PROLOGUE🌛

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LA CASTAÑA SE SENTÓ EN LA ORILLA de la torre donde vivía, observando a todos los niños, adultos y ancianos desde su altura con aires de grandeza.

En un momento logró distinguir una cabellera morada, Mal estaba haciendo uno de sus famosos graffitis, debía admitir que la chica tenía mucho talento pero, no le daría el placer de saber su opinión positiva acerca de su arte.

Siguió con la mirada a la villana hasta que está se encontró con su pandilla, conformada por Evie, Carlos y Jay, el cuarteto dinámico. Hijos de los peores villanos.

Evie y Carlos son los más cercanos a un amigo que ella tiene en la Isla, sin contar a Uma, la pirata que constantemente estaba rondando por ahí a su alrededor.

— Cassandra, querida, acércate por favor. — la débil voz de su madre la hizo despegar la vista de los jóvenes villanos.

Se encontró con su madre acostada en su sillón, admirando su reflejo en un espejo, lo que la hizo suspirar cansada.

— Madre, aunque sigas admirando tu reflejo, nada cambiará. — se encogió de hombros. — La barrera impide que cambie tu físico.

Por más que su madre lo intentara, no podía, así la mismísima Rapunzel se presenté y haga brillar su cabello, no funcionaría.

— Lo sé, Cassandra, no te llame para eso. — alejo el espejo de su rostro arrojándolo por el aire despreocupada.

Me miró con una sonrisa llena de misterio.

— Ugh, ¿porque pones esa cara?. — cuestione haciendo una mueca de desagrado.

— Adivina... o no, mejor no, te dire ahora. Fuiste invitada a Auradon, estrellita. — declaró saltando en su lugar. — ¡Vaya tontería!

Impactada estuvo apunto de caer por la torre, pero Gothel tomó de sus hombros arrastrándole hacía adentro.

— No puede ser... — llevo una mano a su pecho que latía sin parar. — ¿Estás bromeando?

— Pensé lo mismo, leí esta carta con letra elegante y pensé ¡al fin algo a mi altura!. — miró al techo con grandeza. — Pero no, es una clase de broma de mal gusto que hace el hijo de esa bestia horrorosa.

Rodé los ojos tomando la carta que tenía mi madre.

El futuro rey Ben, hijo de la Bella y la Bestia, será coronado pronto y su primera proclama real es llevar a cinco hijos de villanos a Auradon, para que formen parte de un nuevo programa de reinstalación.

Y una de las elegidas era nada más y nada menos que yo.

— Ni se te ocurra pensarlo. — su madre la apuntó con su dedo índice. — Esa bestia debe tramar algo malo.

Su sonrisa se borró de su rostro tan rápido como apareció, tal vez tenía razón, era una broma de mal gusto, pero quería tomar el riesgo.

— ¡Oh, vamos! ¿Que podría ser peor que estar aquí encerrada el resto de mi vida?.

Gothel me enrolló en sus brazos.

— Estar lejos de tu madre, obvio. — suspiró con pesadas. — ¿Qué harías sin mi, querida estrella?.

Suspiró, tratando de no ahondar mucho en su pregunta, no le gustarían las diversas respuestas que tenía para ella.

— Madre...

— Aquí puedo protegerte de ti. — su pecho dolió ante la declaración. — No sobrevivirás sola.

Los villanos que habitaban en la isla no estaban preparados para el ataque que le estaba dando a la castaña, sus ojos brillaron en magenta y el óvalo que descansaba en su pecho brilló con mucha intensidad.

La isla de los Perdidos empezó a temblar, piedras de luz de luna crecían en diversas partes de la isla, un grito desgarrador salió de la garganta de la adolescente.

— ¡Cassandra, debes calmarte! — el grito de su madre pasó por alto, intentó tomar aire pero, la ansiedad del momento no se lo permitía. — Inhala y exhala, todo pasará, solo debes respirar.

Otro grito aún peor que el anterior salió de la garganta de la castaña, no podía controlarse y el poder de la barrera la estaba hiriendo, sentía como la magia que emanaba de la barrera le arrebataba el aire.

— Odio esa piedra. — se quejó su madre arrodillándose a su lado.

La tomo entre sus brazos acariciando su cabello con delicadeza, diciendo palabras para calmarla cuando empezó a cantar su famosa canción.

[...]

Flor que da fulgor
Con tu brillo fiel
Mueve el tiempo atrás
Volviendo a lo que fue

Quita enfermedad
Y el destino cruel
Trae lo que perdí
Volviendo a lo que fue
A lo que fue

Sus latidos empezaron a ser pausados, normales, su respiración volvió a la estabilidad y no pudo evitar soltar lágrimas de impotencia.

— ¿Lo ves? No eres más que un pequeño lucero sin mí. — dejo un beso en su sien. — Eres mi estrellita.

Lloró un poco más, y otro poco más cuando su madre abandonó la torre para ir a retocar su cabello al salón de belleza de Lady Tremaine, y aún más cuando una villana peculiar hizo su aparición en la torre.

— ¿Así que fuiste una de las elegidas?. — asentí con la cabeza. — ¿Por eso tu show de hoy?.

Asentí nuevamente.

— Tuve una pequeña discusión con mi madre, es que Gothel me pone los pelos de punta a veces. — bufé, ahora enojada. — No iré a ese estupido reino.

— ¿Qué? ¿Estas hablando en serio?.

— Así es.

— No permitiré que hagas esa estupidez. — Uma tomó mis manos. — Debes ir, allá podrás encontrar algo que te ayude con esas piedras, tú madre no siempre tiene las respuestas a todo.

Era cierto, a pesar de que ella creía que sí.

— ¿Dónde buscaría esas respuestas?.

— No lo sé, mi madre me dijo que no sabía nada acerca de tu poder, pero quizás el Hada Madrina si. — apretó un poco más fuerte sus manos. — Cuando Ben haga otra proclama, seré yo la que vaya, así que irás y me esperaras, a todos nosotros.

Uma no la dejó objetar, ella le hizo saber que realmente creía que esto sería una gran oportunidad para Cassandra, el poder de la piedra de luna era cada vez más descontrolado y realmente quería que ella tuviera una buena vida, no la que tenían que sufrir por los errores de sus padres.

Así que preparó sus pertenencias sin informar a Gothel, ella iría a Auradon, con o sin su aprobación.

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𝐌𝐨𝐨𝐧𝐥𝐢𝐠𝐡𝐭 | 𝒅𝒆𝒔𝒄𝒆𝒏𝒅𝒂𝒏𝒕𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora