Capitulo 9

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CAPITULO 9

Al llegar los Guardias, Cleit entregó los documentos, uno de los guerreros los examinó el otro se fijó a Jules y le dijo: - una pregunta. ¿Tu eres Jules? - Jules se lo quedó mirando y le contestó: - ¿Yo no puedo pasar? - El guerrero le dijo: - Ah no no. No te preocupes, tengo un obsequio para ti del Rey Throm. Ahora te lo traigo.- Jules le dijo: - Vale, esperaremos aquí.- Cleit giró la cara hacia Jules y le dijo: - Parece que le has gustado al Rey. - Al regresar el guerrero le dio un objeto envuelto en una trozo de tela, al abrirlo Jules vio que era una Daga con un mango de color verde esmeralda con bordados dorados, parecían de oro, en la zona de la hoja era acabada en punta con marcas de carbón en color negro que salían de la empuñadura hacia la punta y grabado el nombre de "Archerys" en la hoja. Jules se emocionó tanto que le dio las gracias al guerrero, este le dijo: - Espera que también tienes una carta es para ti. Buen viaje a la capital, espero que puedas aprender mucho. - Jules le volvió a dar las gracias, se subieron en la plataforma para entrar oficialmente en el Reino de Humbryn. Mientras iban subiendo Jules miraba hacia el horizonte visualizando una vez más el paisaje desde arriba del Reino de Tasynia, quería recordar de donde venia ya que durante un cierto tiempo no lo volvería a ver. Cuando estaban llegando arriba Jules se giró, pero antes de darse la vuelta desde el aire un pájaro grande parecido le empezó a chillar, se fijó que era parecido al pájaro que vino de visita a su casa así que pensó que era una despedida y alzó la mano para devolverle el gesto. Mientras se despedía él gritó: - ¡PRONTO NOS VEREMOS AMIGO!- Cleit y Simon se giraron de golpe, al ver al pájaro sonrieron. Cleit le dijo a Jules: - Tranquilo no es un adiós para siempre. - Jules le contestó: - Siento nostalgia de mi familia. Lograré ser el mejor por vosotros.- al llegar se subieron al carruaje y Simon le dijo a Jules: - !Bienvenido al Reino de Humbryn!- Jules alzó la vista y se emocionó. Mientras iban de camino Jules empezó a fijarse en el paisaje y en las casas de los poblados. Se notaba la diferencia de los reinos, el de Tasynia era mas verde, había más vegetación, las casas se parecían mas a la edad media de madera y piedra. Las casas de los poblados de aquí eran de metal, como si fueran mas modernas, aunque el clima era más caluroso, apenas habían ríos, el agua lo sacaban de los pozos, todo venía del subsuelo. También cambiaba la vestimenta de la gente, llevaban unas túnicas de colores claros, pensó que era normal por el tipo de clima que había. Al parar en una taberna de un poblado, Cleit le dijo a Jules que debería de cambiarse de ropa, ya que lo veía sudar mucho así podría ir más ligero y poder aguantar el calor. Jules entró en el carruaje por la parte de atrás para cambiarse, cuando terminó bajó de el y les dijo a los dos: - ¡Que diferencia! Ahora no tengo tanta calor, voy muy fresco. Muchas gracias Cleit. - Cleit se lo quedó mirando y le dijo: - Me alegra que te guste, no dispongo de otro color o modelo. - Jules le dijo: - No te preocupes Maestro. El color azul claro es mi favorito y éstos bordados dorados me encantan. Lo que no entiendo es porque siendo una tela gruesa no tengo calor.- Cleit le contestó: - Porque está encantada con magia. Alivia el calor, el frío, etc. - Jules al escuchar eso le dijo: - ¿Se puede encantar la ropa?- Cleit le dijo: - En la antigüedad no sabían como combatir el calor y el frío. La tasa de muerte que había era imposible de bajar, así que unos hechiceros con mucho poder idearon una forma de dar magia a la ropa para poder ayudar a los ciudadanos. Lo malo que muy poca gente sabe hacer éste tipo de trabajos y no todos los magos lo pueden hacer. Es un trabajo muy codiciado y muchos que lo saben hacer este tipo de trabajos se aprovechan. - Jules entendió y le dijo: - Espero conocer ha alguien para que no me cobre tanto en cuanto me vaya de aventuras. Gracias por la información Cleit, tengo hambre. ¿Entramos?- Cleit, Simon y Jules entraron a descansar y a comer algo. En cuanto tenían todo lo necesario para ir a Portaven se subieron al carruaje e iniciaron el viaje. Pasaron dos días y llegaron a la capital del Reino de Humbryn. Antes de entrar dentro había un control de entrada a la ciudad. Cuando le tocaron a ellos hacer el registro, Simon le dijo a Jules: - ¿Jovencito Jules, podría acercarse hacer el registro?- Jules se dio cuenta que había cambiado la forma de dirigirse a él, así que aparir de ahora ya seria todo mucho más diferente. Al acercarse al Guardia de la puerta le dijo: - Hola, un gusto hablar con usted.- El Guardia le preguntó: - Hola muchacho. ¿Me podrías decir tu nombre, apellido y de donde vienes?- Jules le contestó: - Me llamo Jules Nyles, vengo de un pueblo del Este llamado Pricas del Reino de Tasynia.- El guardia pegó un grito e hizo una reverencia. - ¿Has dicho Nyles? Lo siento mucho por mi ignorancia. Sigan por favor. Grek, móntate en mi caballo y los escoltas hasta el palacio real, por favor. - Jules se sorprendió por la actitud del Guardia, se subió al carruaje de nuevo y el guardia agarró el caballo y los escoltó hasta el palacio. Al subirse Jules le preguntó a Cleit: - A partir de ahora va a ser siempre así? Me refiero que se dirijan de esa manera a la hora de hablarme.- Cleit le dijo: - Apitar de ahora tendrás que acostumbrarte a ésto. Si tienes que salir del palacio será con guardias, todo el mundo te va a conocer si vives en el palacio. - Jules bajó la cabeza pensando que era justo lo que él no quería, le gustaba ser anónimo como antes. Al llegar al palacio, se bajaron del carruaje, se dirigieron hacia la puerta principal, al entrar dentro lo recibieron los empleados del Rey, los acompañaron hacia el comedor principal, al sentarse esperando a la familia real Cleit le dijo a Jules: - Que te parece todo? Tu primera impresión?- Jules le contestó: - Sinceramente no tengo palabras. Tantos empleados necesita mi tío? Si me tengo que quedar aquí durante un tiempo no quiero tener a nadie que me lo haga todo. - Cleit le dijo: - Lo malo que no puedes eligir, no estás en tu casa. Verás como te acostumbras, aunque te digo una cosa. No pierdas esa humildad que te envuelve. De acuerdo?- Jules sonrió y le contestó: - No te preocupes, no la perderé. -. Los empleados dieron la entrada al Rey, a la Reina y a la princesa. El rey Hym al ver su sobrino se fue directo a él y le dijo: - Madre mía Jules. ¡Cuanto has crecido! Eres igual que mi hermano. ¿Como estás?¿ has tenido un buen viaje?- Jules bajó la cabeza y le dijo: - Bien tío. Un poco movido del viaje y entretenido.- El rey le dijo: - No tienes que bajar la cabeza, estamos en familia. Mira te presento a mi mujer Martha y mi hija Dalya. - Jules alzó la vista, la reina lo miró con una cara desafiante y le giró la cara. Como si le despreciara y no quisiera que estuviese allí. Y la hija se abalanzó hacia Jules y lo abrazó diciendo: - ¡Que gusto conocerte Primo! Por fin alguien de mi edad viviendo en el palacio. - Jules se sonrojó cuando le abrazaron, pero no podía olvidar el gesto que tuvo la reina hacia él. Y dijo: - Un gusto también conocerte prima. - Su tío continuó diciendo: - No te preocupes Jules, tu siéntete como en casa. Ahora Males te enseñará tu habitación, deja tus pertenencias en tu alcoba. De aquí poco la cena estará servida. - Jules siguió a Males hasta si cuarto, al entrar se emocionó tanto. Era prácticamente como la habitación que tenia en su casa. Males al verlo Tan emocionado le dijo: - Viendo su cara me doy cuenta que te gusta la decoración que eligió mi señor. - Jules se giró a Males y le dijo: - Lo ha hecho por mi? Como sabía que era la decoración que quería?- Males le dijo: - El rey quería que te sintieras como en casa y como sabía que echarías de menos tu hogar, quiso tener un gesto contigo. El rey Hym está muy emocionado con tu estancia aquí. Siento dejarle ahora mismo, coloque sus pertenencias y en cuanto esté la cena servida vendré a llamarlo señor. - Jules sonrió de felicidad y le dijo: - Gracias Males. Por cierto entiendo el protocolo de ser cordial en el palacio, pero me gustaría que hicieras algo por mi, cuando es'tes conmigo a solas llámame Jules. Por favor, se lo pido. Al menos eso me haría sentir en casa. - Males sonrió y le dijo: - De acuerdo Jules. Ahora vendré avisarle, un gusto conocerlo. - Males salió por la puerta y dejó solo a Jules en la habitación. Él deshizo las maletas, ordenó la ropa, zapatos, etc. Todo en los armarios. Pensó que viniendo hacia el palacio no se fijó en los edificios, en la ciudad, así que se fue abrir la ventana, ya que estaba en el tercer piso. Al abrirlo le deslumbraron los ojos y poco a poco la imagen empezó a ser más nítida. Al poder ver el paisaje se quedó impresionado, desde las alturas la vista era mucho mejor y más impresionante. Los edificios altos, los negocios, todo eran de color blanco, siempre con su toque dorado y unos cristales extraños en todos los tejados. La verdad parecía que brillaban con intensidad, se preguntaba que eran exactamente esas piedras. En ese momento le tocaron la puerta. Jules preguntó: - Si. Puedes pasar. - Era el Rey Hym. Y le pregunta: - ¿Que tal sobrino? ¿Te gusta como te lo dejé?- Jules contestó: - Es justamente como me hubiera gustado. Muchas gracias tío.- Hym le dijo: - ¿Estás mirando el paisaje?- mientras se iba acercando a su lado. Jules le contestó: - Si. La verdad que viniendo con el carruaje hacia aquí no pude ver nada y quería ver que tal se ve la ciudad desde arriba. Por cierto entiendo porque los edificios y las casas son de color blanco. Pero porque esos cristales brillantes en el techo?- Su tío se lo explicó: - Esos cristales sirven para poder tener luz de noche. Son unos cristales llamados "Solax". Su función es absorber los rayos de luz del Sol durante el día. De día se va almacenando y de noche expulsan la luz hacia dentro. Antes hubieron muchos incendios por culpa del fuego, así que tuvieron que buscar otra forma más segura de hacerlo. Ése invento lo hizo tu abuelo, dijo que lo había visto en otra vida. Cada vez que cuenta algo de éso, le escuchamos y lo dejamos pasar. Él cree en las reencarnaciones. ¿Te lo puedes creer?- Jules se lo miró con una risa haciendo ver que el tampoco creía en eso y le contestó: - Yo tampoco lo creo. - mientras se rascaba la cabeza. Hym le dijo: - Bueno vamos hacia el comedor, le dije a Males que venía yo personalmente a buscarte. Si necesitas algo, dímelo. No quiero verte incomodo de mientras estés aquí. Que sepas una cosa. Yo también soy mago. Uno de los mejores de los tres reinos. Tengo curiosidad de ver de lo que eres capaz. Cleit ya me ha contado el viaje, esa impulsividad hay que frenarla. Aunque hoy no estamos de practicas. Hoy toca cenar, descansar y mañana Cleit empezará tu entrenamiento. No te rindas, pocos aguantan su ritmo. - Jules al escuchar eso le dijo: - ¿Tan duro es? - Su tío le dijo: - Bueno se vuelve un demonio y más cuando tiene su vara en la mano. Pero es la virtud de él, le gusta sacar lo mejor de quién se ocupa. - Jules le dijo: - ¡CON UNA VARA!- Hym le contestó: - No te preocupes, con el tiempo aprenderás a esquivarlo.- dijo riéndose. Al llegar al comedor, Hym le enseñó donde debía sentarse. Llegaron los comensales a repartir la comida en la mesa, todos estaban hablando y preguntando cosas a Jules de su vida en el pueblo. Él estaba tímido y poco podía responder. Cleit estaba a su lado apoyándolo y respondiendo también en alguna que otra pregunta. Al acabar de cenar, Jules se despidió de todos dándoles las buenas noches, pero la reina Martha aún le giraba la cabeza, él no entendía una vez porque se comportaba así con él. Cleit le acompañó a su alcoba, mientras estaban subido las escaleras Jules le preguntó: - Cleit puedo hacerte una pregunta?- Cleit le respondió: - Claro. No hace falta que pidas permiso. - Jules le preguntó: - ¿Porque la mujer de mi tío no me mira a la cara y está tan distante? Mi tío y mi prima son muy simpáticos. - Cleit le dijo: - Verás, no es culpa tuya. Tus tío tienen un hijo mayor, tu prima Dalya es la menor. Aquí hay una tradición, los varones de sangre real son internados en un colegio especial para prodigios y las mujeres se quedan en el reino. Seguramente te mirará así de descortés porque tu puedes estar aquí y su hijo no. - Jules le dijo: - ¿Es un prodigio? ¿Porque yo no voy allí?- Cleit le respondió: - Tu eres el prodigio. Él aún tiene que aprender el nivel que tienes tu. Si fueras allí irías más lento en tu aprendizaje. Por eso estoy yo aquí. Me has demostrado durante el viaje que tienes una madurez anormal para tu edad. Por cierto soy muy duro como maestro, pero los que asisten a mis clases tardan la mitad de tiempo en aprenderlo todo. - Jules se rascó la cabeza pensando el infierno que le tocaría vivir y le dijo: - ¿Es verdad que tienes una vara?- Cleit se sorprendió y le dijo: - ¿Ya te han avisado de mi vara? Sabes tiene nombre. - dijo riéndose. Jules le dijo: - Espera, espera... ¿Le has puesto nombre a éso? ¿Como se llama?- Cleit le contestó: - ¡GLORIA!- Jules le dijo: - ¿Gloria? ¿Es porque da Gloria pegar a tus alumnos?- dijo con ironía.- Cleit le dijo: - ¡Que listo eres! ¿Como lo sabías? Mira te la enseño para que mañana no te pille por sorpresa. - Cleit sacó la vara y en ese instante Jules corrió hacia su habitación gritando: - ¡YA NO PREGUNTO MÁS! Me voy a dormir ya, hasta mañana. - entró en su cuarto, cerró la puerta y se puso a dormir. Cleit después de ver todo eso miró a su vara y le dijo: - Mira Gloria, funcionas hasta fuera de las clases. - dijo riéndose. Al día siguiente Males despertó a Jules, diciéndole que el desayuno le estaba esperando y Cleit también en el comedor. Jules bajó desayunó, luego acompañó a Cleit hacia el patio donde iban a comenzar las clases. Mientras iban de camino Cleit le dijo: - Hablé con tu madre antes de venir aquí. Me dijo que también hacías clases de aprendizaje cultural, idioma y te enseñó algo de aritmética, no?- Jules le dijo: - Si, de momento sé la lengua de los hombres. Aunque también me gustaría aprender el idioma de las bestias y de los demonios. También me enseñó aritmética, dijo que me serviría para cuando me fuera de viaje y así controlar mis gastos. Cleit le dijo: - Perfecto. Porque por las tardes tres días a la semana tendrás clases de aritmética y de idioma. Si quieres aprender los otros dos idiomas pásate por la biblioteca y agarra los libros para aprender en tus ratos libres en tu cuarto. Si necesitas tutores para esas lenguas, lo siento pero no disponemos de personas que sepan esos idiomas. Aunque encontrarás libros con mucha facilidad para aprenderlos. Le diré al bibliotecario que te deje coger los que quieras. Ah se me olvidaba, hoy a la tarde tendrás el buzón mágico para que les entregues las cartas a tus padres y a ésa niña tan mona. Como se llamaba... ¿Venelope?- Jules le contestó: - Si. Venelope. Bueno... igualmente quería pediros si me dejarían la biblioteca para estudiar esos idiomas, también la geografía y los mapas para saber que rutas son mejores a la hora de viajar por los tres reinos. - Al llegar al patio Cleit le dijo que se quedara en ese sitio que él iba al frente suyo separado de él y le dijo: - Bien empecemos. Te voy a enseñar como moverte en un campo de batalla. Tu padre te enseñó el combate cercano para que no tuvieras problemas en el futuro, pero igualmente los magos estamos vendidos si alguien es más experimentado que nosotros o más hábil. Atácame con lo que tengas yo lo esquivaré e intentaré darte. Si llego a darte gano el encuentro. ¿Preparado?- Jules le dijo: - ¿Está seguro Maestro? Voy a ir con todo. - Cleit le contestó: - Tu tranquilo, esperaré a tu movimiento. - Jules se preparó y dijo: - ¡Archer Risk!- de repente unas flechas de tierra fueron directos a Cleit, él a ver que iban hacia él utilizó magia de viento para desplazarse lo más rápido posible, Jules al ver que volaba por el suelo en un momento lo perdió de vista, las flechas de tierra que había invocado iban hacia él, sin percatarse que detrás suyo estaba Cleit, en ese instante escuchó una voz detrás de él que decía: - ¿Has visto que fácil es ponerme detrás tuyo y que recibas tu propio ataque? Acabo de ganarte. - Jules se giró de golpe, Cleit se separó, al girarse otra vez en dirección donde venían las flechas se puso el escudo de agua para protegerse. Al acabar de protegerse de su propio hechizo le dijo: - ¿Como te has movido tan rápido? Es imposible. - Cleit le dijo. Me imagino que ya lo vistes, pero de otra forma. ¿Me equivoco?- Jules recordó su encuentro con Xizzko, como lo veía bajar desde el cielo tan lentamente. Y le dijo: - ¿Como Xizzko?- Cleit le contestó: - Exactamente. Como sabrás los humanos y Bestias no pueden volar. Bueno los que nacen siendo pájaros si pueden volar por sus características. Los magos tenemos una ventaja. Podemos controlar los elementos a nuestro antojo. Lo malo que pocos pueden controlar este tipo de magia. - Jules le interrumpió diciéndole: - El viento. - Cleit le dijo: - Si el viento. Para lanzar-lo te concentras en un solo punto, pero si quieres utilizarlo como movimiento pasivo lo tienes que expulsar desde todo tu cuerpo. Es muy útil cuando lo necesitas para esquivar, tanto de lado derecho al izquierdo, de atrás hacia adelante. Practica lo que acabo de decirte, cuando aprendas éste hechizo pasivo, seguiremos con la lección. Recuerda que tienes que expulsar la magia por todo tu cuerpo. Tu lo tendrás fácil porque no necesitas decir el hechizo, tu haces magia sin recitar los hechizos. Las personas que no tienen éso tardan mucho más en aprenderlo. Enséñame que tan cierto es lo que dijo tu padre de ti. - Jules se emocionó al saber que podía volar como su Maestro y el mago malvado y se puso a practicar. Pasaron los días, poco a poco iba aprendiendo a controlarlo de manera suave, el rey Hym y la princesa Dalya se pasaban a verlo todos los días para ver su progreso. Para él no era nuevo de hacer las practicas por la mañana y por la tarde las clases de estudio. Aparte no era el único que iba, las clases eran con su prima Dalya. Muchas veces tenía que ayudarla con la aritmética y con la gramática le ayudaba ella. Cuando podía iba a la biblioteca a coger los libros de idiomas, geografía, etc. El lenguaje de las bestias se parecía bastante al de los humanos y no le costaba mucho entenderlo ni hablar-lo. El idioma más complicado era el demoníaco, ya que era una gramática mucho más compleja y en las pronunciaciones mucho peor. Le recordaba al idioma Japonés de su mundo. Pasaron dos meses, Jules ya podía mantenerse a una cierta distancia del suelo sin cansarse, veía que cada vez su maná iba creciendo y no se cansaba tanto. Cleit al ver que ya podía mantenerse le dijo: - Prueba a deslizarte hacia la derecha. - Jules al escuchar eso le dijo: - ¿Estás seguro? - Cleit le contestó: - Si. Sino lo probamos nunca avanzaremos. Quiero ver que tan buenos reflejos tienes. Recuerda suelta el hechizo con poca potencia sino te irás directo hacia el muro, no hagas como en la hoguera, no le des tanta potencia. - El rey Hym al escuchar éso le dijo: - Jules ni te se ocurra provocar un desastre como en la hoguera, sino probarás la vara de Cleit.- dijo riéndose. Jules le contestó: - Eso tu anima-me. Bueno. ¿Estáis preparados? - Jules concentró un poco de maná en la mano derecha, de repente empezó a deslizarse poco a poco, muy lentamente y Cleit le dijo: - Vas bien, ahora suelta un poco más. - Al decir éso... Jules se fue directo hacia el muro, antes de que impactara con e'el, con la mano izquierda hizo lo mismo, esquivó el muro y así durante dos veces más. Todos se quedaron con la boca pensando lo rápido que aprendía. Jules al ver que ya dominaba los zigas zagas con el aire, quiso probar de hacerlo hacia arriba y abajo. Quería saber cuanta altitud podía llegar a controlar. Al ver las intenciones de Jules, Cleit le dijo: - Si lo haces, es bajo tu responsabilidad. Como maestro te lo prohíbo, pero como amigo quiero ver hasta donde puedes llegar. - Jules al escucharlo, cerró los ojos se concentró y empezó el espectáculo. Subió a mucha altitud, bajó e hizo lo que quiso. Al descender de los aire, dejó de hacer magia. Todos le felicitaron y le dijeron que no habían visto un progreso así en mucho tiempo. Jules les dijo: - Gracias por los cumplidos, pero... no sabía que haciendo eso me agotaría el maná...- de repente Jules se desmayó del cansancio. Cleit lo agarró en brazos y le dijo: - Descansa Campeón. Hoy lo has hecho muy bien. - Cleit y el rey Hym lo llevaron hacia su habitación. Al salir de ella Hym le dijo a Cleit: - Cuando aprenda todo contigo, luego yo seré su maestro. - Cleit al escuchar eso le dijo: - ¿Le vas a enseñar magia anti-demonio? ¿Estás seguro?- Hym le contestó: - Has visto que en dos meses su maná ha crecido mucho, aparte tiene más maná que yo cuando tenía su edad. Tengo la fe de que él podrá controlarlo a su antojo, si vuelve aparecer otro demonio ya no tendré la misma eficacia que antes. Sabes que hay un precio a pagar por utilizarla. No es una magia que se pueda utilizar siempre. - Cleit le dijo: - Lo sé mi Rey. - los dos se fueron hacia la asamblea de los diputados mientras Jules descansaba. Al día siguiente Jules se despertó hacia el mediodía, se asustó tanto que quiso ir directo a Cleit a disculparse de haberse quedado dormido, su maestro le dijo que no pasaba nada. Era normal que se durmiera ya que el cuerpo necesitaba restaurar todo el maná que había gastado mientras volaba, le dio el día libre a Jules. Jules subió a su habitación para agarrar los libros de la biblioteca y coger otros. Ya que tenía el día libre quería aprovechar para estudiar los idiomas. Al llegar a la biblioteca, estaba Ex el bibliotecario guardando unos libros en la zona demoníaca. Jules se acercó y le dijo: - Hola Ex. Justamente venía a ésta sección a cambiar los libros de lenguaje demoníaco. ¿Tienes la tercera lección?- Ex le dijo: - Espera la tengo por aquí. Ten aquí está. Pero no crees que vas muy rápido, nunca nadie en la vida he visto una persona con tantas ganas de aprender los idiomas. - Jules le contestó: - La verdad es que en éste mundo dan muchas ganas de aprender. - Ex le dijo: - ¿En éste mundo? A veces dices unas cosas más raras... al salir déjame esos libros en la mesa, ahora los guardaré. - Jules le dijo: - ¿Y éste libro que pone "Apéndice de los Demonios"?- Ex le contestó: - Ése libro me lo acaban de entregar. Los de anti-demonios se lo llevaron hace dos semanas. Es un libro que explica como identificarlos y sus puntos débiles. - Jules al escuchar éso le dijo: - ¿Me lo puedo llevar también? - Ex se lo quedó mirando y le dijo: - ¿Para que lo quieres? Bueno no me importa para que, déjalo. Cógelo y en el registro pon tu nombre para saber que te lo has llevado. - Jules le dio las gracias, apuntó los libros que entregaba y los que se llevaba. La verdad que tenía mucho interés de leer ese libro, ya que tuvo la mala experiencia con los lobos semis-demonios. Recordó que le dio a uno en el ojo y se levantó como si nada. Entró en su alcoba y empezó a leerlo. Cuando iba por la mitad del libro hubo un apartado que ponía "Como identificar a un demonio o semi-demonio si no lo aparenta". Le entró curiosidad leerlo. Cuando iba por la última frase... se quedó confuso porque ponía: "La manera más fácil de identificarlo, antes de diseccionar-lo es su olor corporal. Si notas un olor peculiar ha azufre por algún lugar alrededor tuyo hay un demonio." en ese instante recordó su encuentro con Xizzko y el olor que había en ese lugar. Estuvo pensando un momento hasta que gritó en voz alta: - ¡ESPERA! Aparte de los soldados que lo dudo que fueran demonios... estábamos Xizzko y yo. Y si...- Jules salió corriendo hacia la cocina, al llegar estaban las cocineras del palacio, pregunto en donde se encontraba el rey en éste momento, le dijeron que estaba en una reunión con los comandantes en la asamblea. Jules se fue corriendo hacia allí, entró sin llamar a la puerta, el Rey Hym le dijo si se encontraba bien, Jules intentaba coger aire ya que corrió como alma que lleva el diablo. Los comandantes le dijeron que no era sitio para un niño, cuando Jules les dijo: - Acabo de darme cuenta de algo muy importante. - Hym le preguntó: - No puede esperar Jules, estamos de reunión, han habido nuevos ataques pero de momento hemos podido solventarlos sin bajas de población. - Jules le dijo: - No tío. Acabo de darme cuenta que Xizzko es un demonio, por eso era raro que pasara diez años encerrado y siguiera igual de joven. - el rey y los comandantes al escuchar eso gritaron: - ¿Estás seguro?- el rey Hym acompañó a Jules hacia una silla para que cogiera más aire y poder explicarlo. Jules les dijo: - cuando tuve el encuentro con él de repente me vino un olor azufre. Yo pensaba que era normal ya que Tasynia es un reino de minas, pero se intensificaba más cuando más cerca estaba. Lo raro es que estábamos solo él y yo. Lo acabo de leer en un libro que he cogido prestado de la biblioteca. - Hym le contestó: - Ahora todo tiene sentido. ¿Habrá hecho un pacto con el Diablo? - uno de los comandantes dijo: - Bueno ahora que sabemos ése dato, habrá que enviar otro tipo de soldados. ¡Soldado! Busca entre nuestro ejercito que magos pueden utilizar la magia anti-demoníaca. A partir de ahora enviaremos esos especialistas. También habrá que enseñar ese tipo de magia por si las moscas. - el soldado obedeció y salió corriendo de la sala. El rey le dijo: - Sabes que no todo el mundo puede hacer ese tipo de hechizos comandante. Gracias Jules por ése dato. Nos ayudará mucho a partir de ahora. Vete a descansar. Eres un muchacho muy audaz, más adelante nos serás de mucha ayuda. - Jules se repuso y le dijo: - Gracias tío. Espero ver ayudado. A mi también me gustaría aprender ese tipo de magia si es posible. - Hym le dijo: - Más adelante Jules, primero aprende todo de los otros elementos. Descansa sobrino. - pero dentro del tío Hym pensaba... "No sabes el precio que hay que pagar por utilizarla". Jules salió de la asamblea y se dirigió hacia su habitación.

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