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19 de abril de 1975 9:27 a.m - Hawkins, Indiana

Blair (000):

Me desperte en el estudio de Damiano, estaba un poco aturdida por la noche anterior. No me acordaba de nada, pero por el parnorama era visible que nos habíamos acostado juntos, estaba acostada en su cama, con el al lado durmiendo y los dos completamente desnudos. Me levanté intentando no despertarle y me agarré la cabeza. Dios como me dolia. Divise mis bragas entre la montaña de ropa que había en el suelo, me las puse y después agarré la camisa que Damiano llevaba puesta ayer. El estudio era solo una planta, no habían puertas o paredes que separaran cada parte del piso, aparte del baño. Usualmente dormía en su piso y no en el estudio, pero ni siquiera yo me acordaba de como había llegado allí. Damiano era un artista, así que todo el estudio estaba decorado con cuadros tanto como en las paredes como en el suelo, y en una esquina cerca del ventanal había un caballete con un lienzo en blanco.

Me fui a lo que sería la cocina y me empecé a preparar un café, mientras absorta en mis pensamientos intentaba recordar que había pasado a la noche. Habíamos salido mi hermano, su esposa, Damiano, unos amigos y yo a tomar unas copas, pero después de allí nada.

Salí de mi trance en cuanto me rodeo con sus brazos la cintura y deposito un beso en mi cuello.

- Que madrugadora, vuelve a la cama conmigo - Dijo el chico detrás de mi con una voz ronca.

Me dio la vuelta y mientras me tomaba de la mejilla me beso. Le seguí el beso pero cuando la maquina de café empezó a sonar me separe de él. Me giré y tomé la taza de café recien preparado.

- No puedo, tengo que ver a Oli, se lo prometí - Le mire sonriendo de lado, mientras que el hacia un puchero - Oh vamos! Es su cumpleaños - Le bese la mejilla y me aleje con la taza recien preparada, dejando así al chico que solo llevaba calzoncillos en la cocina.


Fui corriendo a casa a tomar una ducha y cambiarme. Le había prometido a la peque que estaría para su cumpleaños, hoy la pequeña Olivia Wyland cumplia 3 añitos.

Corriendo agarré una camiseta de tirantes azul gris al cuerpo y unos jeans de tiro bajo, las convers negras, el regalo de la peque y me fui caminando con los auriculares y el casette de Led Zeppelin sonando. No pasaron ni 10 minutos que había llegado ya a la casa, o eso era lo que creía.

Eran las 12:30 y el cumpleaños empezaba a las 12, mierda. Toque el timbre y me recibió mi hermano.

- Llegas tarde - Me miró.

- Ya lo sé, ya lo sé, no me lo recuerdes - Le dije empujandole amistosamente para que me dejara entrar. Jace solto una carcajada y se apartó

- Venga, lleva un buen rato preguntando por tí - Termino de decir.

Cuando entre al living de la pequeña casa había una orda de críos de 3 añitos mirando desconcertados a un pobre hombre disfrazado de payaso. Divise a Oli con una corona de plastico y me acerque a ella.

- ¡Feliz cumpleaños Princesa! - Salude a mi sobrina

En cuanto me vio saltó a mis brazos y me abrazó - TÍA - Grito emocionada.

Lo que yo no sabía era que el cumpleaños era casi todo el día. ¿Quien le hace un cumpleaños de todo el día a una niña pequeña que no se va a acordar en unos años? Pero bueno, el payaso duro poco y tuve que salir a la acción. Al principio jugamos al escondite, después estuvimos cantando un largo rato con la guitarra de mi hermano, habrimos los regalos, comieron, les etretuve un rato contandoles una historia y después les pusimos una pelicula a todos esos diablillos. A medida de que los iban viniendo a buscar la fiesta iba termiando. Y cuando me fije ya era de noche y estaba ayudando a mi hermano y cuñada a recoger la casa. Cene con ellos y la peque se me quedo dormida en brazos. Y mientras mi cuñada recogia la mesa, mi hermano me acompaño a dejar a la cumpleañera en su cama.

- ¿Estas segura de que no te quieres quedar a dormir? - Dijo mi hermano mientras mirabamos con ternura a la pequeña Olivia dormir.

- Tranquilo, así acabo de preparar el trabajo final de la carrera - Dije dandole una media sonrisa a mi Jace.

- Blair... Es peligroso a esta hora y encima de noche - Puso su mano en mi hombro y me miro preocupado.

Me hice la ofendida - Oh vamos, ¿no confias en mis inexcistentes musculitos? - Le dije riendo

Soltó una carcajada pero acabó cediendo y me dejo marchar a mi casa.

No voy a mentir, pero la vuelta a casa fue un poco tenebrosa. Tenía la sensación de que alguien me estaba siguiendo, así que frene el casette y empecé a caminar más rápido. Y en cuanto llegué a la puerta de entrada a mi piso busque la llave lo más rápido que pude. No me estaba dando buena pinta toda la situación, me tendría que haber quedado en la casa de mi hermano. Pero me pasaba por ser terca, o simplemente estaba paranoica y no había nadie siguiendome. Subí las escaleras casi corriendo, pero en cuanto llegué a la puerta de mi piso frene en seco. La puerta estaba abierta de par en par, alguien había entrado.

Mire a todos lados y me dispuse a entrar. Mirando alguna señal o indició de que había alguien siguiendome.

Intente encender la luz, pero no funcionaba. Todo estaba a oscuras y dado vuelta, mis cosas estaban tiradas por el suelo y mi ropa desperdigada por todas partes. Entonces una palabra apareció en mi mente.

"PAPÁ"

Me giré de golpe con el presentimiento de que había alguien detras de mí, pero llegué muy tarde. Ya me habían apuñalado en la parte inferior de mi cadera, cerca del utero.

Y lo último que recuerdo es toda la sangre que brotaba del corte y después como aquella persona que tenía delante me tapaba la boca y la nariz con un trapo blanco.

Todo se volvio negro, me estaba empezando a cansar de sus jueguecitos de psicopata. No se cuanto tiempo paso o cuanto tiempo estuve inconsciente, pero me podía suponer donde estaba, ese olor a desinfectante, el ruido sordo, el frío, todo encajaba como pequeños fragmentos de un rompe cabezas, había vuelto al juego. Había vuelto al laboratorio.

Poco a poco empecé a recuperar mis sentidos a la vez que intentaba abrir los ojos y enfocar la imagen. Todo era blanco y una luz muy intensa que me apuntaba me hacía sentir más aturdida. Me intente incorporar en la camilla con el dolor de la tirante herida en mi cadera.

- Veo que te has despertado al fin número Cero - Dijo esa escalofriante pero tan familiar voz. Lo miré directo a los ojos y pude sentir como la ira me invadia al igual que el miedo - Bienvenida a casa - Sonrío.

Papá...

Nota de la Autora:

Aviso importante, se viene un gran plot twist!!

gracias por todo el apoyo, espero que les este gustando la historia!! <3

- 𝐃𝐞 𝐯𝐮𝐞𝐥𝐭𝐚 𝐚𝐥 𝐣𝐮𝐞𝐠𝐨 - 𝟎𝟎𝟏 𝐏𝐞𝐭𝐞𝐫 𝐁𝐚𝐥𝐥𝐚𝐫𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora