Capítulo 20

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La gente nos miraba raro mientras íbamos caminando por el supermercado grande en el que me trajo Ares.

Algunas chicas que iban en grupo pasaban por nuestro lado comenzando a cuchichear cosas que no llegaba a entender pero que sabía que era sobre nosotros porque no disimulaban ni si quiera al mirarnos.

- ¿Has visto como nos mira la gente? – le preguntó a Ares.

- Sí – me contesta él abriendo uno de los congeladores para sacar verdura. – Tendrán envidia – vuelve a decir Ares.

- ¿Lo dices por las chicas que no paran de mirarnos? – él me mira.

- Sí, se que es envidia por la forma en la que te miran pero me da igual que miren lo que quieran – se acerca pegándose a mi cuerpo bajando su cabeza para después juntar sus labios con los míos en un beso tierno.

Escucho una exclamación de sorpresa que hace que me separe de Ares viendo a una de las chicas taparse con su mano su boca que estaba abierta.

¿Tan raro se las hacía a un chico tatuado con una chica normal?

Yo no veía nada malo pero bueno sabemos que siempre a la gente le gustaba criticar a las espaldas de los demás y hablar de lo que no sabían.

El mundo sería mucho mejor si no se juzgará hasta por respirar.

- ¿Quieres algo dulce? – me pregunta Ares.

- Sí – le contesto moviéndome cuando él lo hace alejándonos del grupito de chicas.

Antes de salir nos duchamos al principio me sentía algo extraña porque no es lo mismo hacerlo con Ares que ducharnos desnudos, la ducha estuvo bien.

Luego después de eso nos fuimos a comprar ropa aunque yo le dije a Ares que tenía algo de dinero en mi cartera él se negó rotundamente a que soltara un billete.

Me compre hasta un bikini por si íbamos a la piscina que había cerca de la casita de madera.

Al cabo de un rato por fin terminamos de comprar comida saliendo del supermercado, habíamos estado bastante tiempo metidos entre unas cosas y otras.

Volvemos a su coche metiendo las cosas para después montar en el coche.

Conduce de vuelta a la casita de madera, cuando llegamos sacamos las bolsas metiéndolas dentro para sacar las cosas y lo que era de congelado y necesitaba estar en la nevera colocarlo.

- ¿Quieres ir a la piscina? – me pregunta Ares.

- Si claro – le contestó sonriéndole. - ¿Suele haber mucha gente? – le preguntó.

- No, también hay un río por si más tarde quieres ir – me parecía buena idea la verdad.

- Bien me parece buena idea – se encarga de ordenar lo quedaba mientras que yo me meto al baño aseándome para después ponerme el bikini con la ropa.

Cuando estoy lista salgo viendo a Ares también preparado sentado, cuando me ve se levanta sonriéndome acercándose a mi dejando otro beso en mis labios.

Salimos juntos de la casita yo solo me encargo de seguirle ya que no sabía dónde estaba.

Tardamos algo en llegar, cuando llegó miro todo a mi alrededor viéndose precioso.

Estábamos rodeados de naturaleza y los adornos que pusieron los dejan aún más bonito.

Habíamos traído una pequeña neverita con refrescos, así que al principio nos tumbamos bebiendo mientras hablábamos un poco.

Más tarde nos fuimos a la piscina, estábamos solos.

Ares se mete primero yo comienzo a bajar las escaleras sintiendo que el agua estaba muy fría.

Un Profesor Sexy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora