Zart empezó jerarquizando sus ideas, pensó en dividir los géneros sexuales del gentío en la cafetería para saber la probabilidad de que su adversario sea de cierto género determinado, pero canceló hacer el cálculo al ver la réplica de ambos contadas por partes casi iguales, sospecho que su enemigo invitó a mujeres y hombres por igual. Vio el pedido de cada uno, si su contendiente no mentía debía estar con una taza de café casi lleno, pero la mayoría tenía el mismo pedido. Miro por todos lados para aprenderse cada rostro, en algún momento eso le serviría muchísimo, se sentó en la última mesa que daba contra la pared para poder mirarlos a todos desde esa posición.
—Aquí te dejo la carta, recuerda que hoy estamos regalando el café a cortesía del anfitrión. —<<Puede ser ella, qué mejor forma de burlarse de uno que atendiéndolo en su propia cara. Aunque fuera tan descarado no creo que se exponga mucho a no ser que sepa que ya me gano, cosa que dudo, si quiere superarme o parecerse a mí no le gustaría perder nunca. No, debe estar cerca, pero sin arriesgarse tanto. >> Empezó a mirar entre la gente mientras pedía el café para calcular con su tiempo de beber el tiempo que tenía para descubrirlo <<Debe estar complacido así que beberá más lento que lo que alguien normal lo haría, beberé normal para así apresurarme a descubrirlo, ahora este café es un reloj de arena. >>
¿Cómo saber quién era? Pensó al ver las casi cien personas, se dejó llevar por su intuición, se aprendió varios rostros y anotó en su libreta las cosas principales de ellas, varios más les había llamado la atención, pero había un patrón invisible que Zart nunca supo descifrar hasta que fue tarde, que hizo que sólo se fijara en gente especifica. Había un pelirrojo de ojos azules, una mujer con heterocromía con un ojo verde y otro color miel en la barra, había una mujer tan delgada como una modelo, otro hombre de rasgos finos. Luego se fijó en los grupos que habían, había un grupo lgbtiq+ en el rincón de toda la cafetería, dos mujeres ejecutivas en el centro de una mesa que veían mucho al hombre de rasgos finos, habían varios hombres que parecían de una mafia por sus mudas tan extravagantes y sus bastones de madera fina, que de vez en vez veían a otro hombre <<Debe ser una mujer, hoy sus palabras eran delicadas al igual que el tono que aplicaba con ellas, tener ese grado de cuidado en las palabras es difícil, aunque la llamada no duró tanto como para que no pueda ser actuada, no me servirá mucho aprenderme cada rostro aunque de alguna forma estas personas deben estar cerca de él, no porque sean sus amigos si no porque se ve que es gente escogida, si fuera al azar no habría grupos en esta sala, así que el aprenderme la mayoría hará que si alguno de ellos sabe de él, servirá de mensajero ¿dónde puedo encontrar el patrón para evitarme todo esto?>> Desde muy pequeño Zart sabía que los patrones lo eran todo para descubrir a un asesino serial, no lo descubrió por un caso que haya solucionado él, pero si era por un caso que hace mucho había escuchado de un policía.
El caso había sido muy simple para los casos que Zart había solucionado, pero siempre le sirvió de ejemplo y motivación para hacer que sus casos sean igual de simples a ese. Hace mucho aquel hombre sin cabello le mostró en un periódico el caso, los titulares junto con las columnas resaltaban mucho el heroísmo del policía que lo había resuelto. Había un asesino a sueldo que mató a innumerables niños, siempre le sacaba las últimas costillas a cada uno para no dejar algunas evidencias guardadas ahí, se encontraba un olor insólito de un líquido que provenía de un país extranjero, pero nada más, aquel producto se mantenía en secreto para que el negocio nunca se dañara, y los químicos que lo descubrieron eran amenazados o comprados para la protección de los vendedores.
Sabía que el hombre que los asesinaba tenía información clasificada de cómo el cuerpo guardaba pistas para que los forenses determinen cuándo pasó, cómo y hasta quién lo hizo. Lo supo desde que vio al primer niño sin esas costillas de abajo y sin huella alguna, tampoco se veía forcejeo, es más, por no haber sido tan meticuloso en sus asesinatos no se hubiera sabido que era el mismo asesino, por sus conocimientos pudo haber hecho que parecieran suicidios, pero siempre los dejaba igual, en un monte sin costillas, con el característico olor.
ESTÁS LEYENDO
Juego de máscaras
General FictionZart es un detective que pudo resolver su primer crimen gracias al trauma de verlo con sus propios ojos, eso era una de las pocas cosas que él podía recordar, ya que su memoria, gracias a constantes traumas no le permite poder escudriñar el pasado...