Stuff about fries and ice cream.

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¿Hace cuánto que no soñaba? Últimamente todo lo que pasaba por mi cabeza eran malos sueños y pesadillas.
Pero hoy había soñado bien, aunque estaba seguro que más bien, era un recuerdo.

Fue una memoria de hace dos años, hia y yo fuimos a acampar en el aniversario de nuestros padres. Pusimos una pequeña casa de campaña, encendimos una fogata, recién me había comprado mi primera guitarra y aunque mis notas musicales eran un asco me escuchó hasta el final con esa sonrisa que siempre mostraba, la que intentaba darme ánimos, de la cual me refugiaba. Esa noche nos quedamos hasta la madrugada en la intemperie, miramos las estrellas y pedimos muchos deseos, yo deseaba todos los años la misma cosa: algun dia ser tan fuerte e increíble como Porsche.

—Vamos a dormir, el próximo año no vamos a caber en la casita de campaña, vas a tener que dormir afuera, me pueden picar los mosquitos —Me dijo esa ocasión mientras yo fruncía el ceño enojado pero hia solo se reía y me empujaba contra su cuerpo abrazándome con fuerza. 

—aaaay, ¡no hagas esa cara Chay! ¿por qué eres tan bonita? ¿Qué voy a hacer cuando consigas novia y me dejes? Nunca te dejaré ir al bar de Che Jade, me robaras a mis clientes mas guapas.—

Porsche era mi zona segura siempre, no era una persona muy cariñosa con muchas personas, pero cuando abrazaba a mi hermano, a quien me criaba desde la muerte de mis padres, todo mal se iba, ambos teníamos un trato muy tonto, el me protegía de los ladrones, matones, abusones y esas personas que me daban bastante miedo, yo lo protegía a el de los fantasmas que tanto pánico le daban aunque el fingiera que no.

Tal vez por eso, al sentir que sus brazos me rodeaban, que acariciaba mi cabello solo pude sonreír cómodamente, por eso le había abrazado escondiéndome en su calor. Pero... Cuando la consciencia comenzó a tomar peso y a abandonar mis sueños me di cuenta que esa calidez, ese latido del corazón, inclusive el cuerpo no le pertenecían a mi hermano mayor. Al inicio parpadeé pesadamente para saber en donde estaba, era un espacio reducido, apretado.

Pero al levantar el rostro, la comodidad pasó a... terror.

No era el rostro de Porsche, eran más bien unas facciones distintas, uno que aun me sujetaba y tenía su mano sobre mi cabello. Un idiota que se pasaba todo el día diciéndome feo y se burlaba de mi. Y lo que fue un sueño cálido terminó conmigo mirándolo fijamente.

—Ché... —

Tres, dos, uno...

—¡¡AAAAAAAAH!! ¿¡PERO QUÉ HACES!? —No dudé en patearlo y manotear empujándolo fuera del sillón entre gritos, Kim cayó de culo al piso pero no bastante con eso le arrojé un cojín, luego otro. —¿PORQUE ESTÁS DORMIDO AQUÍ, PERVERTIDO!? ¿QUE ME HICISTE? —me miré el cuerpo, al menos tenía ropa pero, ¿Cómo pasó esto? Me fui hacia el otro lado del sillón esperando una respuesta.

—¿Yo? ¡Yo no te hice nada! ¡Estaba con mi hermano platicando y me quedé dormido! —Kim ahí desde el piso se me quedó mirando y esbozó una sonrisa cínica. —Espera... ¿me viste dormir y no pudiste evitar venir a mis brazos? awwww cosita fea...OUCH, ¡¡OYE!! — Esta vez no fue un cojín, fue el control del televisor el que le dio en el cuerpo.

—¿Quién quiere dormir contigo? Maldito pervertido, ¡déjame en paz! ¡No me hables! —Yo estaba histérico, me puse de pie buscando a Phi Khun quien por supuesto no estaba aquí, seguramente él se encontraba en su habitación durmiendo como rey. Kim también se puso de pie pero le hice una señal de que se detuviera. —¡Si dices una palabra de esto te pateare el trasero! —Y salí de ahí golpeando puertas, dando manotazos, ni siquiera me acordé que deje un zapato ahí en el cuarto de Phi Khun, solo fui hasta donde me estaba quedando, en el cuarto de Hia y hasta que llegué, entré y me aseguré de estar solo es que me quede parado recargado en la puerta.

Our side of the story. [KimXChé]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora