Y con un par de bragas puestas y la camisa de Peter me fui caminando por los pasillos, mientras le dejaba con las palabras en la boca. Me acordaba de aquel lugar como si fuera la palma de mi mano, en todos estos años nada ha cambiado, el mismo color, las mismas decoraciones inexistentes, el pasillo infinito con las puertas con los números de cada niño. Y la última era la mía "000" eran los números de metal colocados en la puerta. Frene en seco y los observe, <home sweet home>, fue la frase que pasó por mi mente, se me hacía todo tan familiarizado y extraño a la vez.
Tome el pomo y dubitativa entré. Todo estaba... diferente. La habitación ya no era blanca, sino más bien de color negro, con una gran iluminación por las lamparas, una cama de una plaza y media, había un escritorio de madera con ¿mis libros?
¿Cómo habían llegado los libros de mi departamento allí?
Y entonces recordé como estaba cuando llegué, todo patas arriba. Había un armario al fondo de la habitación, del lado izquierdo habían las batas de hospital, las sudaderas y los pantalones grises que papá nos hacía ponernos a todos, pero del otro lado había alguna de mis camisetas de tirantes, mi ropa interior, mis sujetadores, mis calcetines, mis bragas...
Por la habitación también había una librería y como una especie de silla para leer con mantas.
Me quedé quieta y lo observé todo, esto no parecía mi cuarto, sino más bien una acogedora habitación. Con el ceño fruncido y escrupulosamente miré detalle por detalle de la habitación, esto tenía que ser cosa de papá.
Tomé una toalla, algo de ropa y me volví a los pasillos para irme a duchar.
Mientras las gotas de agua caían por mi pelo y mi cuerpo entero, mientras la sangre seca se desprendía de mi piel y teñía el suelo de rojo, yo me perdí en mis pensamientos, en mi hermano, en Olivia.
Incluso el baño estaba igual, con los separadores de cada ducha que cubrían hasta los hombros, de cemento, cubiertos por baldosas blancas, con una barandilla de metal para poner la toalla. Todas las luces y los espejos.
(poz pa' q se hagan una idea, de cómo son las duchas, estas són un poco más altas en la escena pues para tapar. A Blair le llegan por los hombros)
Y ahí le escuche, una pisada sobre el agua. Abrí los ojos de golpe y allí estaba él, sentado en el banco de la entrada mirándome fijamente.
- Veo que no me dejas de seguir Peter - Le dije girándome hacia él, gracias a la altura de los separadores de la ducha Peter no me veía desnuda.
Sonrió de lado - No te creas tan importante Cero, papá me ha mandado a buscarte - Me miró desafiante.
- ¿Y eso ha hecho que entraras a las duchas? Ya sé que me has visto en ropa interior, ¿pero ya tan rápido me quieres ver desnuda? - Solté una pequeña carcajada - Vamos aceptalo Peter, te mueres por mí. Por mucho que me quieras odiar. - Entrecerre los ojos y sonreí de lado.
Peter se puso serio, pero terminó negando con la cabeza y sonriendo - Oh Cero, me interesas de lo más poco, solo cumplo órdenes, nada más. Me encargo de que no te vuelvas a escapar querida. - Me miró directo a los ojos.
Volví a cerrar los ojos y esta vez deje que el agua corriera por mi cara - No lo parecía la última vez que te ví. Sabes perfectamente Uno que nunca me vas a poder odiar, por mucho que lo intentes. Sabes que vivo en tus pensamientos - No le miré, pero lo tendría que haber hecho. Porque lo más próximo que pude notar fue a Peter delante de mí.
Me tomó del mentón con su mano y acercó su cara a la mía, sentía como su respiración chocaba contra mis mejillas y podía ver como pequeñas gotitas golpeaban su ropa - Para mí estás muerta, lo que sea que alguna vez creíste que sentía por ti fue todo parte de mi plan, de mi acto perfecto. Hacerte creer que me importabas, hacerte enamorar de mí, para utilizarte y me ayudaras a escapar. Nunca sentí nada por tí Cero - Apretó más su mano contra mi mentón, me miraba con tanto odio, con tanto enojo.
Apreté la mandíbula y aparté la cara de su agarré, pero él ni se inmuto, seguía en la misma posición escrutando mi rostro para ver si podía descifrar mis pensamientos, pero ese era un juego al que había aprendido a jugar hacía muchos años.
- Puede ser que lo hayas fingido, que me hayas manipulado, pero sabes una cosa Uno. Tú y yo sabemos lo desesperado que estabas por encontrar una familia, encontrar a alguien que sea como tú, con quien te pudieras sentir en casa, alguien que te quisiera. Y al final te diste cuenta de que esa persona podía ser yo, por eso se que tus supuestas palabras de odio, sin emociones, se que son vacías - Apreté la mandíbula y me acerque más a él, con una expresión de estupefacción - Me abandonaste Uno, podríamos haberlo tenido, pero decidiste la nada. Yo pasé página, pero tú sigues en el mismo capítulo. Decidiste el rencor y el odio. Crece de una puta vez Uno, no somos ya unos críos.
Uno me penetró con la mirada, y con una mano me tomó de la mejilla y me acercó más a él. Y terminó juntando sus labios con los míos, el beso había empezado distante, pero poco a poco cada vez se volvía más apasionado, Peter puso su otra mano en mi cintura, mientras que yo colocaba mis brazos alrededor de su cuello. Como nuestros labios no se despegaba y nuestras lenguas se juntaban. Parecía como si nos hubieramos estado besando toda la vida, Peter me apoyó contra la pared mientras no nos despegamos el uno del otro, cada vez sentía como la excitación y el deseo iba creciendo dentro de mí. Y podía sentir que él también. Su miembro cada vez más duro, lo notaba crecer en mi zona baja.
Ambos empapados por el agua de la ducha y bajo esta todavía, conectados como si fuéramos uno. Pero ahí lo sentí, el amargo sabor del veneno. Hijo de puta, me estaba envenenando. Y en cuanto me di cuenta lo aparté de mí de un empujón.
Peter sonreía con maldad mientras que yo le miraba horrorizada. El veneno no me iba a matar, pero si a debilitar.
- La única desesperada aquí eres tu cariño, ¿enserio creíste que me podría llegar a interesar alguien como tú? Por favor no seas ingenua Cero - Me miró con repugnancia - Tu fuiste la que se fue, la que me dejó aquí, porque cuando tú te escapaste yo tuve que recibir todos tus castigos, papá me castigó, me torturo y ahora me convirtió en el guardia de los niños. Osea uno de tus guardias. A partir de ahora vas a tener que hacerme caso cariño, porque la autoridad aquí soy yo.
Retrocedí desconcertada, mirando a todos lados. ¿Como que él se había quedado? Pero le volví a mirar, directo a los ojos - Mientes. Tú me dejaste la nota en mi cama, diciendo que me esperabas a fuera. Tú me abandonaste, me dejaste sola. Pero esta vez no me vas a manipular Uno, no me vas a hacer caer en tus jueguecitos - Le miré seria.
- ¿Una nota? - Me miró sonriendo, pero extrañado a la vez - Oh, vamos. Si que te has puesto creativa para inventarte una excusa. - Apretó con fuerza la mandíbula - Te esperé en el sótano, nunca apareciste. Y después papá me pillo.
Nota de la Autora:
jejejejeje que opinan del capítulo??
ESTÁS LEYENDO
- 𝐃𝐞 𝐯𝐮𝐞𝐥𝐭𝐚 𝐚𝐥 𝐣𝐮𝐞𝐠𝐨 - 𝟎𝟎𝟏 𝐏𝐞𝐭𝐞𝐫 𝐁𝐚𝐥𝐥𝐚𝐫𝐝
FanfictionBlair Fray, o mejor conocida como número "000" a vivido toda su vida en el Laboratorio del Dr. Benner bajo la mentira de que el era "PAPÁ" Pero tras sufrir sus interminables castigos decide escapar del laboratorio junto a número 001, con el que man...