CAPÍTULO 3: ¡Adiós amigo!.

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Sale corriendo del edificio y entra en el auto sin decir nada, con la cabeza agacha mira sus pies y sus ojos vidriosos trata de mantener la calma y no llorar frente Bernard.

Bernard, es un hombre de mediana edad, simpático, atractivo y muy bueno con Raziel, pués su trabajo es de ser su guardaespaldas, mientras Mark no está cerca de él. Por órdenes de Mark tiene que vigilar todos sus movimientos. Éste empleado aborrece tanto a Mark, por como trata a Raziel que es como un niño desprotegido, pero trata en lo posible cuidarlo para que nada grave le pase.

"Jóven ¿Se siente bien? ¿Le hizo daño ése hijo de puta?."   Replica enojado, mostrando su preocupación hacía él.

"Sí, estoy bien, bueno más o menos. Al contrario de cómo me trata Mark, él fue amable conmigo, pero eso no le quita peso a todo lo que me hizo."    Resopla con amargura devolviéndole la pregunta.   "Es raro e irónico que me preguntes ¿si me siento bien?. Sabes que me siento sucio, me doy asco a mí mismo. Sólo lo hago por ella, porque algún día pueda volver a verla."   Manifiesta su decepción consigo mismo y la nostalgia que oprime su pecho.

Llegan a casa y se despide de Bernard agitando su mano.

"¡Gracias por todo! ¡Que descanses!."  Entra en la casa sigilosamente, para no despertar a Mark.

Exhala aliviado.
"¡Gracias a Dios! No está por aquí, mejor me voy a mí dormitorio para no levantarlo, son las dos de la mañana, todavía puedo dormir algo."  Camina cuidadosamente mira el reloj en la pared de la sala.

Cuando está por pasar a su habitación, escucha unos ruidos en la habitación que Mark siempre le ha prohibido entrar. Se asoma pegando su oído en la puerta para escuchar y lo único que logra oír son unas palabras raras, como si fueran dichas en otro idioma, pero no es lo único, también se escucha que son dos personas que están discutiendo y que rompen cosas tirándolas al suelo.

Raziel se sobresalta al escuchar la conversación tan extraña que no  entiende. Presiente algo malo y mejor se retira del lugar en silencio, llevando consigo ésa inquietud, que no es nada bueno en lo que Mark está metido y se dá cuenta que él de algún modo también está involucrado, no porque él quiera, sino por culpa de Mark.

Un hombre de aspecto espantoso cubierto por una túnica negra con capucha que le tapa hasta su naríz. Se acerca a Mark por la espalda y sujeta los hombros de éste cantando sus oraciones.

"Nec quicquam quod agas, nec Graus haereditatis suspicatur. Bebe est, modo sanguinis mijo servas as foedus nostrum servandum. Bebe mehercules te bebé novia diré etc habebis Omnia que vis, sed non immemor tuorum parvarum animarum." (*)   Termina sus palabras con una risa macabra y una voz profunda y gruesa, sentado en su altar echo de huesos humanos y cráneos sobresaliendo de la pared a su espalda.

(*) Él no sospecha que es lo que estás haciendo y del fraude con su herencia,  mientras me sigas dando de su sangre, ya verás que nos irá muy bien. Te aseguro que todo lo que me pidas, te lo daré.  Claro sin olvidar tu pequeña cuota de almas.

"¡No domine! neque quid agam, quid agam, gratias ago. ¡Hominem tam especialem sanguinis, quam mihi multum prodesse posee putabam, numquam putavi!. Hoc signum habes inter decies centena millia. Et feliciter inveni eam... ¡Sum felix!."(**) Algo nervioso Mark contesta con una sonrisa dibujada de emoción.

(**)"¡No señor! No sospecha nada, no tiene la menor idea de lo que he conseguido gracias a él. ¡Nunca pensé que una persona de sangre especial me hubiera brindado todo ésto!. Ésa marca de nacimiento es una en un millón. Y menos mal que la encontré yo. ¡Soy afortunado!." 

Mientras Mark y su espeluznante, misterioso amigo, siguen especulando sobre sus planes, negocios y pactos.

Raziel se encuentra en su habitación, no en la que comparte con Mark ya que ésta solo la ocupa cuando el viejo lo necesita, sino en la que el duerme solo. Se quita la ropa, la deja regada por el suelo y se mete a la ducha.

CLOVER: Te Encontré Entre La Sangre Y Las Lágrimas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora