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Peter (001):

Como ya tomé por costumbre volvía a estar en la terraza del laboratorio, con los codos apoyados en la baranda de metal y con otro cigarrillo en la mano. Estaba absorto en mis pensamientos, con la vista perdida en la infinidad de estrellas que habían aquella noche. Lo que no sabía era que esa no iba a ser una noche como las de siempre, hoy iba a cambiar todo.

- ¿Otro que no puede dormir? - Dijo una chica

Molesto y aburrido me di la vuelta y coloqué el cigarrillo en mis labios, le di una larga calada y después lo solté - Y sabes que estoy aquí siempre a esta hora - Le dije indiferente.

- Oh, vamos Peter - Se empezó a acercar a mí lento y con una expresión llena de lujuria en la mirada - ¿No quieres divertirte un rato? - Empezó a juguetear con los botones de mi camisa, mientras que yo me llevaba el cigarrillo a la boca de nuevo - Podemos ir a tu habitación... - Me miró directo a los labios mientras se mordía los suyos.

Con los dedos volví a tomar el cigarrillo y expulse el humo con fastidio - No estoy de humor - Tiré el cigarrillo al suelo y lo pise, apagandolo. Me dispuse a apartarme de aquella chica e irme de vuelta a mi habitación, pero esta noche se notaba que no era mi noche, entre el castigo de Brenner y lo insistente que era Jane, no lo iba a tener tan fácil para estar tranquilo.

- ¿Enserio Peter? Vienes siempre buscándome para follar y ¿ahora no quieres? - Me frenó con la mano y me miró seria - ¿Qué coño es lo que te pasa? ¿Cuándo vamos a hacer oficial lo nuestro? - Con la mirada la chica buscaba una clara respuesta, pero no la obtuvo de mi parte. Quería ver hasta dónde llegaba su paciencia - Vete a la mierda Peter, eres un capullo.

Y ahí me cabree, aburrido y con poca paciencia, con el ceño fruncido y una clara expresión de enojo en el rostro la tomé con una mano de las mejillas y me acerque a ella, dejando su rostro a centímetros del mío, mientras ella estaba paralizada por el miedo - Te.. he.. dicho.. que no estoy de humor ¿Qué parte de eso no has entendido? - Le dije casi escupiendo las palabras, mientras que su expresión cada vez era más de pánico - Que no se te ocurra nunca más alzarme la voz o siquiera insultarme - La solté de golpe y la mire con repugnancia - Estas jodidamente desesperada.

Me aleje de ella y me empecé a acercar a la puerta para marcharme, pero faltaba la cereza del pastel.

Frene en seco y giré la cabeza mirando sobre mi hombro - Tu y yo no somos nada, así que no veo la necesidad de hacer oficial nada - Con eso me dispuse a girarme e irme. No voy a negar que Jane no era guapa, ni sexi, pero dios, era insoportable.

Caminaba sin rumbo por los pasillos aburridos, cuando todas las luces del laboratorio empezaron a titilar como locas. Algo que no había pasado nunca y con curiosidad empecé a buscar la razón por la cual la electricidad estaba fallando. Porque en todos los años que había pasado en el laboratorio las luces nunca habían titilando, y dudo que alguna vez lo hicieran o lo vayan a hacer por un fallo en el sistema,.

Pero mientras iba caminando por el pasillo un grito ahogado y roto se escuchó con intensidad, alarmado empecé a correr hacía donde el sonido provenía. Curva, contracurva, corriendo por los pasillos no había nada, pero por alguna razón tenía el presentimiento de que me estaba acercando. Las luces empezaron a titilar más rápido, pero esta vez los cristales temblaban violentamente.

Hasta que la escuche, un sollozo ahogado.

Acelere y agitado la seguí buscando, hasta que supuse de donde venía el grito. La sala de castigos de Brenner. Hijo de puta ¿ahora que había hecho?

Me quedaban dos pasillos así que baje un poco la intensidad con la que corría para recuperar un poco el aire. Otro grito, pero este provocó una gran grieta en la pared, por donde estaba caminando.

- 𝐃𝐞 𝐯𝐮𝐞𝐥𝐭𝐚 𝐚𝐥 𝐣𝐮𝐞𝐠𝐨 - 𝟎𝟎𝟏 𝐏𝐞𝐭𝐞𝐫 𝐁𝐚𝐥𝐥𝐚𝐫𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora