Un mago originario de Nueva York y su familia se mudan a Londres por nuevas oportunidades de trabajo, al padre de Jay le han ofrecido un puesto en el "departamento de regulación y control de criaturas mágicas" en el ministerio gracias a su reputació...
La víspera de navidad había llegado y desde que empezó el día William los tenía de un lado a otro con las compras de la cena y los regalos.
Primero habían estado visitando los centros comerciales de Londres muggle, donde consiguieron los ingredientes para la gran cena que tenían planeada, sólo hiban a ser cuatro personas, pero les gustaba lucirse con todo tipo de platillos, además, más cena significan muchos días de recalentado.
Después decidieron visitar el callejón diagon para los regalos, la familia se separó para comenzar a buscar buenos obsequios.
Nathan se paró primero en la tienda de madame malkin, Draco era gran fan de la moda y quería comprarle algo que lo haga lucir elegante, así que escogió un suéter negro de cuello alto. Su siguiente parada fue una tienda de accesorios, en el lugar compró dos brazaletes que sabía que le encantarían a Blaise. El regalo de Theo lo había comprado en una librería muggle, el chico era un afisionado de la lectura y el libro "El llano en llamas" del escritor mexicano Juan Rulfo parecía ser un buen obsequio.
Con Harry era complicado, no conocía bien al chico como para saber que regalarle, y se sentía mal de que Harry supo exactamente que darle. Estuvo dando unas cuantas vueltas hasta que algo brillante llamó su atención, en uno de los mostradores se podía apreciar un collar de snith dorada, a Harry le gustaba el quidditch, además de ser buscador del equipo de su casa, así que sin pensarlo dos veces entró a la tienda y pagó por el accesorio.
Pará el resto de sus conocidos solo compró dulces, no se llevaba bien con los amigos de Harry, pero sería descortés solo regalarle algo a él, así que compró una caja de ranas de chocolate para ellos.
Al llegar a su casa se apresuró a enviar los regalos a Hogwarts para que estuvieran a primera hora de la mañana del día siguiente.
Junto a su padre y sus hermanas comenzaron a preparar la cena, todos cortaban, peleaban y hervían ingredientes, una de las actividades que más disfrutaban hacer en familia era cocinar, así que estaban poniendo todo su empeño para que la cena quedara perfecta.
Junto a Katherine acomodaron la mesa, pusieron los tapetes rojos con verde y colocaron un bello centro de mesa con una esfera de cristal en medio. Uno por uno, los platillos fueron saliendo del horno, acomodándose en la parte central de la gran mesa, entre ellos había pavo, lasaña, ensaladas de frutas y panes de queso y ajo, todo lucia tan delicioso y mágico.
Cuando dieron las 12 la familia comenzó a degustar sus creaciones, todos disfrutaban de su compañía y platicaba sobre sus planes a futuro, o como poco a poco se hiban adaptando a su nuevo entorno. Después de la cena, todos se posaron debajo del árbol navideño, tomaron algunas fotos y abrieron los regalos que se habiten comprado entre ellos.
En el pie del árbol ya se encontraban los regalos que habían enviado sus amigos, Draco le había enviado un par de peluches con forma de criaturas mágicas, Nathan amaba los peluches y su cama en su dormitorio estaba casi llena de ellos, Blaise le había comprado un par de zapatos elegantes y de Theodore recibió un kit de pociones, lleno de frascos y goteros de cristal.
Todos sus regalos le habían encantado y no ignoraba el bello anillo de obsidiana que portaba en su dedo anular.
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