|13| La Casa de los Gritos.

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Los cuatro se habían quedado paralizados, Nathan sentía que una profunda tristeza lo invadía, pero como si por arte de magia se tratara, derrepente se esfumó y sólo tenía un extraño presentimiento.

-¡Hagrid!.- Susurró Harry, sin pensar en lo que hacía se dio la vuelta, pero Ron y Hermione lo cogieron en brazos.

-No podemos.- Dijo Ron, pálido.- Se verá en un problema más serio si descubre que los hemos ido a visitar...

-¿Cómo... han podido...?.- Preguntó Hermione, jadeante.

-Vamos.- Dijo Ron, tiritando.

-Por primera vez estoy de acuerdo con Weasley.- Nathan estaba confundido, tenía el presentimiento de que algo hiba a pasar, fuera bueno o malo, era major evitarlo y salir de ese lugar.

Reemprendieron el camino hacía el castillo, andando muy despacio para no descubrirse, la luz se apagaba, cuando llegaron a campo abierto, la oscuridad se cernía sobre ellos como un embrujo.

-Scabbers, estate quieta.- Susurró Ron, llevándose la mano al pecho, la rata se retorcía como loca, Ron se detuvo obligando a Scabbers a que se metiera del todo en el bolsillo.- ¿Qué te ocurre, tonta? Quedate quieta... ¡Ay! ¡Me ha mordió!.

-¡Ron, cállate!.- Susurró Hermione.- Fudge se presentará aquí dentro de un minuto...

-¡Weasley si no controlas a tu maldito animal, juro por merlín que le tirare un crucio!.- Por la culpa del pelirrojo se estaban atrasando y Nathan cada vez estaba más nervioso.

-¿Qué le ocurre?.

Notó qué Crookshanks se estaba acercando a ellos sigilosamente, arrastrándose y con los grandes ojos amarillos destellando pavorosamente en la oscuridad.
Nathan comenzaba a sospechar lo que estaba a punto de suceder, y valla que no hiba a ser lindo.

-¡Crookshanks!.- Gimió Hermione.- ¡No, vete, Crookshanks! ¡vete!.

Pero el gato se acercaba más.

-Scabbers... ¡NO!.

La rata escapó por entre los dedos de Ron, se echó al suelo y huyó a toda prisa. De un salto, Crookshanks se lanzó tras el roedor, y antes de que Harry y Hermione pudieran detenerlo, Ron se salió de la capa y se internó en la oscuridad.

-¡Ron!.

Se miraron y lo siguieron a la carrera, era imposible correr a toda velocidad debajo de la capa, así que se la quitaron y la llevaron al vuelo, oían delante de ellos el ruido de sus pasos y los gritos que dirigía a Crookshanks.

-Aléjate de él..., aléjate... Scabbers, ven aquí...

Oyeron un golpe seco.

-¡Te he atrapado! Vete, gato asqueroso.

Los chicos casi chocaron contra Ron. Estaba tendido en el suelo, Scabbers había vuelto a su bolsillo y Ron sujetaba con ambas manos el tembloroso bulto.

-Vamos, Ron, volvamos a cubrirnos.- Dijo Hermione jadeando.- Dumbledore y el ministro saldrán dentro de un minuto.

Pero antes de que pudieran volver a taparse, antes incluso de que pusieran recuperar el aliento, oyeron los pasos de unas patas gigantes. Algo se acercaba a ellos en la oscuridad: un enorme perro negro de ojos claros.

Nathan lo reconoció de inmediato, era Sirius Black.

Harry quiso coger la varita, pero ya era demasiado tarde, el perro había dado un gran salto y sus patas delanteras golpearon el pecho de Harry, el cayó de espaldas.

Ron se levantó, cuando el perro volvió a saltar contra ellos, Ron empujó a Harry hacía un lado y el perro mordió el brazo estirado de Ron. Harry embistió y agarró al animal por el pelo, Nathan no sabía que hacer.

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⏰ Última actualización: Feb 19, 2023 ⏰

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