Acabo encima de Ares después de haberle hecho sexo oral, nuestros ojos vuelven a conectar.
-Tengo que irme - no quería irme sinceramente quería quedarme con él por alguna razón.
-¿Quieres que te lleve a casa? - abro mis ojos de sobremanera cuando le escucho, él rápido vuelve a hablar. - Claramente no te dejaré en la puerta de tu casa no quiero que te metas en líos con tu madre - agarro la fina bata tapándome más.
-Si no es molestia - le contesto.
-Claro que no es molestia Mía es un placer - me levanto intentando controlar mis emociones sentía todavía mis mejillas arder.
Se levanta desapareciendo del comedor, me quedo de pie esperando viendo que a los minutos vuelve vestido y con mi ropa, algo vergonzosa aun le doy las gracias comenzando a vestirme lo más rápido posible en su baño cuando le pido que me dijera donde estaba.
Me miro en el espejo peinándome con él cepillo que veo en el primer cajón acomodándome la ropa.
Cuando estoy lista salgo del baño volviendo al salón viendo como Ares me esperaba con mi cartera, cuando me ve me la da acercándose a la puerta abriéndola dejándome pasar a mi primero.
No sé si era yo, pero cuando entramos en él ascensor puedo sentir como hay algo entre nosotros dos, puede ser atracción después de lo que ha pasado entre nosotros dos.
Le doy la espalda a Ares, pero aun así puedo sentir su mirada encima de mí poniéndome nerviosa.
Las puertas del ascensor se abren, salgo caminando encontrándome con él mismo hombre que antes, al ver a Ares salir le saluda a él primero y luego a mí, le sonrió amablemente saliendo a la calle.
-¿Me dices donde vives Mía? - me golpearía por ser tan boba.
Se me había olvidado decirle la dirección.
Le digo la dirección más cercana a mi casa cuando me lleva hasta su coche.
Él muy amable de su parte me abre la puerta, me siento dejando mi cartera en mis piernas cuando él justo se sube al coche.
Me quedo callada mientras que él conduce, sé que soy toda una boba, pero no sé qué hablar con él.
Es mi profesor él mismo con el cual me acosté y él me quito mi virginidad todavía estoy asimilándolo.
Pasan quince minutos que los cuento por mi móvil porque estoy enfrascada en él cuando Ares me dice que habíamos llegado.
-Gracias pro... - me callo cuando la iba a cagar. - Digo gracias Ares - él solo me sonríe.
Antes de que me pueda decir algo salgo casi corriendo de su coche comenzando a caminar rápido derecha a mi casa.
Puedo respirar tranquila cuando abro la puerta de mi casa entrando, apoyo mi espalda en la puerta cuando la cierro escuchándose un silencio en toda la casa.
Hasta que...
-¿TE GUSTA? - la voz de mi padre se hace presente desde arriba para después escucharse el sonido de como cuando nalgueas un culo.
Miro mi móvil viendo que todavía eran las seis de la tarde, él tiempo que me la pase en la casa de Ares con él se me paso muy rápido.
-¡Dame más fuerte! - abro mis ojos de sobremanera cuando la voz de mi madre también se hace presente.
¿Qué demonios?
Nunca la había escuchado a mi madre hablar de esa manera, dejo mi cartera encima del sillón pequeño caminando hasta las escaleras comenzando a subirlas despacio.