Su mirada era vacía, no parecía estar poniendo atención a aquella clase, ni siquiera era capaz de entender lo que su profesor de historia explicaba, era como si hablara en otro idioma ¿si quiera eso importaba? Ya nada le importaba, desde hace tiempo su vida se había vuelto una aburrida rutina.
Rutina que estaba dispuesto a seguir hasta el día de su no tan lejana muerte si no fuera que el director llamaba la atención del pintor, no se había dado cuenta que era solicitado.
Todas las miradas estaban puestas sobre el, cosa que sólo le ocasiono una gran incomodidad y una corriente eléctrica que paso por todo su cuerpo, obligándo al joven a levantarse de golpe de su puesto con una mirada espantada.
-- ¡P-Perdon! ¿Que necesita?.
Dijo fuertemente para que el director logrará escucharlo desde su puesto, su mirada asesina estaba puesta en el peli castaño, mirada que se tranquilizo un poco
-- A mi oficina después de clases, espero verte ahí.
Y sin decir más se retiró del Aula dejando algo espantado al pobre joven, que no paraba de pensar que había echo alguna cosa mal ¿tal vez era por no ponerle atención a las clases? Esperaba que no, otra llamada de atención no pondría para nada contentos a sus padres.
