003

413 22 2
                                    

1967 - Laboratorio del Dr. Brenner (Hawkins, Indiana)

Número Uno y yo habíamos quedado desde hace varios meses en el sótano del laboratorio, estábamos planeando nuestra fuga. Ya habíamos calculado cada cuanto se apagaban las cámaras y a cuánto duraba, sabíamos a qué hora y cuánto duraba el cambió de guardias en cada puerta y cada salida. Teníamos pensado salir por la salida de emergencias que había en la parte sur del edificio, pero el problema era que nos quedaba muy lejos. Nuestro plan consistía en una serie de pasos. A las 12:13 de la madrugada mientras las cámaras de los pasillos están apagadas nos encontraríamos en el sótano, allí tendríamos 4 minutos y 20 segundos exactos para poder ir de una punta a la otra mientras es el cambió de los guardias. Pero lo que me preocupa es que tenemos unas probabilidades mínimas de que salgamos de aquí. Uno y yo lo hemos intentado varias veces, con la excusa de que papá nos había pedido que busquemos una cosa, caminar de una punta a la otra, pero por más rápido que fuéramos nunca llegábamos a tiempo.

- Uno, ¿estás seguro de que es la única salida que podamos utilizar? - Lo miré indecisa mientras me apoyaba en una de las mesas que habían allí.

- A menos de que quieras salir por la puerta principal es la única que tenemos - Se acercó poco a poco a mí - ¿Porque? - Pregunto el chico que tenía delante

- No lo vamos a lograr Uno - Lo mire, pero una sensación de preocupación me invadió y bajé la mirada hasta el suelo.

-Hey - Uno me tomó del mentón y me obligo a mirarle a los ojos - Vamos a salir juntos de aquí, te lo prometo - Me sonrió, pero pude ver una expresión de tristeza en sus ojos.


Uno aún sujetándome la mejilla depositó un beso en mi frente y puso su cabeza contra la mía.

Quería odiar a Uno, pero por más que lo intentara y por más que me intentara convencer, muy dentro de mí sabía que nunca podría, porque él me hacía sentir tantas cosas, él había sido, es y siempre será mi todo. Mi mundo entero giraba en torno a él y el suyo en mí. Pero como Uno me dijo una vez "Somos una familia, eres como mi hermana pequeña, solos tu y yo" él no me veía como yo a él, y ahí, en ese instante, en ese día, Uno rompió mi corazón en miles de pedazos. Odiaba que me viera como si fuera una cría, él ya tenía 20 pero yo hacía unas semanas había cumplido 17 años, ya no era una niña, ya me había venido mi período, me habían crecido los pechos y mis caderas se habían vuelto más estilizadas, mi cuerpo ya estaba cambiando. Pero ante los ojos de Uno siempre sería una cría.

Rato más tarde volví a mi habitación sin que nadie me viera y me acosté en la cama, conseguí quedarme dormida en pocos minutos, algo que normalmente no pasaba. Pero me desperté de golpe en cuanto escuche un fuerte ruido y ví a dos guardias entrar en mi habitación, no tardaron mucho en noquearme, lo que me hizo perder el conocimiento.

No sé cuánto rato hacía que me había desmayado, ni que hora era, solo sé que estaba en una de las habitaciones favoritas de papá, La Habitación del Castigo o así era como papá la llamaba. Esto no pintaba bien, estaba atada a la cama de pies a cabeza, pero en el instante en que papá entro vi que con el llevaba una jeringa de color amaarillo. Intenté safarme, pero cualquier esfuerzo fue en vano, papá me había atado los tobillos, las muñecas, el abdomen, el cuello y la cabeza, no me podía mover. Y sin más sentí un pinchazo en el cuello y vi como toda la sala se tornaba negra. De repente ya no estaba más atada, ni estaba en el laboratorio. Estaba en una casa abandonada, parecía que el techo se iba a desmoronar en cualquier momento y las paredes poco a poco se iban pudriendo, pero en cuanto subí las escaleras aparecí delante de él. Había un hombre quemado que estaba colgando con una especie de tentáculos de dos columnas. Este al notar mi presencia abrió los ojos de golpe, lo que me hizo soltar un chillido y retroceder unos pasos.

-Blair... - Se empezó a descolgar de los pilares y caminó hacia mí - Cuanto tiempo sin verte, no me temas querida - El hombre se paró delante de mí y con lo que parecía ser su mano me tomó de la mejilla. Lo más extraño fue que por algún motivo no le temía, no me moví cuando me tocó, al contrario, me quedé mirándole - Estás más joven de la última vez que te vi -

No pude evitar que una lágrima cayera hasta mi mejilla, había algo dentro de mí que me decía que yo le conocía - ¿Porque me has llamado Blair? - Le pregunte

- Porque ese es tu nombre, tu madre fue Clarissa Fray - Contestó

- ¿Como lo sabes? - Cada vez estaba más confundida, no podía entender nada ¿porque él sabía cosas que de mí que nunca supe?

- Me lo contaras en un futuro, cuando yo esté en tu mundo y no habite tus pesadillas - Se separó aquel hombre que tenía delante y retrocedió unos pasos - Escúchame bien Blair, tienes que tener mucho cuidado, tu y Uno os teneis que ir de la cabaña el 20 de octubre de 1976 - Lo miré desconcertada, ¿ha que se refería con irnos de la cabaña? ¿acaso Uno y yo conseguimos salir del laboratorio? Pero no le dije nada.

El hombre levantó el brazo y apuntó hacia detrás mío, cuando me di la vuelta para ver que me señalaba deje de estar en la casa, ahora estaba en una sala blanca. Pero ahí fue cuando todo empezó a tomar forma, en una de las paredes vi cómo Uno se empezaba a desintegrar en el aire mientras una especie de portal se formaba detrás de él.

- ¡UNO! - Grité y volví a gritar, pero era como si él no pudiera escucharme.

Caí rendida sobre mis rodillas ante la imagen de Uno gritando y desapareciendo, las lágrimas brotaban cada vez más de mis ojos y en ese momento de desesperación empecé a sollozar.

- ¡QUIERO DESPERTAR! ¡SACADME DE AQUÍ! - Grité, peró en cuanto bajé la mirada hacia el suelo tenía las manos llenas de sangre y ahora estaba en un bosque.

- No, no, no, no, no - ¿Que había hecho? Pero en ese instante había algo que no me paraba de arder en el abdomen. En cuanto me fije que era vi un corte muy profundo del que no paraba de salir grandes cantidades de sangre ¿Acaso me estaba muriendo?

Pero como si fuera por arte de magia desperté gritando en mi cama, de nuevo en el laboratorio. Sin pensar en las consecuencias, ni en nada, salí corriendo de allí, pude notar que todavía era de noche ya que todas las luces estaban apagadas y solo el pasillo estaba iluminado. Pero frené en seco cuando en cuanto llegué a su puerta, sin cuestionarmelo más entré llorando y agitada. Y ahí le vi, acostado en sus sábanas, durmiendo, una gran sensación de alivió se produjo dentro de mí.

Se ve que le desperté, porque abrió los ojos de golpe y me miró preocupado - CERO - Se levantó rápido de la cama y vino hacia mí. Uno me abrazó con intensidad y yo me aferré a su cuerpo, me aferré a él. 

Nota de la Autora:

Que les está pareciendo la historia hasta aquí? 

Me encantaria saber su opinión!! <3

- 𝐃𝐞 𝐯𝐮𝐞𝐥𝐭𝐚 𝐚𝐥 𝐣𝐮𝐞𝐠𝐨 - 𝟎𝟎𝟏 𝐏𝐞𝐭𝐞𝐫 𝐁𝐚𝐥𝐥𝐚𝐫𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora