El deshielo de la escarcha - Thorki -

3.

Loki se había retirado temprano a su habitación. El cansancio del viaje había comenzado y, aunque no le gustaba que nadie señalara el hecho de que se cansaba más que la mayoría, era mucho más joven y pequeño que los otros ocupantes del salón. Se había cambiado su túnica formal y se había acurrucado en su cama obscenamente grande para leer el libro que había dejado antes de su viaje y al que deseaba volver.

Llamaron suavemente a su puerta. Loki resopló una orden para que entraran sin dejar su libro.

—Su nuevo esclavo está listo, mi lord, usted dijo que deseaba verlo tan pronto como estuviera... —el sirviente se apagó, inseguro de si había hecho lo correcto molestando al príncipe. Se sabía que su padre había desterrado a los sirvientes por mucho menos que interrumpirlo. Pero parecía haber hecho lo correcto, ya que Loki saltó de la cama, olvidando todo el cansancio anterior.

—¡Si, si, si! ¡Tráelo y luego vete!

El esclavo apareció. A primera vista, Loki sabía que no había cometido ningún error en su compra. Solo podía adivinar cuánto tiempo les había llevado a las criadas fregar y tallar para eliminar la suciedad espesa, pero sus esfuerzos habían tenido éxito. Había valido la pena. La piel dorada con la que Loki había estado tan cautivado parecía tan suave como el mármol bajo la tenue luz de su habitación y el cabello del hombre, que había sido recogido en una coleta, brillaba como la seda.

Según las instrucciones, su vello facial se había afeitado para revelar una mandíbula fuerte y unos labios suaves y de color rosa pálido. Vestía una túnica simple de sirviente, que era bastante aburrida, pero le quedaba extremadamente bien y siempre podía cambiarse fácilmente por algo más acorde a los gustos de Loki. Su rostro era inexpresivo, al igual que en el puesto, pero su complexión parecía más saludable. Se puso de pie bastante rígido, con los brazos colgando sueltos a los costados, pero parecía que podría saltar a la vida en cualquier momento. Loki captó la vista con avidez y luego aplaudió, riéndose alegremente.

—Oh sí, eres completamente perfecto —se deslizó hacia adelante y suavemente posó una mano sobre su pecho duro, alisando los músculos horribles de su brazo. Fue una sensación extraña sentir la piel que irradiaba calor, incluso a través de una capa de ropa. Loki sintió el pulso de la sangre bombear bajo la piel del hombre y levantó su otra mano para colocarla sobre su corazón, en la fuente misma de esa vida. Se sintió mareado por el poder y la emoción. Levantó la vista hacia la cara del hombre que permaneció mirando pasivamente a la pared opuesta, sin verse afectado por el toque de Loki. No podía esperar para exhibir su nuevo premio por el palacio mañana, para mostrar a todos qué belleza poseía.

—Mi lord, esto fue encontrado con él —el criado dio un paso adelante, tendiendo un colgante de piedra lisa, con forma de cruz al revés, con una fina cuerda atada. Loki extendió la mano y la tomó, girándola en su palma, y encontró runas talladas en ella. Los leyó, pronunciando la palabra que deletreaban antes de decirla en voz alta.

—¿Thor? ¿Ese es tu nombre? —preguntó Loki, volviendo a mirar la cara del esclavo. El hombre no respondió en voz alta, solo un pequeño asentimiento. El criado se retiró antes de cerrar la puerta. Loki estaba entusiasmado por saber todo lo que había que saber sobre su nuevo juguete. Pero no podía parecer tan ansioso; tenía que mostrarle al hombre que estaba a cargo, o ¿de qué otra forma le pediría respeto?

La mayoría de los esclavos en puestos como el que Thor estaba eran criminales, desterrados de su propio reino. Loki estaba ansioso por saber cuan peligroso realmente era este.

—¿Puedes hablar? — preguntó. Thor comenzó a asentir antes de detenerse.

—Sí —su voz era áspera y profunda y envió una emoción por la columna de Loki.

—Una vez visité Asgard cuando era solo un niño, ya sabes —comenzó Loki suavemente. Su familia había visitado el reino dorado durante los primeros días de paz después de la Gran Guerra entre los dos reinos. Todo lo que Loki podía recordar de los eventos era un hombre con un ojo dorado que lo había aterrorizado, con quien se vio obligado a ser amable. Estaba muy complacido cuando regresó a casa. Pero Loki estaba decidido a no mostrar nada de esto a este Aesir. Esperaba formar algún tipo de relación con el esclavo al compartir esta información antes de hacer más preguntas, pero sus palabras no fueron respondidas.

—Por supuesto, yo era demasiado joven para recordar mucho, pero recuerdo que era un reino hermoso, con abundancia de oro y rojo; a tu reino le encantan esos colores.

Todavía nada. Loki pensó que tal vez esos recuerdos podrían ser dolorosos para volver a visitar, por lo que cambió de táctica.

—El vendedor me dijo que solo habías estado en el puesto por poco tiempo. Tuve la suerte de haberte visto tan rápido, de lo contrario, alguien más podría haberte arrebatado por debajo de mi nariz —Loki mostró su sonrisa más encantadora, mirando tímidamente a Thor por debajo de sus pestañas. Era una mirada que había aprendido que podía derretir los corazones de incluso los visitantes más fríos.

—Buena suerte —murmuró el esclavo, hablando muy suavemente, como si no estuviera acostumbrado a tener la capacidad de hacerlo. Loki se impacientó con las bromas, porque especialmente su precioso encanto aparentemente se desperdiciaba en esta criatura, y avanzó a su interrogatorio.

—¿Qué circunstancias te llevaron a estar en un puesto de esclavos? — preguntó, su tono gentil olvidado.

—No me acuerdo.

—¿Cuál era tu posición en Asgard antes de ser esclavo?

—No me acuerdo.

Loki dio un resoplido de angustia.

—Puede ser útil que me digas qué recuerdas exactamente —espetó—. Y debes referirte a mí como 'mi lord' o 'mi príncipe' cuando te dirijas a mí. ¡Al menos ten la decencia de recordar eso! —hubo una pausa y Thor bajó la vista de la pared del fondo para mirar el suelo delante de él.

—No recuerdo nada —comenzó en el mismo tono apagado—. Los dueños del puesto me encontraron en los planos desiertos de este reino sin nada a mi nombre y sin ningún recuerdo de cómo llegué allí o de mi vida antes... Todo lo que sé es de mi tiempo con ellos y mi vida como un esclavo —hizo una pausa—. Mi príncipe —agregó.

—Eso no importa —dijo, con un tono repugnantemente dulce sobre su voz. Se acercó a Thor, alzó una mano para acunar el rostro recién alisado y lo alzó para que finalmente se encontrase con sus propios ojos. Por primera vez esa noche, Thor miró a Loki, y Loki sintió que su corazón latía más rápido en su pecho. Le enseñaría a esta criatura a adorarlo.

—Tu casa está aquí ahora y yo soy todo el mundo que necesitas saber.

Estoy segura de que esto va para largo. Llevamos 11 páginas de 60. Espero lo estén disfrutando.

Bye que bye.

Ojalá pueda actualizar el miércoles.