36 » Agridulce.

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EXTRAÑOS

— 27 DE JULIO —

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— 27 DE JULIO —


AIDEN MARSDERN.

Llevé, de manera distraida, mi bolígrafo azul hasta mis labios. Mis dientes lo aprisionaron mientras observaba casi con desdén la hora que marcaba el reloj. Me balanceé en la silla de oficina y miré por quinta vez mi móvil, esperando recibir su mensaje. Elevé ambas cejas, expectante, al ver como me entraba una notificación.

Pero no era de Jax. Era de Chiara.

Una sonrisa tiró de mis labios y respondí con rapidez a sus buenos días. Al hacerlo, recordé como breves flashes, los meses en los que hablábamos, día tras día, por mensaje. Pensar en como todo había cambiado en un lapso de tiempo tan corto daba hasta vértigo.

Antes, nos comunicabamos a base de mensajes. Algunas veces nos escribiamos por la mañana, otras por la noche. Pero, en algún momento del dia, nos respondíamos, con nuestras realidades más allá de la pantalla.

Después, en vez de mensajearnos, nos llamábamos por la mañaba o por la noche. Conversábamos sobre lo que teníamos que hacer o lo que habíamos hecho ese día. Y aunque había veces en las que esas llamadas no se daban sabíamos que teníamos al otro tras la pantalla para lo que necesitáramos.

Ahora, ir a buscarla al trabajo había superado (y sustituido) esas llamadas con creces. Pues aprovechábamos para pasar un tiempo juntos y disfrutar de la compañía del otro. Incluso, en ocasiones, cenábamos juntos.

Perdí el hilo de mis pensamientos al ver a cierto rubio aparecer por el ascensor con la respiración acelerada. Fue entonces cuando me tensé y adopté una postura más formal.

—Jax —gruñí—, llegas tarde.

—El tiempo es relativo, jefe.

—No según mi reloj —bufé.

—Pero he llegado, ¿no?

—Ajá —rodé los ojos.

—He hablado con Aurora.

—¿Cómo? —arrugué la frente.

—Por eso he llegado tarde —aclaró.

—¿Algún día subiré y estaréis trabajando?

Ambos nos exaltamos al oír la voz de nuestra jefa, Madison Towsen, a escasos metros de nosotros. Compartí una mirada cómplice con Jax. Yo no le diría nada de que había llegado tarde, si él me cubría después para salir antes e ir a buscar a Chiara al trabajo con tiempo.

—¡Maddie! —la saludó con una sonrisa, Jax.

—Estamos en el trabajo —le recordó la castaña.

—Justo ibamos a verte para consultarte sobre un artista.

—No mientas, Aiden —se exasperó—. Solo... Trabajad.

Extraños: Entre mensajes borrados |  ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora