CAPÍTULO 6: Un Dibujo que Calienta.

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Camina por un pasillo no tan largo hasta la puerta del cuarto de Dorian. Está dispuesto a tocar la puerta, pero su corazón empieza a latir con fuerza, su respiración entrecortada, está muy nervioso, traga en seco, cierra y abre los ojos y exhala para relajarse.

Toca la puerta, pero no hay respuesta del otro lado. Abre un poco la puerta y ve la espalda desnuda de Dorian, se le abrieron los ojos de par en par, al ver tal monumento de hombre, pero lo más llamativo es el tatuaje que tiene, es un dragón que abarca toda su espalda; una garra está en el hombro izquierdo, la otra un poco más abajo, la cabeza en medio de los omóplatos y el resto del cuerpo bajando su espalda haciendo que la cola termine en la parte baja, lo que ya no puede ver por culpa del pantalón que lo tapa.

Raziel quiere imaginar ése cuerpo, tocarlo, acariciarlo y besarlo por todos lados, con sólo éste pensamiento se ruboriza y se calienta un poco, pero trata de mantener la compostura. No puede dejar de babear por ése hombre que lo ha traído loco desde hace años.

Piensa para sí mismo ("Raziel, deja de pensar ésas cosas que nunca van a pasar. Él es un hombre prohibido para tí. En todo caso, él jamás se fijaría en mí, sería muy peligroso si nos involucramos. ¡Entiende! él no es para tí. Además es heterosexual, que mujer no quisiera estar entre esos brazos. ¡Qué envidia!.") Se regaña para sus adentros.

Se muerde el labio inferior mirándolo de pies a cabeza, cierra la puerta despacio y vuelve a tocar un poco más fuerte.

Ahora escucha una voz profunda y suave que hace erizar su piel a tal grado de sentirse adormecido con ésa voz que puede sentir escalofríos.

"Sí ¿Quién es?." Pregunta en voz alta mientras se pone una polera blanca.

"¡Ah! Soy yo... Raziel, tu tío ya llegó y te está esperando para cenar." Responde algo nervioso.

"¡Está bien, gracias!. ¡Ya bajo!." Se coloca la chaqueta de cuero negro.

Raziel sin decir nada más se gira sobre sus talones y se retira.

Raziel entra en el comedor y expresa de que Dorian ya está por bajar.

Luego de un rato se prepara para salir de su cuarto y baja a la sala, entrando al comedor.

Mark se acerca a él y lo abraza calurosamente, a lo que Dorian corresponde al gesto.

"Éste es mi muchacho ¿Qué guapo estás? Estás echo un hombre. Debes de ser todo un casanova entre las chicas." Palmea la espalda de Dorian, se aleja un poco para mirarlo mejor.

Mark se mete la mano en el bolsillo de su pantalón, saca unas llaves y se las muestra al jóven frente a él.

"Ésto es un pequeño obsequio de bienvenida sobrino. Te ayudará a movilizarte para ir a la universidad, ya que está un poco lejos." Le coloca las llaves en una de sus manos y se la cierra.

"Tío, ésto es mucho. ¡Yo no lo puedo...!." Devolviendo las llaves al mayor.

"¡Tonterías! Tómalo como un regalo de los tantos cumpleaños que te debo." Con voz insistente persuade a su sobrino para aceptar el presente.

"Bueno ahora vamos a cenar. Mañana lo puedes estrenar para dar un breve paseo antes de ir a ver a tu madre al hospital." Sentándose a la mesa.

Raziel, llama al mesero que se contrató para servir la cena.

Con la mesa ya servida, todos sentados al rededor de ella, empiezan a disfrutar de los exquisitos platos preparados por Raziel, aunque nadie lo sabe a excepción de Adrián que estuvo presente en la preparación de los mismos.

La cena se llevó de manera tranquila. Dorian por su parte, relató sus anécdotas en la universidad y como es la vida allá.

Entre risas y brindis, la noche se lleva de manera amena y alegre.

CLOVER: Te Encontré Entre La Sangre Y Las Lágrimas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora