¿Bebé?

•Capitulo 1•

•La llegada•

Ese día era particularmente horrible, nublado y extremadamente frío.

Sanzu estaba nervios, conduciendo por las ya casi desiertas calles de Tokyo, el pequeño niño sentado en el asiento trasero jugaba con sus pequeños pies mientras miraba curioso a través de la ventana.

- ¿Donde vamos papá? - Pregunto en un murmullo. Sanzu alzo su vista y le vio a través del espejo retrovisor, ese niño era hijo suyo y no podía negarlo, a pesar de que se pareciera tanto a su "madre", tenía ciertas características que hacían evidente su paternidad.

- Iremos a casa de papi. - Le respondió dirigiendo su mirada a la carretera nuevamente, ¿Cómo le iba a explicar esto a Mikey? Si que estaba en problemas.
Sus manos temblaban cuando estuvo frente al elevador y antes de tocar el botón dirigió su vista a su hijo que alzaba sus pequeños brazos.

- ¿Quieres que te cargue? - Pregunto curioso, esa actitud le recordaba a cierto doncel de orbes azules.

- Shi. - El menor respondió estirando aún más sus pequeños brazos. Sanzu río por lo bajo y se agachó para poder estar a su altura y tomarlo en brazos. Hakumi -como el menor se llamaba- era un pequeño niño de apenas ocho años, con grandes ojos verdes como los suyos y cabello azabache como su "madre. Era una perfecta combinación genética entre ambos. El chico llevaba únicamente el apellido "materno" por asuntos de seguridad, ya que, su padre era miembro de la pandilla más importante y temida de Japón.

- Sanzu, hijo de puta has llegado. - Ran exclamó en cuanto lo vio entrá por la puerta del lujoso apartamento. - ¿Qué es eso? - señaló curioso al niño que llevaba en brazos.

- Un crío, ¿No es obvio? - Le respondió con obviedad rodando los ojos. Aveces se olvidaba que el mayor de los Haitani era un total idiota, ambos lo eran para ser sincero.

- Eso ya lo sé, ¿De dónde lo sacaste? No secuestramos niños Sanzu. - Hablo acercándose al par. Vio al pequeño fijamente unos segundos y luego su boca se abrió en sobrepasa. - Se parece al Hanagaki… ¡Te lo follaste! - Exclamó apuntado al niño que le miraba sin entender.

- ¡No digas esas cosas delante del crío! - Sanzu le regaño dándole una  patada en los bajos. - ¿Donde esta Mikey?

- Está fuera, tenía cosas que hacer. - Fue Rindou quien respondió. - ¿Y ese niño? - Apunto al menor.

- Es el hijo de Takemichi. - Sanzu respondió dejando al niño en el sofá de la sala.

- También es tu hijo mal padre. - Ran le reprendió una vez recuperó la compostura. Rindou se quedó perplejo ante tal revelación, ¿Sanzu? , ¿Takemichi? , ¿Un hijo?

- ¿Qué?, ¿Cómo? , ¿Cuándo?, ¿Dónde? , ¿Por qué? - Murmuraba el menor de los Haitani viendo a Sanzu y al pequeño. - ¡Trajiste a un crío a la guarida de Bonten! , ¡Un maldito crío! Y encima tu crío, ¿Cómo se te ocurre? - Exclamó alterado.

- Takemichi me pidió que le cuidara porque tenía cosas que hacer fuera de la ciudad y no podía llevarlo. - Sanzu respondió encendiendo el televisor y buscando algún programa infantil. - Además, dijo que si algo le pasa estando bajo mi responsabilidad, soy hombre muerto. - Un escalofrío recorrió su espalda al recordar la cara del Hanagaki, tan fría e inexpresiva mientras le apuntaba con una pistola.

-  ¿De Hanagaki? , Bueno… tratándose de su crío, lo veo muy capaz. Después de todo, es el mismo chico que logró derrotar a Tenjiku años atrás el solo. - Rindou tomo la palabra mientras se sentaba a un costado del menor. Sanzu y Ran le miraba fijamente. - Dime, ¿Cómo te llamas? - Pregunto al menor con una sonrisa.

- Soy Hakumi Hanagaki. - Respondió sonriente.

- ¿Seguro que es tu hijo? - Ran le pregunto ganándose un codazo de parte del de cabellos rosas. - ¿Cuantos años tienes pequeño? - Pregunto sentándose a la par de su hermano.

- Tengo ocho. - Respondió alzando ocho deditos de sus pequeñas manos. El par de hermanos sintió que moriría de ternura, ¿Cómo podía un crío ser tan jodidamente tierno y al mismo tiempo ser hijo de Sanzu?, Claro, también es hijo de Takemichi. Las horas pasaron ente juegos y alguna que otra broma a Sanzu de parte de los hermanos con que el niño se había tirado por el balcón, ver su cara de preocupación era entretenido para el par de hermanos.
Estaban jugando al escondite y a Hakumi le había tocado buscar a su padre y "tíos" se encontraba recorriendo la casa cuando chocó con alguien y callo sobre su trasero. Alzando su vista pudo divisar a un chico de cabello blanco corto y ojos azabaches con grandes ojeras que le veían inexpresivos. Se sintió un poco intimidado por el imponente extraño, pero luego recordó un foto que su papi -como el llamaba al Hanagaki - tenía en su mesita de noche, donde se encontraba con sus amigos de la adolescencia, el conocía a la gran mayoría, sólo había uno, el chico rubio de ojos negros y despampanante sonrisa, nunca le había visto, Takemichi siempre le decía que el era un tipo increíble y muy fuerte, y le generaba algo de curiosidad saber porqué ya no tenía vínculo con el.

- ¿Tú quién eres mocoso? - Pregunto el más alto alzando una de sus cejas.

- Mi nombre es Hakumi Hanagaki. - Le respondió y se pudo de pie.

- ¿Hanagaki?¿Como Takemichi Hanagaki?, ¿ Él es tu papá? - Pregunto, Hakumi asintió algo confundido. - ¿Cómo llegaste aquí?

- Hum, yo vine con mi papá Sanzu. - El menor murmuro viendo la imponente figura del hombre. Fue en ese instante donde Sanzu apareció y con rapidez tomo al menor entre sus brazos.

- Mikey yo… el es Hakumi mi, amm… - Intento explicarse, más no tenía las palabras adecuadas para hacerlo.

- Tu hijo con Takemichi, ya lo sé. Qué no cause destrozos y no sé coma mis Dorayakis, tu y yo hablaremos luego y más te vale me expliques con detalles lo que sucede. - Manjiro dictó y se adentro en su habitación. El de orbes verdes soltó un suspiro lleno de alivio.

- Ve a buscar a Tío Ran y Tío Rin. - Le sonrió al pequeño dejándolo nuevamente en el piso. Se sentía feliz, verdaderamente feliz, desde que se había enterado que tenía un hijo, sus días se habían vuelto los más felices. Hakumi era su mundo entero y se juro a sí mismo que le daría al menor todo lo que él no había podido tener.