Encarcelado en el pasado

Capítulo 34: Un trato alcanzado

Peverell Beach House, 4/11/1983, 14:39

Harry estaba comenzando las primeras etapas de la creación de un pequeño refugio en la selva tropical para Athena. Había elegido una de las habitaciones de huéspedes más grandes en el segundo piso y literalmente la destripó por dentro. Había quitado todo el yeso de las paredes y la madera dura del piso.

Ahora la habitación solo tenía el marco en el interior. Era una de las habitaciones sin baño ni armario. La habitación tenía la forma de un rectángulo largo, la habitación medía doce pies por dieciséis pies, con un poco de trabajo con la varita sería perfecto para sus necesidades.

El primer paso había sido grabar runas de expansión en las paredes, los pisos y el techo para poder cuadriplicar el tamaño de la habitación. Esto estaría un poco por debajo del límite de cuánto podría expandir con seguridad una habitación dentro de una vivienda como esta.

Una vez hecho esto, recorrió la habitación y colocó los hechizos atmosféricos para mantener la habitación a unos agradables veintitrés grados con un noventa por ciento de humedad. El encanto atmosférico también haría que lloviera a intervalos regulares para que no tuviera que regar la vegetación que pronto llenaría la mayor parte de este espacio.

Ayer, había ido a un herbolario en Leeds y había comprado paneles impermeables para pisos y paredes especialmente diseñados que evitarían que la humedad de la habitación se filtrara en el marco de madera de la casa, de lo contrario podría causar problemas graves como la pudrición.

Colgó los paneles ayer por la tarde y usó la pasta especial que venía con los paneles para sellar todas las juntas para que quedaran impermeables. Las paredes ahora eran de un color verde vibrante y tenían un patrón de hojas de árbol que haría que la habitación pareciera interminable una vez que entraran las plantas.

Hoy estaba desenrollando un tipo especial de césped diseñado para jardines, invernaderos y similares. Básicamente, este césped venía en rollos de dos metros y medio de ancho que estaban encantados para ser livianos como una pluma. Cuando comenzó a desenrollarlos en la habitación, se sorprendió de que cubrieran un área de dos metros y medio de ancho por quince de largo con una capa de tierra oscura de veinte centímetros de espesor.

Harry también había comprado semillas de plantas de maleza que se encuentran comúnmente en la selva amazónica, planeaba plantarlas en toda la habitación, lo que completaría la mayor parte de la parte de trabajo de esta habitación.

La única otra cosa que tendría que agregar era un estanque en el centro de la habitación, pero podría transfigurarlo fácilmente más tarde.

Finalmente, terminó de desenrollar el último rollo de césped y suspiró feliz, una vez que encantó un sol artificial para que brillara en la habitación y conjuró algunos troncos de árboles que podría pasarle a Jangles para plantar la vegetación. Su elfo podía esparcir las semillas y rociar la poción de crecimiento para que la habitación estuviera lista antes de su próxima alimentación. Harry caminó sonriente sobre el nuevo piso de tierra, se sentía como si estuviera caminando afuera.

Harry bajó las escaleras después de una buena ducha para encontrar a los bebés en su corralito farfullando incomprensiblemente mientras Bellatrix leía una de sus novelas vulgares. Los últimos días habían sido bastante ruidosos ya que a Ignotus le habían empezado a salir los dientes y estaba inusualmente irritable.

Athena estaba acurrucada junto al fuego en una canasta que él le había dado y parecía estar durmiendo. Harry se tomó un minuto para observar a su familia antes de que Carina lo notara y estirara los brazos farfullando emocionada.

§ Levántame levántame § , siseó Carina emocionada.

§ Lo siento pequeño, es hora de que aprendas a moverte por tu cuenta§, siseó Harry amablemente.