Jisung tiene una familia encantadora, una madre que lo apoya en todo, un novio sacado de una fantasía y el mejor sobrino del mundo.
Solo que él y su pareja tienen que hacerle entender a su maravillosa familia, que Jun no es una niña, y jamás lo será...
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Hyeong Jun sabía que no podría depender siempre de la protección de su familia, sabía que había momentos donde ni sus padres, ni sus tíos, ni sus abuelos estarían ahí para defenderlo.
Por eso agradecía a sus piernas por no haberle fallado en ese momento, mientras era perseguido por tres tipos mayores con intenciones nada legales.
Golpearlo por "travelo" y volverlo la chica heterosexual que debía ser, según ellos.
Se había separado hacía poco de sus amigos, que habían ido a acompañar a Jooyeon a casa de los tíos de Jun, y él quiso volver solo. Supo que había sido una mala decisión cuando tres adolescentes, de unos dieciocho, comenzaron a seguirlo en la oscuridad de las calles.
Estúpido cuerpo de chica y estúpidos hombres, estúpidos por creer que algo de sexo iba a devolverlo mágicamente al "buen camino" y estúpidos por querer tomarlo a la fuerza cuando dijo que no por que sin ninguna vergüenza se lo habían ofrecido antes.
Encendió el móvil, ni siquiera miró a quien le hablaba pero comenzó a grabar un audio. Gritó donde estaba y la descripción de los chicos que le perseguían, trataba de llegar a su casa pero aun quedaba lejos, y normalmente esperaba al bus, pero no podía permitirse parar de correr, no mientras sus piernas le dejasen seguir corriendo. Miró el nombre del chat al que había hablado, y vió el nombre de su grupo de amigos, ese en el que estaba con sus amigos de toda la vida y otros dos chicos mayores del instituto.
La policía tardó poco en aparecer, y sus amigos en encontrarlo y esconderlo de aquellos chicos. Al sentirse a salvo, sus piernas temblaron y las fuerzas lo abandonaron, aunque por suerte, Seungmin estaba ahí para no dejarlo caer. Escuchaba los gritos de Jungsu y Gunil lejanos, como si no estuvieran a pocos metros de él, la carrera lo había dejado agotado. Los tres jóvenes que lo habían perseguido, solo recibieron una pequeña multa, que pagaron con el dinero de sus padres, por que no le habían hecho nada físico a Jun, y los dejaron libres.
La hipocresía de la justicia, que no ayudaba al indefenso, sino que únicamente beneficiaba al que tenía dinero.
– Junnie ¿Estás bien?¿Seguro que no te han hecho nada? –
– Creo que si... solo estoy muy cansado –
Hyeong Jun se aferró a los brazos de sus amigos, que lo mantenían lejos del frío suelo, no tenía la costumbre de hacer ejercicio, y sus amigos lo conocían como el "perezoso" del grupo, y aquella carrera por su vida, lo había dejado completamente agotado.
Sin embargo sacó nuevamente su teléfono para hablarle a su familia un pequeño mensaje para explicar lo que había ocurrido y tratar de tranquilizarlos, asegurando que no había ocurrido nada malo y que ya estaba bien.
Familia Han❤️:
Junnie 🦥:
Unos chicos me han perseguido varias calles, pero ya llamé a la policía y los han multado.
