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¡No debiste llevarme a mí! Me hubiera encargado de Lumine yo solo ─. Gritó el rubio al darse cuenta de lo sucedido.

¿Acaso no llegaste a ver la cantidad de magos del Abismo que había? Si yo fuera tu estaría agradecido de haber salido con vida. ─ Contestó cortante el Yaksha.

Perdóneme, me he puesto un poco nervioso. ─ Suspiró, había perdido los estribos al verse tan acorralado, y más sabiendo que pudieron haber malherido a la pequeña Klee y a su compañera Sucrose.

Se sobresaltó al recordar sus nombres, miró a su alrededor en busca de ambas chicas para asegurarse de que no habían sufrido daño alguno. Estas se encontraban a pocos metros del alquimista y el Yaksha, desafortunadamente Klee había empezado a lagrimear al haber visto tantos magos alrededor suya y la de su hermano mayor Albedo. Sucrose, quién había estado todo el rato junto a ella, la había tranquilizado un poco con una que otra palmadita en la espalda de la pequeña.

El alquimista se acercó rápidamente a ambas, abrazo a Klee fuertemente pero sin llegar a hacerle daño a la menor. La cargó en brazos para que así ella se sintiera más segura y llegase a descansar un poco ante tal suceso que había ocurrido minutos atrás.

Gracias por traerlas a salvo, pero... ¿Que hacías por aquí? En Espinadragón me refiero. Normalmente estás en Liyue, ¿me equivoco? ─ Preguntó al Yaksha tranquilamente, había oído hablar de él en libros, pero no esperaba hablar con él en persona y más en esa situación.

Debo ir a Mondstadt a buscar a una persona en específico, debo irme─. Xiao no podía perder más tiempo junto a ellos, así que no tuvo más remedio que ir caminando hacia el norte donde se encontraba aquel bardo mientras el frío no le resultara un problema.

¿A quién buscas? Tal vez lo conozca.─ Preguntó intrigado el rubio, Xiao lo había ayudado y debía devolverle el favor de cualquier forma aún si él favor fuera algo muy simple.

Es un bardo llamado Venti, según lo que sé es pelinegro y lleva pequeñas trenzas a los costados y las lleva un poco azuladas.─ No necesitaba la ayuda de nadie para encontrar al bardo, pero tenía prisa y estaba cansado de tanto caminar sin un lugar en particular.

No, no creo que lo conozca. Pero sé de alguien que creo creer que lo conoce, si deseas puedo llevarte con él mañana a primera hora del día. ─ Era bastante tarde y debía ir a una comida junto a la Gran Maestra Intendente de los Caballeros de Favonius, Jean y la bibliotecaria, Lisa.

No creo que pueda, debo encontrarlo ya. Tú no lo entiendes.─ Volvió a seguir su camino, esta vez sin mirar atrás.

Bien, entonces te llevaré ahora mismo con él si es lo que quieres.─ Dedicó una mirada seria al Yaksha quién paró repentinamente su trayecto.

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Juro que me vengaré de ese Adeptus. ¿¡Cómo se atreve a dejarnos atrás!? Mis piernas duelen y hace demasiado calor, ¡oh arcontes, sálvame!─ Lloriqueó el fatui, había pasado varias horas junto a su acompañante que no había dicho palabra alguna, cosa que había hecho el camino largo y aburrido.─ ¡Zhongli!,¿jugamos a algún juego? Me aburro demasiado.

¿Que tipo de juego quieres jugar? Aunque es un poco extraño que dos adultos jueguen a juegos.─ Respondió cansado el castaño.

Toc toc.

Pase adelante, siéntese.

Ya me arruinaste el chiste.─ Refunfuñó mientras empezaba a caminar más rápido.

𝘿𝙖𝙧𝙠𝙣𝙚𝙨𝙨─-.𝘟𝘪𝘢𝘰𝘵𝘩𝘦𝘳-- (SE IRÁ PRONTO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora