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—17 de mayo, 20:13 p

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17 de mayo, 20:13 p. m.

Aiden: Estoy cansado.
Pero una parte de mí, aún
quiere entenderte.

Aiden: ¿Harás cómo... si
nunca hubieses desparecido?
¿Eh? ¿Qué mierda ganas
apareciendo ahora?

Aiden: ¿Por qué mierda
me buscas? Y lo peor, ¿por
qué me importa con lo que vayas
a dar si me encuentras?

Aiden: Debería darme igual.
Tú, deberías darme igual.

[ los mensajes no han podido ser eliminados para la mala suerte del emisor ]


17 de mayo, 20:16 p. m.

Luciérnaga: ¿Mh?
¿Aiden? ¿A qué viene
tanta hostilidad?

Aiden: No era para ti.
Yo... Quise intentarlo.

Luciérnaga: ¿De qué hablas?

Aiden: Quise probar eso
que haces usualmente, lo de
enviar y borrar mensajes...

Aiden: Pero (sin darme
cuenta) he excedido el límite
de tiempo y ya no he podido
borrarlos. No eran para ti.

Luciérnaga: Oh. De
haberlo sabido no los hubiese
leído. ¿Quieres hablarlo?

Aiden: Quiero que el día
de mierda acabe ya.

Luciérnaga: Ya somos dos.

Aiden: Y eso que había
empezado bien, dulzura...

Luciérnaga: Y sí.

Aiden: Los mensajes eran
para... mi progenitora.
(no actuó como madre
de ahí a que la llame así)

Aiden: Ella... Dejó a mi
padre hace casi dos décadas.

Luciérnaga: Mierda.
Eras un niño...

Aiden: Sí. Fue justo
después de que naciera mi
hermano Nash, él...

Aiden: Se culpó durante
mucho tiempo por ello.

Luciérnaga: Pero no es su
culpa. Las acciones de esa
mujer son solo cosa suya.

Aiden: Mh, sí.
El caso es que lleva
varios meses queriendo
hablar conmigo.

Extraños: Entre mensajes borrados |  ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora