Prólogo

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El frío viento despeino la lacia cabellera del castaño mientras trataba de llegar al estúpido lago que había visto en el folleto. Llevaba dos semanas en el campamento y lo único que le habían enseñado era cómo hacer nudos con cuerdas, y revolcarse en el lodo (cosas qué el había aprendido a hacer desde que tenía 9 años). Y mañana por fin regresaría a su casa junto con otros idiotas que habían venido para tener una "aventura salvaje en el bosque", hasta ahora era él más decepcionante campamento había al cual había asistido y eso era Realmente triste ya que también era al último al qué iría puesto que ya era mayor de edad.
Así que decidío tomar por su cuenta la búsqueda de diversión...

Y aún no había encontrado el jodido lago.

El castaño maldijo entre dientes cuando una rama casi le hizo perder el equilibrio, pero aún si continuó con su pequeña búsqueda.
Caminó entre varios árboles, guiándose de una pequeña vereda que supuso llevaba a algún lugar, y en serio esperaba que fuera aquel fabuloso lago.
La noche estaba cayendo y no había ni un rayo de sol en el cielo pero la vista aún era clara. Louis aprovecho para admirar el bello color del cielo, era un azul realmente bello, de esos que solo encuentras en el campo, no como los de la ciudad, llenos de smog.

- ¿Qué haces aquí mocoso? - una voz profunda interrumpió su admiración

Louis se giró para ver a quien pertenecía esa voz profunda que lo interrumpió y allí se encontraba un chico que recordaba haber visto entre los nerds del campamento: su pelo era rizado y poseía unos impresionantes ojos verdes, casi parecidos a un par de esmeraldas. Vestía unos jeans raídos y una camiseta de manga larga, pero lo que le llamo más la atención fue la sonrisa felina en su rostro y los hoyuelos que se le marcaban en las mejillas.

- Intento encontrar el lago - se encogió de hombros y comenzó a caminar ignorando al chico, que había comenzado a caminar detrás de él.

- Te perderás - El tono de voz del rizado estaba lleno de diversión y eso molesto al castaño.

- Pues ese será mi problema - Se limitó a murmurar sarcásticamente.

- Vamos mocoso, no seas terco, te perderás.

- Deja de llamarme mocoso, idiota - Louis aceleró el paso con la esperanza de perder al idiota ese.

- Como sea - El rizado alcanzó su paso - insisto que te vas a perder, porque el camino para el lago está hacia allá - señalo hacia la derecha llamando su atención.

- ¿En serio? - Louis se detuvo de golpe, tal vez si se estaba portando como un mocoso. El tipo tal vez solo quería ayudarlo - bueno, gracias.

- No te preocupes - la sonrisa que no había desaparecido de su rostro hasta ese momento se hizo más grande - Yo también voy hacia allá, si no te molesta podemos ir juntos así no nos perdemos... Porque si te das cuenta, está cayendo la noche y nunca se sabe que bestias salvajes se ocultan en la oscuridad .

- Da igual, solo guarda silencio - respondió toscamente mientras caminaba hacía el camino que le había indicado el rizado.

- Bien - Respondió guardando las manos en sus bolsillos y limitándose a seguir en silencio al castaño.

El cielo que hace unos minutos era aún claro, ahora era totalmente oscuro, y el único sonido que reinaba en ese lugar era el cantar de los grillos y las pisadas de Louis y el rizado.
Pasaron cerca de 10 minutos en los que caminaron sin ver rastro de aquel lago y Louis comenzó a preocuparse.
¿Qué si aquel desconocido lo había llevado hasta ahí para matarlo y cortarlo en pedacitos?
¿Por qué siquiera le había permitido que lo acompañara?
Miro de reojo a sus espaldas y notó que el chico lo seguía perdido en sus pensamientos mirando a nada en específico.

- ¿Estás bien? - Preguntó el castaño más que nada por cortesía y para asegurarse que aquel rizado no era un asesino en serie.

- ¿humm? - El rizado miro confundido al castaño - si estoy bien, no te preocupes niño.

- Mi nombre es...

- Mira ahí está el lago - señaló el chico interrumpiéndolo - ¡Venga!, vamos a darnos un chapuzón.

- ¿Qué? ¿Estás loco? - Alegó el castaño confundido.

- ¿Lo estás tú?  ¿A que otra cosa se viene a un lago si no es a nadar? - Se echó a correr cerca de la orilla.

- No soy idiota, sé a que se viene a un lago - Respondió Louis indignado mientras se cruzaba de brazos.

El rizado enarco una ceja, mientras se desabrochaba los pantalones y miraba a Louis.
¿Qué tan loco seria meterse a nadar con un extraño en plena noche?
A la mierda, él había venido a refrescarse y nada arruinaría eso.
Corrió alcanzando al rizado para después imitarlo desabrochando sus vaqueros y después sacarse la playera, al mismo tiempo que se sentía intimidado por la mirada verdosa del otro. Para cuando ambos terminaron en bóxers, sin dudarlo dos veces se metieron de un chapuzón al agua.
Louis no espero dos veces y comenzó a explorar en la profundidad de aquel glorioso lago. Mientras tanto el rizado lo observaba a través del clara agua.

- Hey niño te pondrás como una pasita - la voz profunda de aquel rizado llego a sus oídos en cuanto salió a la superficie unos segundos para tomar aire.

- ¿Tú no piensas nadar un poco? - Le animó el castaño al notar que llevaban cerca de media hora ahí y el chico solo se había dedicado a remojarse el cuerpo.

- La verdad es que no sé nadar - el chico sonrió de nuevo con esa sonrisa felina haciendo que sus hoyuelos reaparecieran en sus mejillas.

El castaño rió ante ese dato y nadó cerca de él.

- Mentiroso - Louis salpico al rizado - tienes como 18 años ¿y no sabes nadar?

- Así es - Y el chico también lo salpico.

Y así comenzaron una pelea de chapoteos y risas, hasta que la mano del rizado rodeo la pequeña cintura del castaño hundiéndolo por unos segundos en la profunda agua, haciendo que por inercia éste se pescara a su cuerpo como un pequeño mono araña haciendo que el rizado riera profundamente.

- Eres un niño miedoso - se burló pasando ambos brazos por la cintura del castaño para mantenerlo aún más cerca de su cuerpo.

- Eres un extraño idiota. Pensé que me ahogarías .

- Yo nunca ahogaría a alguien tan lindo como tú.

Y con esa frase se dio cuenta de la forma en que sus cuerpos estaban entrelazados; el rizado acaricio con su nariz el hueco entre el hombro y el cuello del castaño, haciendo que éste se estremeciera.

- ¿Qué haces? - Louis murmuró mientras trataba de alejarse.

- Solo experimentemos un rato niño - lo sujeto con más fuerza contra él.

Y entonces lo besó...

H - ||Larry Stylinson|| (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora