Business and exchanges pt 2

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¡No puedo creer que el infeliz de Kim me hubiera engañado!

Bueno... No sé si podría llamarse un engaño. ¡Pero yo lo tomaría como uno!

Había pasado una semana, UNA SEMANA completa desde que el muy bastardo me dijo que me daría mi celular pero, resultó tener mucho trabajo y me pospuso las cosas. Prácticamente los primeros días me decía que se haría espacio y nunca pasó, ¡lo detesto! ¿Cómo puede dolerle entregarle el celular a un estudiante cuando él tiene tanto dinero?

¡Malditos ricos bastardos! Siempre saliéndose con la suya. Esta familia me tiene harto.

Mi hermano cada vez parece más ausente, la última vez vino de nuevo herido, con la mirada perdida. Se que hia trata de que yo no lo note, sonríe y se pone juguetón conmigo, pero no parece el mismo. Ya no se que mas hacer para ayudarlo.

—Hia, ¿hoy tienes trabajo? —le pregunté mientras Porsche terminaba de acomodar algo de sus trabajos en su mochila, así como dejaba el desayuno en la mesa para los dos. Hoy había mucha variedad, desde que cambié de trabajo volvimos a tener esos platos que comíamos cuando vivíamos con menos dificultades... Como cuando mamá y papá vivían. Tal vez mi hermano no cocinaba tan bien como mi madre, pero lo intentaba, así los huevos revueltos tuvieran cáscaras pegadas, me las comía sin gestos.

—No, hoy tengo el día libre pero tengo que reponer unas tareas, estaré en lo de Tem toda la tarde, ¿quieres venir con nosotros? Puedes jugar con sus videojuegos mientras trabajamos en las tareas. —Él sonrió, sin embargo parecía como si estuviera tan ausente, cansado. Hace mucho que deje de ver el brillo que lo caracterizaba, como si siempre estuviera con un peso que lo amarrara con fuerza.

—mmmm... esta bien hia, mejor regresaré a casa porque tengo también un proyecto encima de inglés. Además no entiendo nunca los videojuegos de Tem, compraré algo para comer de camino, ¿está bien? —Eso era lo único que yo podía hacer por él, no ser un estorbo, hacerle las cosas más sencillas. Me encantaría aprender a cocinar para que no tuviéramos que hacer tantos gastos pero, no es una de mis mejores cualidades. —¿No vas tarde para la escuela? Puedo irme en el autobús si quieres —Yo estaba bien de tiempo, pero Porsche negó con la cabeza mirando su reloj, mientras comía.

—Está bien Ché, tenemos tiempo, come algo primero, esta vez quedó mucho mejor. —me reí junto a él, recordando que unos días atrás se equivocó al poner azúcar en vez de sal, estaba tan desvelado que no se fijó, apenas lo probamos nos miramos a la cara y corrimos al lavabo a escupir por lo excesivamente dulce que quedó.
Fue una comida rápida, y al finalizar nos pusimos en su moto camino a mi escuela y él a su universidad. Lo despedí con la mano, Porsche no me hizo preguntas ni comentarios acerca de mi incidente en su trabajo, así que quería creer, que nadie le dijo nada... Miré el celular viejo que llevaba como reemplazo. ¡Estúpido Kim! Cada que me acordaba me enojaba más y más, ¡ni siquiera me dejaba ningún mensaje para decirme cuando me daría mis cosas! ¡Lo odio, lo odio, lo odio!

Intenté no pensar en ello, necesitaba enfocarme en mis clases y sobre todo en las clases de inglés que cada día se me hacían más complicadas. Tee me trataba de ayudar pero ambos estábamos igual de perdidos por el mundo. Por fortuna entre clases y mil tareas el día parecía irse más pronto.

—¿Tenemos un día para el proyecto final? —Tee miraba el calendario un poco preocupado, era curioso porque tanto él como yo éramos los mejores amigos pero al mismo tiempo, los mejores rivales, siempre teníamos una competencia personal con sacar mejores notas, por todo competimos de forma sana, como quien se mantenía en un buen peso, o quien aprendía a tocar mas rápido alguna canción, quien llegaba hasta el jefe final en el videojuego. Teníamos también eso de quien conseguía novia primero o dejar de ser virgen pero, hasta yo sabía que era obvio que Tee ganaría, era el mas guapo de toda la escuela: tez muy blanca, aterciopelada, ojos grandes y expresivos de color miel claros por su ascendencia extranjera. Si tan solo no fuera tan idiota para tratar a las chicas, es decir, tartamudeaba, se sonrojaba, se ponía muy torpe frente a ellas y después huía. Era gracioso de verse, y aun con todo eso las chicas de la escuela lo consideraban "el más tierno" cuando en realidad el pobre se moría de vergüenza y de ganas de conocer a una chica linda. Je, tal vez si termine ganando aunque ciertamente en estos momentos no tengo tiempo de tener novias, vivo al día entre mis tareas y estar al pendiente de que mi hermano no termine muerto en alguna cosa del trabajo.

Our side of the story. [KimXChé]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora