29. Placer, playa y romance Pt 3.

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POV Adam

Salía de la ducha por fin sintiéndose realmente limpio después de quitar toda la arena de su cuerpo y la sal de mar que había en su cabello.
Se puso la toalla al rededor de su cintura y quitando el vapor del espejo se miró, para arreglarse el pelo mojado. Al observar su rostro, se notó diferente y la realidad es que estaba diferente, ya que, por fin después de muchos años estaba feliz.

No puedo creerlo.

Pensó soltando una risa al recordar todo lo que habían hecho, lo mucho que disfruto, rió. El cómo sintió relajado y por sobre todo querido. Nunca imaginó que había extrañado esa sensación pero sí, ahora podía admitirlo, extrañaba sentir ese cariño y afecto real que le robaba el aliento y le hacía suspirar. Creía fervientemente que se estaba enamorando de ti  y aquello le daba cierto temor pero, comparado con la alegría que sentía el tenerte junto a él, hacía que ese temor se esfumase.

Debería decírselo aunque, no quiero espantarla.

Después de terminar de secar su cuerpo, sintió vibrar su celular el cual estaba encima del lavamanos. Lo había estado ignorando, es más lo había llevado al baño en tanto respondía unos correos pero, no quería revisar los cientos de mensajes que Joanne le enviaba. Quería ignorarla, no por ser malo con ella si no que, no quería arruinar el como se sentía. Creía egoísta de su parte el hacerla sufrir, no es lo que deseaba pero, como le había dicho la última vez, lo tenía harto y muy cansado.

Debo pensar en cuándo y como le diré. Va a ser complicado.

Soltando un suspiro agitó su cabeza para quitar aquellos pensamientos y así, prefirió salir del baño apagando su celular.

Ahí te miro, encima de la cama, de guatita y afirmándote en tus manos que estaban apoyadas en tu mentón, concentrada viendo una película. Ni si quiera te habías dado cuenta que había salido y eso la causo gracia.
Te veías muy hermosa, tenías tus mejillas coloradas ya que te habías quemado con el aire marino, y aún traías puesta la toalla en el cuerpo y en el pelo, ya que te habías duchado antes que él. Movías tus piernas y tus pechos resaltaban al presionarlos contra el colchón de la cama.

Que ganas de quitarle esa toalla.

Pensó entretenido pero a la vez recordando que tenía reservación en un restaurante y que ya estaban justos de tiempo.

—Yo pensé que ya estarías lista. —dijo afirmándose en la puerta y cruzándose de brazos en un tono serio.

Abriendo los ojos aún más grandes al verlo, le pusiste pausa a la película y te pusiste de pie casi como si tu profesor te estuviese llamando la atención.

—¿Y esa reacción? —te preguntó comenzando a reír.

—Por un momento te convertiste en el Profesor Driver y mi cerebro solo me hizo reaccionar. —dijiste comenzaron a reír en tanto sujetabas tu toalla y te quitabas la que tenías en el cabello. —De hace mucho no me hablabas así.

—No he tenido motivos, a ver si me das próximamente en el aula.

—Mmh... ¿seré su alumna que se porta mal? —le preguntaste coqueta acercándote a él para mirar su abdomen y sus brazos con unos ojos que Adam conocía.

—¿Me está seduciendo señorita? —te preguntó agregando tu apellido de manera seria y cautivadora.

—¿Algún problema con eso profesor? —levantaste tus manos acariciando su pecho y hombros. —Debo decir que su cuerpo es muy excitante, no pensé que tendría todo esto guardado bajo esos trajes.

—Que atrevido de su parte tratar así a su profesor. —se acercó a tu rostro —Eso es indebido.

—Mmh... que tristeza. —le hiciste un puchero y luego te sonreíste coqueta. —Yo que quería mejorar mis notas.

Profesor Driver. (Tú y AdamDriver).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora