𝐌𝐨𝐨𝐧𝐥𝐢𝐠𝐡𝐭 | 𝒅𝒆𝒔𝒄𝒆𝒏𝒅𝒂𝒏𝒕𝒔

III: El museo

03

DOUG GUIÓ AL GRUPO HACÍA LOS DORMITORIOS, primero dejamos a Jay y Carlos en el área de los chicos, para luego cruzar hacia la de las chicas.

Freno ante una puerta observando su libreta.

— Aquí se quedarán Mal y Evie mientras que Cassandra estará en... — volvió la mirada a sus anotaciones y señaló la puerta junto a las chicas. — Ahí.

— ¿Tendré un dormitorio sola?. — preguntó incrédula.

— No, estás junto a Jordan. — Doug se rasco la nuca tímido.

Moví la mano restando importancia; por más que me encantaría seguir jugando con la poca paciencia de Mal, era muchísimo mejor no compartir habitación con ambas villanas.

— Bueno, estas son sus llaves, si las pierden tendrán que ir a dirección por unas nuevas.

Me entregó un juego de llaves con un delicado llavero de una rosa roja, era evidente quién lo había escogido.

— De acuerdo, fue un placer Doug, espero verte pronto por ahí. — sonrió con ternura hacía el chico de lentes.

No volví a mirar a ninguna de las chicas adentrándome en mi nueva habitación.

Era enorme, había dos camas, ambas con un exótico dosel de telas turquesas junto a un bordado dorado, igual que todas las decoraciones brillantes, habían cojines por todos lados. Una enorme alfombra azul decoraba el centro de la habitación, sintió que la conocía de algún lado. Al principio creyó que Doug se había confundido, porque no había nadie en la habitación.

Dejó sus cosas a un lado y se acercó a un brillante rubí rojo que brillaba en lo más alto de una pila de libros.

— ¡Vaya! Y pensar que yo tenía que robar para sobrevivir en la isla. — bufó irónica.

Su rostro estaba a centímetros del rubí que cada segundo parecía más atractivo, creía escuchar un leve susurró que le pedía que lo tomará, pero no iba a caer en ese truco, rápidamente se giró y tomó una lámpara que estaba escondida entre telas.

Un humo denso de color azul empezó a salir de la lámpara, causando que una rubia apareciera justo frente a ella mágicamente.

— Tú debes ser Cassandra, ¿no?. — sonrió galante. — Descubriste la trampa.

— Sí, soy Cassandra. — sonreí de vuelta, admire mis uñas para volver a fijar mi mirada en Jordan — Era un poco obvio, cariño.

Soltó una carcajada divertida.

— Eres una ladronzuela. — declaró. — Una muy buena, si me dejas decirte.

Me encogí de hombros despreocupada y me dejé caer sobre la cama posando mis manos detrás de su cabeza.

— Por cierto, soy Jordan, hija del Genio de la Lámpara. — también se arrojó a su cama.

Debía ser tan poderosa como su papá, eso me podía servir en un futuro, debía convertir a Jordan en una aliada.

— Genial, yo soy hija de Madre Gothel. — inconscientemente llevé mi mano al óvalo en mi pecho. — ¿Y tienes poderes?.

— Sí, pero tengo prohibido usarlos para mí beneficio o esas cosas a las que no les presto mucha atención. — rodó los ojos aburrida.

Chasqueo el dedo y un chocolate apareció en su cama mágicamente, en la mía también, junto a un papel que decía "DE: La Genio más poderosa e increíblemente atractiva". Me reí quitando el envoltorio.