Capítulo 1

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—He says what you heard is true but I can't stop thinking about youand I, I said I've been there tooa few times

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—He says what you heard is true
but I can't stop thinking about you
and I, I said I've been there too
a few times.

Uh. Ahí viene mi parte favorita. El coro.

Sujeto el lápiz como micrófono y canto subiendo mi voz un par de tonos.

—You got that James Dean day dream look in your eye.

And I got that red lip classic thing that you like.

And when we go crashing down we come back every time. Because we never go out of style. We never go out of style.

Amo esta canción.

Sigo tarareando el resto de la letra mientras muevo la cabeza y los pies al ritmo de la música.

Estoy recostada boca abajo en mí cama, se supone que haciendo la tarea aunque apenas he hecho la mitad. Se suponía que la música era para incentivarme no para distraerme.

Pero es que es imposible ignorar mis ganas de cantar a rodo pulmón junto a Taylor Swift.

Todo va bien durante un par de minutos más y hasta consigo avanzar otro poquito con la tarea pero de pronto...

—¡Amelie, te estoy hablando con un demonio!

Su grito taladra en mis oídos a pesar de tener los auriculares puestos y la música con volumen alto.

Oh, no.

Definitivamente se escuchó molesta y eso que estoy segura que apenas me me ha hablado una vez. Pff. Eso solo puede significar una cosa: está intoxicada. Otra vez.

Por un momento tengo el pensamiento de subirle el volumen a la música e ignorarla, pero sé que eso empeoraría las cosas así que no tengo de otra más que quitarme los auriculares, salir de la cama e ir a ver qué quiere ahora.

Salgo de mi habitación y camino perezosa hasta llegar a la pequeña sala que tenemos, y entonces me encuentro con el mismo escenario de casi siempre.

Ella sebtada en el sillón, fumando y bebiendo su cerveza número no sé cuánto, con los ojos rojos y riendo a carcajadas con un hombre que no tengo idea de quién es. Siempre es uno diferente.

¡Agh! Por esto odio pasar los fines de semana aquí.

El tipo es el primero en verme y me da asco la mirada pervertida que pone cuando me examina de pies a cabeza. Él me sonríe pero yo lo miro con el mayor desprecio posible, antes de dirigirme a mamá.

—Deberías decirle a tu acompañante que controle sus ojos y deje de mirarme como lo hace.

El tipo aparta la mirada de inmediato pero ella pasa por alto mi comentario, como siempre.

—¡Vaya! Hasta que por fin apareces. Te estuve llamando varias veces.

—Solo me llamaste una vez —replico.

La apuesta perfecta [+18]  [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora