Capítulo 95: Una reunión inesperada

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Abadía de Carfax, cerca de Londres, 19/12/1993, 22:12

Harry caminó a través de las puertas abiertas de hierro forjado que conducían a la casa solariega abandonada, preguntándose distraídamente por qué los vampiros permanecían en esta casa cuando la ubicación estaba lejos de ser un secreto. Harry no tuvo mucho tiempo para pensar en el asunto antes de que una mujer alta y rubia cruzara el césped y se dirigiera directamente hacia él.

"Lord Peverell, esperaba verlo pronto", sonrió Daciana.

"He pensado en tu oferta y he decidido aceptar tus términos", dijo Harry, decidiendo ir directo al grano.

"Esperaba que lo hicieras", dijo Daciana, con una amplia sonrisa en sus labios.

"Me llevará algún tiempo finalizar los arreglos, pero espero estar listo para partir en los próximos días", continuó Harry.

"Podemos estar listos para partir en cualquier momento", le aseguró Daciana.

"Bien, te avisaré cuando todo esté listo", prometió Harry.

"Mérula se quedará atrás, después de que nos lleves a México, ella te ayudará a entrar al escondite del señor oscuro", prometió Daciana.

"¿Por qué no va contigo?" Preguntó Harry, un poco sorprendido por esta noticia.

"Ella desea que la guerra llegue a su fin", respondió Daciana encogiéndose de hombros como si dijera que no estaba preocupada.

"Muy bien", dijo Harry, un poco desconcertado por la noticia.

"Informaré a los demás. Gracias por ayudarnos, Lord Peverell", dijo Daciana antes de girar sobre sus talones y caminar de regreso a la mansión, dejando a Harry parado allí en el camino de entrada.

Harry todavía se sentía aprensivo sobre lo que había acordado, pero sabía que su mejor opción era entrar a la sede de Voldemort, que era crucial para destruirlo de una vez por todas. Harry sabía que Nagini estaría detrás de la seguridad de sus protecciones, por lo que tendría que entrar allí y cuidarla antes de poder actuar contra Voldemort.

Frontera entre Estados Unidos y México, 21/12/1993, 19:25

Harry pasó lentamente el camión alquilado de U-Haul a través del puesto de control y comenzó a ganar velocidad mientras conducía por la carretera que conducía a México. Harry esperó hasta que ya no pudo ver el punto de control en sus espejos retrovisores antes de salirse del costado de la carretera y estacionar la camioneta.

Saltando de la camioneta, Harry gimió mientras estiraba sus músculos cansados ​​después de un largo viaje.

Después de llegar a Houston en el avión de carga C-141 que había fletado para transportar diez toneladas de tierra vegetal especial y una colección de murciélagos exóticos. Harry se había visto obligado a pedir un par de favores al ministerio estadounidense para ayudar a facilitar su viaje, de lo contrario, habrían tardado meses en aprobar su vuelo.

Había llegado a altas horas de la madrugada de ayer y se había visto obligado a usar bastantes hechizos confundus para poder ponerse en camino al amanecer.

Transportar la tierra significaba que tenía que viajar por el camino muggle y doce horas de conducción no eran nada fácil, por decir lo menos.

Caminando hacia la parte trasera de la camioneta, Harry abrió el pestillo y levantó la puerta enrollable, escuchando un chirrido metálico cuando la puerta se deslizó hacia arriba. Harry no se sorprendió al encontrar un grupo de chicas adolescentes paradas en la parte trasera del camión mirándolo expectante.

Encarcelado en el pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora