirroja arqueó una ceja, como si ese "logro" no fuese demasiado importante.

Indignada, Alex se volteó para sacar sus cuadernos y material escolar, mientras su amiga pelirroja la observaba con curiosidad. A pesar de todo, aún quería saber el contenido del papel.

La clase comenzó y leyeron textos e hicieron ejercicios. A la morena nunca le gustó ni se le dió bien esta asignatura, si aprobaba era porque se esforzaba bastante en contentar a su madre, a su padre le daban igual las notas que sacase, lo importante para él eran los valores de su hija y como tratase a otras personas.
Comenzó a pensar en él, en todos los recuerdos buenos de su padre, cuando jugaban a peleas, cuándo él le hacía ahogadillas en la piscina...

Sin darse cuenta, cada vez ejercía más fuerza en el bolígrafo, haciendo que la tinta saliese con más rapidez y abundancia.

Y explotó.

La tinta se desparramó por el cuaderno, antes se podían diferenciar las palabras escritas en azul, ahora todo se había juntado y las fechas de las batallas más importantes y las muertes de sus coroneles habían desaparecido por completo, volviéndose todo un mar de color azul oscuro y espeso.

Rodando Hasta Tu Corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora