5. Idiota.

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POV Adam.

Te observó saliendo del salón y cierta sonrisa se formó en sus labios. Sonrisa que detuvo de golpe bajando su mirada al recordar lo que dijo.

¿Por qué le pregunte si eran novios? ¿Que mierda me pasa?

Pensó frustrado volviendo a afirmarse en el escritorio. Cerró sus ojos y negó con su cabeza intentando eludir el pensamiento de lo feliz que le hizo saber que no estabas con Mateo. Después de lo que ocurrió el viernes en la noche, no había dejado de pensar en ti. Bueno en realidad solo lo hacía más, ya que estabas en su mente desde que te vio por primera vez al entrar en el salón.

No lo entendía y le causó cierta molestia, por lo que al tener cierta impresión de que eras la típica estudiante que no le importaba nada, se puso un escudo. En general no era una persona muy dulce, pero debía reconocer que contigo estaba siendo más idiota de lo normal.

¿Por qué? Intentaba averiguarlo, pero en el fondo creía tener la respuesta y es que nunca se había sentido a primera vista tan atraído por alguna mujer, obviamente de manera física; pero dado en cómo estaba su matrimonio últimamente, cierta tentación se le cruzó por la cabeza y eso le hizo encender ciertas alarmas.

Yo no soy así, amo... amo a mi esposa.

Era lo que pensaba cada vez que te veía, por lo que hacerse la idea de que eras una tonta le hacía tomar cierta distancia. Pese a eso, al notar que no lo eras, y es más, cuando le demostraste ese viernes en la noche que realmente te importaba tu carrera, se sintió aún más idiota. ¿Por qué tenías que estar pagando por su atracción? ¿A caso no era un profesional ético?

Después de esa mañana, al tratarte mal por chocar con él, se dio cuenta que ya estaba siendo demasiado, así que se decidió por intentar hablar contigo y quedar bien. No es que fuesen a ser amigos, pero cuando notó que hasta de cierta manera lo odiabas, no le gustó para nada. Quizás era mejor dada la situación pero... pero no tenía porque ser tan así. Es decir, si querías odiarlo que fuera por motivos reales, no por una actitud de mierda que el mismo se había creado.

Soy un hombre adulto que debe ser consciente de sus actos.

Pensó poco convencido. Si, era adulto pero sólo tenía treinta y cuatro años; y sinceramente en ese preciso momento de su vida, se estaba cuestionando varias decisiones que había tomado hasta el momento.

Ya... ya pasó.

Suspiró intentando pensar que la conversación que tuvieron fue normal y que eso era todo. Ya estaba bien.

Comenzó a caminar hacia la salida y antes de que te dieras cuenta, se hizo un paso atrás. Estabas en pleno pasillo saltando, al parecer, de felicidad y sin esperarlo, lo hizo sonreír. No tenía idea porque estabas haciendo eso pero, usualmente estabas enojada o seria y te veías aún más linda sonriendo de tal manera. Su corazón comenzó a retumbar y sinceramente eso le volvió a preocupar.

Mierda.

Volvió a entrar al salón y decidió por quedarse ahí un momento. No podía estar pasándole eso, no iba a permitirlo.

Terminando de hacer ejercicio en su gimnasio privado, camino hacia la cocina para prepararse la proteína que siempre tomaba después de entrenar. Tenía su cabello negro completamente húmedo y las gotas de sudor corrían por su frente, pecho y espalda mojando la camiseta que traía puesta.

Saco la proteína del lugar donde la tenía guardada y cuando iba a comenzar a prepararla, su celular comenzó a sonar. Lo saco del bolsillo de su short y leyó la pantalla: "Amor". Mordió su labio poco convencido de contestar, pero debía hacerlo. Lo puso sobre el mesón y contestó activando el alta voz.

Profesor Driver. (Tú y AdamDriver).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora