Sin sospechosos, sin pistas

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Zart había determinado irse con Alessandro con quien alimento una delgada amistad, ambos mientras sus heridas físicas sanaban, pretendieron restaurar las que sus almas habían tenido para no confiar en nadie. Mientras, su enemigo en común dejo de hacer tales barbaries. Los cuerpos de los gemelos y de las prostitutas no se localizaron y por la ausencia de nuevos casos desde que se dio la noticia de que el culpable era el mismo detective del caso, se daba por sentado su juicio. Cada página de detectives fanáticos en casos ajenos apuntaba a la misma persona que los noticieros.

En varias ocasiones Alessandro le compartió su deseo de irse a vivir con su hija y su esposa a un lugar cuyas descripciones parecían oníricas: cabañas con un fuego infinito, climas llenos de silencio y murallas contra la sociedad, soles de primavera y noches otoñales. Lugar que sólo Zart podía creerle, pues era lo que él había tenido y lo que el cruel complot de la zozobra del destino le arrebato. Alessandro compartió de su pasado, le dijo que su padre se había vuelto alguien que todo el mundo detestaba, pero que pocos reconocían que la vida lo obligo a ser así, se habían criado de una calle lleno de problemas en otro país, donde la mayor aspiración era ser narcotraficante o un grupo armado fuera de la ley: <<optar por vivir así, es más cuestión de una dictadura de Dios que de su falsa ilusión de elección.>> Dijo y agregó que sus vidas no eran diferentes. Aunque el detective sentía que tenía razón no conocía su pasado y se lamentaba por no poderlo alentar con sus penas, sin embargo, compenso su silencio con otros discursos.

—Es decepcionante que los criminólogos y los fanáticos no hayan conectado los casos de la casa quemada de cera con la explosión de la discoteca, sólo es unirlas para saber que entre ellas hay una conexión subterránea que los llevaría a muchos lados y en uno de esos lados estaría yo. Es decepcionante y triste, triste porque sé que mi enemigo ya descubrió dónde estamos, pero tal vez se cansó de jugar— conversaron con la mirada y agrego—, si se cansó de jugar seré un estúpido para siempre, mientras este juego siga aún tendré esperanzas de ser el vencedor.

—Tal vez ellos saben dónde estás, pero no se arriesgan a decir nada por miedo a la mafia.

—En alguna parte del mundo alguien debe saber dónde estoy, hasta podría saber quién es el asesino, sólo que su valentía lo cohíbe.

—Más bien su ausencia, pero porque lo dices con tanta seguridad.

—Recuerdo que siempre tenía respuestas que muchos ignoraban. Una vez me enamore de unos hermosos ojos, porque parecía una aurora apagada, una luz en el abismo, logre ver en ellos algo particular así que llame a un oftalmólogo...pudimos descifrar que el asesino de aquella aurora silenciada había sido su hijo, quien había mentido sobre su muerte. Encontramos ácido sulfúrico en sus ojos, al ver que no pudo matarla con el químico por dosis incorrectas, la agarró con la correa con que más le pegaban y le apretó el cuello con una fuerza sobrenatural para un niño. Yo sabía que era él, los demás no creían en aquella fuerza, además que les gustaban los casos de suicidios por flojera profesional. No pude demostrarlo, aunque tenía razón, no fue hasta que encontré un compañero para hacerlo, uno en esas páginas.

—¿Soy ese compañero?

—Espero que lo seas, más que mi enemigo porque para serte sincero nunca tuve el primero y tuve a montones el segundo. —La respuesta embestía a Alessandro quien se veía conmovido por micro gestos, sin embargo, reconocía lo frágil que eran sus lazos. —A decir verdad, subestime a mi enemigo porque la tecnología había hecho todo más sencillo, muchos no saben cómo evadir esa seguridad, antes no había un video que te pudiera culpar, ni el equipo de los forenses era tan avanzado, la misión de un detective está casi muerta, por eso me había retirado...no puedo dejar de sospechar de ti, ni siquiera de mi esposa, este hombre sabe cómo funciona el mundo. — Su voz se había tornado triste por lo que su amigo le tomó del hombro y le dijo.

Juego de máscarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora