Douluo Dalu: Tengo las habilidades de otros personajes

Capítulo 30: Comienza el entrenamiento de comprensión

"¿Qué es lo que falta?", Yun se pregunto, mirando el filo de su espada. La estaba sosteniendo paralela al suelo mientras arrugaba un poco la frente. Era la primera vez que se sentía confundido con su progreso, incluso con su espíritu marcial. Anteriormente, siempre se guío con los manuales que gano por medio del sistema, pero esto tenía ver totalmente con él.

Ya había llegado al nivel cuarenta, pero no quería avanzar y absorber un cuarto anillo espiritual, por lo menos no hasta que pueda llegar a la etapa del alma de la espada. El [Manual de la espada mística] te enseñaba a formar el alma de la espada dentro del mar espiritual, pero tenía que hacerse con la comprensión que poseías. Yun se podía considerar un muy buen espadachín, con una comprensión bastante buena. Pero incluso con eso, no podía estar completamente tranquilo.

Sentía que se había atascado y que se había topado con una muralla. Era un sentimiento extraño para él, que nunca había tenido problemas con su entrenamiento.

Y mientras caminaba por el bosque del atardecer, pensaba en todo lo que había vivido hasta ahora. Ser rechazado por su propia familia, despertar el sistema, entrenar, fortalecerse, comprender la espada y el alma, ser aceptado como discípulo de Chen Xin, y otras cosas más. A lo largo de sus catorce años de vida en este mundo, era la primera vez que se encontraba atrapado, y no le gustaba eso.

Por un lado, estaba ese sentimiento, pero por otro lado, estaba la sensación de que realmente podía traspasar esa pared que lo había detenido, pero algo lo detenía. Era similar a la sensación de tener una palabra en la punta de la lengua, pero no poder decirla. O sentir picazón, pero no poder rascarse.

Era molesto, hasta el punto de sentir un poco de enojo.

 Yun miro hacía atrás, observando la sangre y cuerpos de bestias espirituales que había dejado. Los cuerpos de diferentes bestias con sus anillos sobre ellos, habían dejado un rastro sangriento.

"No hay dudas en mi forma de luchar. Así es como debería ser. Una espada para matar. Una espada para proteger. Todo es lo mismo. Pero, aún así... ", Yun murmuro, para solo terminar apretando los dientes. Sus ojos miraron la sangre y cuerpos sin vida de las bestias antes de soltar un suspiro cansado.

"Tengo que calmarme. El enojo no resolverá nada".

Decidiendo relajarse un poco, Yun se abrió paso por el bosque, corriendo ligeramente mientras estaba atento por cualquier ataque sorpresa. Cuando llego a un pequeño claro, decidió descansar sobre la rama gruesa de un gran árbol mientras abría el sistema.

Había reunido mucho dinero gracias a la venta de su libro sobre el concepto del alma. Y por si no fuera poco, también recibió una gran cantidad de dinero por parte del Emperador de Heaven Dou. Ning Fengzhi se lo había llevado, junto a una invitación para visitar el palacio, pero había rechazado eso último. Todavía no quería tratar con el emperador, nobles y todo lo que conllevaba esas cosas.

Cerrando sus ojos por un momento, activo el gacha con sus pensamientos. Las luces giraron y cambiaron a cada momento. Yun simplemente miraba tranquilamente. Ya no sentía la necesidad de ponerse nervioso con el gacha. Tenía el dinero suficiente para desperdiciarlo muchas veces, así que no era problema que el tocaran cosas malas.

Cuando las luces blancas y azules aparecieron en la ventana del sistema, Yun abrió las descripciones de los objetos. Tenía dos objetos de categoría rara, el resto solo eran cosas inútiles, como cuchillos, bolsas de dulces y herramientas.

[Flor de sangre: una flor roja de cinco pétales. Hace que la sangre de un practicante se vuelva más fuerte y vigorosa, resultando en un aumento de fuerza.]

[Campo de doce banderas protectoras: un conjunto de banderas que crean una formación de protección. Al usarla, las bestias espirituales debajo de cien mil años, no se acercaran, al igual que maestros espirituales debajo del rango titulado douluo]

Yun levantó una ceja ante la segunda recompensa rara; era una formación, algo que no existía en el mundo, por lo menos no ahora mismo. Pero resultaba útil, sobre todo ahora, cuando necesitaba reflexionar.

. . .

Luego de descansar un poco, Yun se dirigió hacía la gran montaña. Era la única montaña que se podía ver, y se alzaba a grandes alturas. Y si miraras desde abajo, notarías que la cima quedaba a un lado de la hermosa luna.

Yun subió sin demasiados problemas y busco una cueva, donde pudiera quedarse sin molestar o ser molestado demasiado. Era un hueco a un lado de la montaña, quizás lo suficiente como para que dos personas pudieran pasar sin problemas. Y solo tenía unos cinco metros de profundidad.

Saco las banderas y las posiciono en un círculo. Cada bandera, de color amarillo, soltó un brillo antes de volver a la normalidad. Yun no sintió nada anormal en el centro, pero sabía que funcionaban, así que libero su espíritu marcial y se sentó en posición de loto, con su espada flor de ciruelo sobre su regazo.

No sabía que le faltaba actualmente, no sabía que es lo que no estaba entendiendo, pero tenía el objetivo de entender, de comprender lo que faltaba. No se rendiría tan fácilmente, no después de haber llegado tan lejos. El camino del cultivo y el dao, era arduo, y se tenía que dar ciertos pasos con cuidado. Incluso si tenía un sistema que lo podría ayudar, no quería depender demasiado de eso. Necesitaba comprender las cosas por si mismo; llegar al final de camino con sus propias manos y pies. No tendría sentido de otro modo, no para él.

Por eso, comenzó con la meditación. No para cultivar su energía interna, sino para pensar en si mismo. Las cosas que tenía, y también las que no tenía. 

Yun no entrenaba para obtener reconocimiento de todos, por lo menos, no ahora mismo. No necesitaba tal cosa. Entrenaba para volverse más fuerte, para vivir y protegerse. Para alcanzar y descubrir cosas que otros no. Para ver que había más allá de este mundo.

Pensando en estas cosas, Yun inhalo lentamente, luego exhalo, y repitió ese proceso unas cuantas veces. Ahora era tiempo de repasar todo su conocimiento, para romper la barrera que detenía su progreso.

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