XVIII

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ADVERTENCIA

El siguiente capítulo si está bien juerte y jarioso, se recomienda discreción y tener más de 18 con una mente tan abierta como el qlazo de Iceberg xd.

~🍆🍑🍆🍑🍆🍑~

Charles no podía controlarse para nada. Aún cuando una parte de si le decía que debía bajar la intensidad, otra le gritaba que hiciera suyo a Julian tantas veces como pudiera, y de la forma más salvaje que existiera. Obviamente la segunda voz estaba ganando.

Ni siquiera pudo esperar a que el Omega se acostumbrara a la intromisión, simplemente llegó hasta el fondo, y comenzó a moverse.

—¡Ah, ah! Charles, e... Espe... ¡Ngh! – En ese momento, Julian acabó por segunda vez.

—¿Quién te dio permiso de correrte?

—Mng... Lo siento... Perdoname Charles...

—Una cosa más... Te vas a referir a mí como "mi señor" ¿Esta claro?

—Pe-pero...

—¿Está claro? – Repitió a la par que se movía con más fuerza.

—¡S-si mi s-señor!

A pesar de lo obediente de Julian, Gears no disminuyó la velocidad. Los ruegos por piedad llenaron la habitación, pero eran olímpicamente ignorados, pues el Alfa solo se centraba en su propio placer.

—¡Po-por favo! ¡Voy a... Voy a correrme de nuevo! – Se escuchaba rogar a Iceberg por el permiso, pero en ningún momento Charles cedió.

Fue inevitable, el menor terminó de nuevo, sin tener tal preciado permiso y rasguñando sin querer los brazos de su Alfa. Gears bufó, mostrando su molestia.

—Hmp, no solo me desobedeces, también me terminas lastimando.

—Fue un accidente...

—No es excusa. – Salió de su interior, pero solo para darle la vuelta.

Apenas lo tuvo de espaldas, hizo que levantará su trasero y volvió a entrar en él con la misma intensidad de antes. Julian se esforzaba está vez por controlarse y, por consiguiente, era menos ruidoso.

—Abre la boca. – Iceberg solo lo miró de forma suplicante. Ser desobedecido no le agradaba a Charles, así que para hacerlo gritar de nuevo, tomó su cabello y lo jaló, logrando su cometido. —No importa que tanto te resistas, me terminarás obedeciendo solo a mi.

—S-si...

—¿Si, que? – Cuestionó mientras volvía a jalar su cabello.

—¡S-si mi señor!

—Exactamente... Soy tu amo y señor, y solo me puedes obedecer a mi. – Soltó su cabello, solo para poder poner ambas manos en su trasero. —Y eso es porque todo de ti me pertenece...  No importa que tan rudo sea, siempre levantarás y me ofrecerás el culo si así lo requiero, o bien abrirás esa boquita tuya y me dejaras venirme tantas veces quiera, sin importar cuánto tengas que tragar, pues no te permito desperdiciar ni una sola gota ¿Entiendes? – Como última advertencia, apretó tan fuerte el trasero de Julian que encajó sus uñas y lo hizo sangrar un poco.

—S-si... Mi señor...

—Que buen chico... – Se inclinó para poder susurrarle al oido. – Puedes venirte. – Y en ese momento también se acercó a su cuello y lo mordió.

A pesar del dolor de la mordida, el Omega sintió la mayor satisfacción que pudo haber conseguido en lo que iba de la noche, pues por fin tenía el permiso de su Alfa para desahogarse. También ayudó el sentir como era llenado por el caliente y espeso semen de Charles. Si no fuera por la vasectomía a la que se había sometido, de seguro ya estaría preñado.

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