Capitulo 20

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CAPITULO 20

Cuando llegaron a la aldea, el mercader paró en la entrada dónde estaban los Guardias. Lyam bajó del carro para pedirles ayuda a llevar a Venelope a la habitación de la taberna. Mientras ella estaba descansando en la cama de la habitación, Jules y Lyam bajaron a comer algo. Cuando estaban sentados Lyam estuvo mirando todo el rato a Jules, estaba pensativo y distante. Al verlo así le preguntó: - ¿Estás bien?- Jules le dijo: - Si, solo estoy preocupado por Venelope. En serio pensaron que por ser sacerdotisa, era la más débil de los tres...- Lyam le dijo: - Eso es bueno. Venelope me ha sorprendido mucho. Es muy fuerte. Cada vez me agrada más, sabiendo que se puede confiar en ella. - Jules le miró y le preguntó: ¿No confiabas en ella antes? - Lyam le contestó: - Si confió en ella. Pero me refería en combate. Pocas veces la he visto luchar. Aunque no se porque, pienso que oculta algo más. ¿Que vamos hacer ahora?- Jules le dijo: - Tengo un mal presentimiento. - Lyam le preguntó: - ¿A que re refieres?- Jules le contestó: - En lo que llevamos de viaje, el mago Xizzko ha enviado a tres para poder acabar con nosotros. Pero no le ha servido. De momento tenemos suerte que hemos podido salir de esos combates. Subestimaron a Venelope, pensando que era la más débil, al principio de todo una de las bestias tu lo mataste. Y también apareció el tercer comandante, Nobus, pero resultó que es bueno y acabó siendo nuestro compañero durante un pequeño periodo de tiempo. - Lyam le preguntó: - ¿Piensas que aparecerá él?- Jules le dijo: - No se. Voy a salir a dar una vuelta tengo que despejarme. Descansa Lyam. Espero que se despierte Venelope en buena forma.- Jules se levantó de la mesa y se dirigió hacia afuera de la taberna. Lyam se quedó terminando la cena en la taberna. Jules se acercó a la entrada de la aldea, uno de los Guardias que hacían la guardia nocturna le saludó y siguió con su trabajo. Jules agarró el silbato que tenía colgado en el cuello y lo hizo sonar. Estuvo esperando unos minutos y apareció Sent desde los cielos aterrizando al lado de él. Sent le dijo: - Hola Jules. ¿Me necesitas?- Jules le dijo: - Necesito que envíes ésta carta a la ciudad de Portaven, va dirigida al señor Cleit. Hazlo lo antes posible, tengo un presentimiento que nos hará falta. Aparte tienen que saber lo que está ocurriendo aquí. - Sent lo agarró con el pico y le dijo: - Iré lo más rápido posible. Ten cuidado muchacho. - Jules le dijo: - No te preocupes. Siempre lo tengo. - Sent salió volando a toda prisa hacia la capital del reino de los magos. Jules se acercó al Guardia y le pidió un favor. El Guardia alertó a sus compañeros y Jules regresó a su habitación. 

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