POR ALGO TE CONOCÍ

CAPITULO 8

MARGOT 

Deseaba no verlo, deseaba olvidarme de él, pero no era tan fácil, primero trabajaba en su oficina, lo cual significaba verlo todos los días y ahora con esa rubia cerca de él me llenaba de celos, era verdad lo que Harry decía era verdad cada una de sus palabras que soltó.

- Señorita Morgan el señor Thompson la necesita en su oficina, por favor no tarde. Alice la rubia de la entrevista interrumpió mis pensamientos. La observé por unos segundos y asentí rápidamente. En que mundo estas Margot me dije mentalmente. Alice cerró la puerta detrás de ella y respiré profundo antes de dirigirme a su oficina, oh Harry ahora que quieres de mí. Acomode mi falda y sali de la oficina en cuestión de segundos.

Toqué varias veces, pero no obtuve respuesta, así que decidí entrar ¿Por qué? No sé, cuanto estuve dentro de su oficina no había absolutamente nadie, esperé unos segundos recorriendo con mis ojos la hermosa vista desde allí, pero decidí irme rápidamente antes de que apareciera por obra y gracia de los espíritus, estaba apunto de abrir la puerta cuando un ruido me hizo mirar hacia tras  rápidamente y creo que es lo peor que me ha pasado en mi corta vida, bueno no tan corta.

Cuando voltee y lo vi ahí parado sin camisa, casi húmedo, su pelo revuelto tan sexy se me olvidaron todas las cosas de mi cabeza lo quería para mí, quería correr a sus brazos que me hiciera sentir como antes quería sentir que me seguía amando como yo a él, si importar que Harry cada día de mi vida tratara de hacer lo contrario, quería decirle que nunca lo olvide, pero no quería herir a Liam no quería hacerle daño, no cuando él fue quien me sacó del abismo en el que había caído. 

Mi mirada se dirige a la parte más deseanda de su cuerpo, Sí, no crean que soy una monja, yo que se que ustedes tampoco lo son, rápidamente noto su erección saliendo de sus pantalones,  sus músculos tan notables como siempre, recuerdo que a Harry siempre le gustó el deporte, recuerdo el día que fuimos a trotar por una hora a las colinas cerca de la cabaña de su abuelo y lo cansada que me sentía pero todo valió la pena cuando llegamos a la casa de su abuelo, hicimos de todo literalmente disfrutandocada momento juntos, Harry me hizo sentir como si no hubiera nada más en el mundo que nosotros y eso es lo que ame de él, "y lo sigues haciendo", una voz en mi interior seguía repitiendo una y otra vez esas palabras, vuelvo a mi realidad y al verlo así mi respiración comienza a desenfrenarse más de lo normal y siento mis mejillas arder, quiero tener autocontrol pero créanmeen esta situación es muy difícil.

Su mirada de  un momento a otro cambia radicalmente, vuelve hacer el mismo chico frío en el que ha esforzado por convertirse, todo lo contrario de lo que fue algún día, me pregunto si tengo que ver con ese cambio tan drástico en su vida, pero no me dejo intimidar, quiero darle de su misma medicina. Noto que Harry se me acerca y no tengo ninguna reacción hacia él, pero sé que por dentro lo estoy deseando como a nadie, me sumerjo en mis pensamientos y lo único que me hace volver a la realidad es un chasquido de sus dedos, salto reaccionando frente a la acción y decido hablar.

- Me necesitaba señor. Quiero sonar distante y fría pero mis nervios me traicionan y termino balbuceando cada palabra, me pego tres cachetadas mentalmente, su sonrisa cínica sale a la vista y su mirada se hace cada ver más fuerte, pero no me doy por vencida y antes de que pueda responder algo vuelvo hablar

- Creo que en el puesto de trabajo debería mantener vestido ¿no? Apunto su cuerpo semidesnudo con mi índice tratando de mantener la distancia. Digo esas palabras sarcásticamente esta vez logrando mi objetivo descolocandolo un poco.

Veo a Harry acercarse rápidamente tomándome por mi brazo como presión, mi cuerpo percibe una corriente cuando siento su piel contra la mía, Harry me guía bruscamente al cuarto de baño y pierdo los papeles, mi respiración se acelera y no trato de apartarlo esta vez, quiero que me haga sentir como antes quiero olvidarme por un momento del pasado quiero pedirle perdón. Su erección crece cada vez más y esto me pone cachonda.