•Capítulo 8•

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•Despedida•

Lunes por la mañana, para ser exactos 6:30Am. Sanzu luchaba con las ganas de volver a su habitación y abrazarse a su hijo hasta el mediodía pero no podía,  ese día debía dejar a su hijo en la escuela.

No lo va a negar, le entristecía un poco el tener que despedirse del menor, no sabía cuándo podría verlo así otra vez, podía pasar mucho tiempo antes de que pidiera volver a pasar tanto tiempo con Hakumi y verdaderamente iba a extrañar verlo en las mañanas cuando se levantaba o encontrarlo dormido en la sala con el televisor entendido abrazado a Ran.

- Buenas días Sanzu. - Hablando de Roma, Ran hizo acto de presencia en la cocina. - ¿De verdad tiene que irse? - pregunto pasando por su lado.

- Si. - me respondió sin mucha importancia.

- ¿Por qué tiene que irse tan pronto? Dile a Takemichi que le diga a la maestra que Hakumi está enfermo y deberá quedarse una semana en reposo. - Ran era un idiota inmaduro, de eso no había duda.

- No puedo hacer eso por más que quiera. Perdería mucho tiempo de estudio además, no creo que Takemichi este de acuerdo con esa idea.

- Estás comenzando a madurar Sanzu, en verdad te has vuelto un completo desconocido. - comento divertido Ran palmando su hombro.

- Mejor cierra la boca pedazo de idiota. - dijo con asco y se apartó del más alto.

- Hakumi nos invitó a su fiesta de cumpleaños, ¿Irás? - Ran pregunto ignorando completamente el comportamiento quejoso de su compañero.

- No lo sé. Tengo trabajos atrasados así que no sé si podré ir. - actuaba desinteresado, como si no le interesará el perderse del cumpleaños de su hijo, cosa que extraño a Ran.

- ¿Acaso te da igual perderte el cumpleaños de tu hijo? - Ran le pregunto extrañado.

- Claro que no tarado, solo soy realista y verdaderamente no hay mucho que yo pueda hacer, bastante tengo que agradecer a Mikey que me dejó pasar tiempo con Hakumi. Al final y al cabo fui yo quien eligió esta vida, Mikey no me puso un revólver en la cabeza y me obligó a ir con el, así que tengo que atenerme a las consecuentes.

- Y las consecuencias son haberte perdió casi ocho años de la vida de tu hijo, que Takemichi aya sido juzgado por haber quedado embarazado tan joven y sin un padre, que la señora Hanagaki y Takemichi se hayan tenido que esforzarme día a día por sacar adelante a Hakumi, que Hakumi haya pasado casi ocho años sin saber quién era su padre y que Takemichi y Hakumi corran peligro de que pandillas enemigas les hagan daño por tener relación contigo. - Fue Kakucho quien hablo entrando a la cocina. Paso a los dos hombres y se dirigió a la heladera a buscar algo para comer.

- Tampoco tenías que decirlo así hombre. - Ran lo reprendió. Si, podía ser un asesino hijo de puta, pero Sanzu era le padre de su lindo sobrinito y no permitiría que por el rechazo que Kakucho le tuviera al de orbes verdes le separaran del lindo niño.

- Deja, solo está diciendo la verdad. - Sanzu dijo. - Si me disculpan debo despertar a Hakumi. - finalmente se retiró nuevamente a su habitación.

- ¿Cuál es tu problema con Sanzu? - Ran le pregunto al azabache una vez se quedaron solos.

- Ninguno en verdad. Solo estoy diciendo la verdad, por culpa de los errores que el cometió Takemichi tuvo que sufrir mucho. - respondió mientras sacaba un pote de mermelada de arándanos del refrigerador.

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