9. Kate

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Acababa de dejar el amplificador en el suelo y ya estaba cansada.

Estaban organizándolo todo en el escenario.
Podía parecer pequeño a vista de otras personas, pero para los tres amigos era perfecto, era su oportunidad para brillar y dar a conocer su música a otras personas.

La morena había ido una innumerable cantidad de veces a aquel bar con su padre, pero no muchas veces había visto el escenario activo. Alguna vez había actuado algún grupo, o había cantado alguien, pero de forma puntual y sin mucha preparación.

El dueño del bar se llamaba Billy, un hombre muy amable y gentil. Era lo que se podría considerar un hombre mayor, pero no por ello amargado. Era todo lo contrario, en cuanto Damian le sugirió hacer un evento en su bar él se vio por la labor, y animó a los jóvenes a hacerlo más seguido.

- Eh Alex. - la llamó el rubio desde el fondo del escenario -. Ven a ayudarme con esto.

Nick estaba sujetando el mural a duras penas. Había conseguido colgarlo, pero parecía que sus esfuerzos habían sido en vano, se había soltado al segundo.

El mural no tenía mucho misterio, tenía el nombre de su banda pintado en morado y todo estaba en mayúsculas.

La morena se subió en una escalera metálica para sujetar la esquina superior y volver a engancharla.

- Ya está. - bajó con precaución. La escalera hacía un ruido raro -. Que ganas tengo de lo de esta noche. - lo dijo con un tono tranquilo, reprimiendo su ansia por gritar y hacerle saber a todo el mundo que iba a celebrar la mejor fiesta de la ciudad.

- Hablas con demasiada calma. - intervino Damian, dejando el altavoz en el suelo -. Casi no pareces tú. - sonrió cruzándose de brazos -.
Muchas veces, adivinaba los pensamientos de la gente, era su don.

- Estoy muy feliz por ello. - la morena se apoyó en la escalera -. es solo que quiero ahorrar energía para esta noche.

- Yo - exhaló Nick mientras se apoyaba en sus rodillas -. ya he gastado toda mi energía con el maldito cartel. - se estiró haciendo crujir su espalda -. la próxima vez encargaos vosotros de eso - señaló el mural con desprecio.

- Oh vamos, si eres nuestro mejor pintor - bromeó Damian mientras le rodeaba por el cuello con su brazo y le revolvía el pelo de forma amistosa.

...

Olivia se colocaba la falda una y otra vez frente al espejo.
Por algún motivo estaba realmente nerviosa por el evento de la noche.

Sabía que iba a estar el grupo entero, pero sentía como si únicamente se retocarse una y otra vez por un único motivo.
Y ese motivo tenía nombre.

Tres golpes en la puerta la sacaron de sus pensamientos.

- ¿Interrumpo? - entró al cuarto Mike, no tardando mucho en tirarse a la cama para ver como ella peleaba con su ropa.

- ¿Crees que esta falda me queda bien? - preguntó Olivia sin despegar la vista del espejo.

- A ti todo te queda bien. - informó su hermano con una sonrisa -. ¿Y qué tal yo? - se levantó para acomodarse la ropa que llevaba.

- Pues bien, supongo, no sé, siempre llevas la misma ropa.

El castaño frunció el ceño y entrecerró los ojos.

- Bien, te queda genial. - rectificó Olivia -. el estilo que siempre llevas te queda muy bien.

- Voy a ignorar el hecho de que has insultado mi forma de vestir. He venido para decirte que nos fuésemos ya. - se miró el reloj -. Vamos un poco tarde.

Rodando Hasta Tu Corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora