Satoru Naruto, hijo de Minato Gojo y Kushina Uzumaki, se verá obligado a crecer rápidamente siendo cabeza actual de su clan y el más prestigioso de todo el mundo.
Pero algo de el no está conforme, no consigo mismo, con el Mundo.
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5 años después.
Cinco años transcurrieron desde la derrota de naruto a manos de stella vermillion, años que para la chica no fueron los mejores.
Devido a que el último Gojo con vida estaba sellado en el muken, no había un equilibrio mundial, y eso se vio por los constantes apariciones de maldiciones al rededor del mundo.
Pero, afortunadamente ya no se habitaban muchas de ellas, las ciudades prosperaron rápidamente, teniendo nueva tecnología y nuevos cambios modernos.
El mundo prosperó mucho, pero algo que mantenía inquieto a los nuevos kages de sus aldeas era el echo de que las maldiciones eran cada vez menos.
Algo extraño, debido a que ellas se alimentan y se crean de las emociones negativas de las personas, llevaban una investigación a cargo de Shikaku nara e inoichi yamanaka, para que redujeran cual era el motivo de las desapariciones de las maldiciones.
Las familias shinomiya y nakiri también expandieron sus negocios, los nakiri al ser aún más reconocidos mundialmente, y los shinomiya por las grandes empresas y centros comerciales que tenían en propiedad.
...
Pasos pequeños Resonaban en un apartamento lujoso y cómodo, risitas y murmullos se oían por los pasillos.
Mientras que pasos más profundos se escuchaban aún más, una mujer con traje de maid se encontraba buscando a su víctima.
Abriendo un armario, lo único que encontró fue ropa lujosa, cerrando el armario fijo su vista en la cama que había en la habitación donde se encontraba.
Agachado su vista observo que no había nada debajo de la cama, levantándose escuchó un pequeño ruido en otra habitación.
"Sin duda es igual a su padre cuando era de niño" - murmuró para si misma la mujer con una sonrisa, esta mujer no era más ni nada menos que grayfia lucifuge, que ahora convivía con marin kitagawa.
Dirigiéndose a la habitación del menor, la peliplata habito la puerta, y se dirigió a un ropero, al abrirlo diviso una cabellera rosada con un gorro puesto en su cabeza.
El menor la miro con un puchero tierno, mientras que la maid solo la miro con una sonrisa.
"Mooo... onee-sama eso no es justo" - dijo una niña de cabello rosado y ojos verdes.
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