Una taza de su propio café

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Corrió entonces al lugar donde auscultó algo, era la policía, por las cámaras el celador había reconocido a Zart, que salió corriendo por detrás del colegio, noqueo al guardia que estaba en ese portón con un golpe en el cuello de la misma manera que lo había hecho con su compañera, lo hizo por venganza al llamar a la policía, pero también para poderse fugar con sus llaves.

Mientras su sombra se alargaba hasta fundirse con la oscuridad de la noche, vio en una de las aulas de clase a un hombre encapotado, quería devolverse, pero ahora tenía muchas cosas que hacer, para él era probable que el encapuchado fuese su enemigo, sobre todo porque lograba ver el saco de lana por los reflejos de la luz de un faro, pero ignoro la oportunidad de perseguirlo.

Todo ese tiempo intentó atrapar a un culpable cuando se trataba de dos, quizás más, estaba seguro de que eran dos porque uno de ellos debía estar en la cafetería con él, pues su enemigo siempre había sido de palabra, así que uno estaba ahí en el aula de clases viendo por el ventanal a Zart y el otro buscando a Verá ¿para qué? No lo sabía. Sólo subió al carro de ella y pensó <<Vino a borrar el video así que quiere entretenerme para que no sepa qué pasa con mi esposa. >>. Pareció que el video sólo podía decirle a donde se dirigieron, pero esa vía lo guiaba a donde el guardia custodiaba la fiesta clandestina por lo que sí la tuvieron en algún lado o estuviera aún en algún lugar, era ahí.

Hizo un mapa en su mente para recordar el recorrido que hizo en el subterráneo. Llegó a una casa de color salmón de dos pisos, dos ventanas que daban a un rompoin, a su lado había un pasillo que llevaba al patio trasero de la casa, pensó en inspeccionar primero allá para tener más información del lugar, vio que atrás de la casa parecía que el revés fuera la legítima entrada, había un portón de madera con una chapa de oro, la fachada seguía con el color salmón, pero se veía una terraza en el segundo piso, al frente de su vista sólo se veían más casas con los mismos techos de ladrillos, el patio tenía una escalera trasera que perdía su rumbo. Se acercó a la puerta para golpearla porque no traía consigo su llave maestra. <<Como los detectives caballeros>>. Pensó después de recordar que ya había ido allá en una ocasión.

Después de un íntimo suspiro que simbolizaba una balanza que acarreaba el peor de los presagios en contra de una pequeña esperanza, al imaginar todo lo que le podía esperar detrás del portón...escucho unos pasos absortos, ensimismados, para Zart era probable que los que se vestían de mafiosos estuviesen ahí, después de todo la casa lucia de mucho dinero, con un estilo peculiar parecido al victoriano, pero con colores que querían disimular su riqueza. La perilla se movió lento y lo primero que pudo penetrar su vista al lugar fue una pared verde que daba a la sala de la chimenea, se escuchaban varias mujeres reír al son de las llamas de la fogata, de hecho, replicaban los movimientos de las llamas con su cuerpo desnudo. Una de las mujeres desglosaban un olor a alcohol muy fuerte. Su mirada fue apartada de esa grieta visual al escuchar el fuerte "clic" de un arma al ser cargada, cuando volteo a mirar estaba el guardia de la escuela al frente suyo.

—Qué bueno que estás acá, entra rápido. ¿Alguien te siguió?

—No, pero, no tenemos mucho tiempo, me traje el carro de Verá. — Respondió Zart con una extraña seguridad en el tipo.

—Ven rápido. —Le dio paso a seguir, luego lo empujó a un sótano, por lo que Zart no alcanzó a ver a las mujeres desnudas, pero percibió a dos hombres estar disfrutando de esos bailes eróticos, antes de bajar la escalera se fijó en el panorama del lugar, su decoración era idéntica a los antiguos domus de roma, de hecho el detective no se había fijado en lo amplia que era la casa con el croquis que había hecho de la misma, posiblemente contaba con todo lo que un domus antiguo contaba: una sala de banquete, la axedra, el comedor de gala, un patio interno aparte del de afuera con un hermoso jardín que lo rodeara y una fuente en la mitad de la cuadrada casa, entre otros cuartos importantes como las habitaciones, los baños y demás. Estaba seguro de que todo estaba hecho de la misma madera de la puerta, pero debía haber más mármol que madera, todo se veía acomodado a una época más lujosa conservando la exquisita arquitectura de antes.

Juego de máscarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora