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En cuánto llegue al prescolar, ya estaba una ambulancia ahí.

–¡Alexa! Que bueno que llegaste encargate del grupo de la maestra Paty y del grupo de la tarde por favor, te llamare en cuanto me den noticias y por favor ayudame a cerrar el preescolar, aquí estan las llaves. Y... ¿que más? ¿qué más?...– hablabla la directora de manera abrumadora, era entendible estaba angustiada.

–Tranquila directora cualquier cosa; le llamo ¿le parece bien?
Ahora tranquilícese, vaya con la maestra y hablele a un familiar para que la acompañe, ya verá que no es grave. –comenté serenamente para tratar de tranquilizarla.

–Sí, sí,– respiró profundamente. – Alexa llámame por cualquier  cosa, deja voy.

La directora un poco más  serena subió a la ambulancia, emprendieron camino. Cerre el portón y me dirigí al salon de clases.

–Hola niños, soy la maestra Alexa, ¿si se acuerdan de mi? – pregunté a los niños

–¡ Siiiiiiii !–respondieron al unísono

–Muy bien, yo estaré con ustedes lo que resta de la clase, ya que su maestra sufrió un accidente y tiene que ir con el doctor para que la cure.
¿Estamos de acuerdo?– explique a los pequeños, aunque, la maestra estaba con ellos cuando se accidentó.

–¡Siiiiii ! – volvieron a responder

–Muy bien ¿ qué les parece si le hacemos una cartita a su maestra, para que se recupere más pronto?– 

–siiiii– comencé a dejar hojas de colores en cada asiento para que fueran dibujando lo que quisieran

–con brillantina– dijo la pequeña Ana

–y muchos colores – comentó Juanito

Se escuchaban las ideas de algunos pequeños y el asentimiento de los demás.
La tarde se paso volando entre trabajos, cantos y bailes.
La directora llamaba avisando que la maestra se encontraba bien solo  tenía c lesiones en la espalda y la pierna, pero nada grave gracias al cielo.

La hora de salida había llegado todos los niños como cualquiera estaban felices por irse con sus padres.
Sólo me quedaba esperar a la mamá  de una de mis alumnas, que siempre llegaba tarde por ella y hoy no fue la excepción.  Pasaron 10... 20... 30... 40... minutos y la mamá  no aparecía, decidí llamarla. Y solo a la cuarta llamada respondió.

–Bueno... Señora Gloria su nena sigue aquí; en el preescolar y necesito retirarme. ¿podría mandar a alguien por ella, si se le imposibilita venir?.–dije preocupada y un poco molesta ¿a quién se le olvida su hijo?

–Disculpem..ee maestra por la molestia pero... por favor ¿podría quedarse Maya en su casa? Es sólo por hoy y se que es mucho pedir pero,se lo ruego.– escuchaba a la mujer llorando desesperada, éso sin contar los gritos que sé escuchaban al fondo de un hombre muy molesto; a mi parecer.

–Sí, ¿Gloria se encuentra bien? ¿Llamo a la policia ? ¿Necesita ayuda? – No respondio y temí  por ella, sólo escuche la voz del hombre más cerca gritando.
-¿Con quien hablas? ¿es tu amante maldita zorra?–  antes de que se cortara la llamada oí a Gloria decir -Sí.

Inmediatamente llame a la policia,dando la direccion y contandoles lo que pasaba, y lo que escuche en mi anterior llamada con Gloria.

Sólo espero que lleguen a tiempo y no pase nada más grave, empece a rezar por ella en el transcurso a mi casa con la pequeña Maya.

Al llegar le cuento lo sucedido a mis papás, la preocupación me tenía muy ansiosa y no recibía ninguna llamada de Gloria, sin pensarlo más acudiria a su casa acompañada de mi papá, en lo que mi mamá y mi hermana cuidaban a Maya.
Cada minuto que pasaba en el auto me ponía más desesperada, porque presentía que algo anda mal, y realmente deseaba estar equivocada.
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Hola aquí les dejo  otro capítulo no olviden comentar que les parece y votar por ésta historia.
                               —Andra♡
           

Embarazada de un "IDIOTA" muy ¡GUAPO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora