¿Era una Reunión?

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Caminaba por entre los pasillos viendo las imponentes fotos de toda la familia Gambina, con una bandeja de plata donde llevaba diferentes trapitos blancos en un tazón lleno de agua, un vaso de agua helada y unas pastillas para el dolor de cabeza. Entro en la gran habitación principal de la gran mansión, movió una silla hasta dejarla cerca de la gran y blanca cama donde yacía un chico con su camisa abierta dejando al descubierto su pecho blanco con algunas marcas rojas por todos lados; Aida comenzó a retirar toda la ropa del menor y asi cambiarla por una más cómoda para el chico, una camisa color verde en un tono oscuro y unos pantalones a cuadros rojos y azules.

Colocaba los trapitos de agua fría en su cuello y frente, para asi bajar su temperatura corporal, acaricio su cabello mono desordenado moviendo de vez en cuando el trapito mojado. Comenzó a pasar otro trapo mojado por todo su cuerpo limpiando todo el sudor mientras veía como el cuerpo frente a ella temblaba por el frio, aun desmayado lo obligaba a tomar un poco de agua para mantenerlo hidratado y con unas pomadas y banditas limpiaba y cubría las heridas de las mordidas y chupetones que tenía en su piel.

Tiempo despues, el cuerpo de Toni comenzaba a retomar sus fuerzas, con dolor en sus piernas y espalda giro en la cómoda cama en la búsqueda de más calor, la temperatura era inexplicablemente baja haciendo que pasaran incontables escalofríos por toda su espalda, Aida acariciaba su cabeza con delicadeza manteniéndose completamente hundida en sus pensamientos; logro escuchar los pequeños quejidos de aquel chico volviendo en si con rapidez a su tiempo actual.

— ¿Cómo te sientes? ¿Cómo está tu cuerpo? ¿Quieres una pastilla? —Bombardeo al menor con miles de preguntas

— Si por favor —Respondió intentando saber dónde se encontraba —Tengo un terrible dolor de cabeza y me arde todo el cuerpo —Agregó tallando sus ojos intentando acostumbrarlos a la luz

La mujer estiro su brazo para asi alcanzar las dos pastillas y el vaso lleno de agua, con una sonrisa en sus labios se acomodó en la cama para asi tomar las y aliviar su dolor. Sentía su cabeza palpitar por la gran cantidad de alcohol ingerido, sus pupilas apenas se podían enfocar de lo dilatadas se encontraban, sus labios secos y partidos dolían y su espalda punzaba por el terrible dolor.

— Me iré a bañar, me duele todo —Dijo mientras se intentaba levantar de la cama, su espalda estaba doblada y sus piernas temblaban un poco, caminaba sosteniéndose de cada cosa que veía para asi no sentir que se caería en cualquier momento

— Le informare a su hermano sobre su bienestar, si me permite le traeré todo lo que necesite para su baño y me retiraré —Dijo levantándose de la silla en la que se encontraba

— Si... —Dudo un momento — ¿Dónde está Azuri? —Preguntó encendiendo la luz del gran baño

— Imagino que ella se encuentra en la mansión, si es de su gusto la buscare —Respondió la mujer recogiendo todas las cosas que tenía

— Solo búscala ¡Pero! No le digas que la estoy buscando —Dijo el menor cerrando la puerta del baño con seguro

— Si Señor —Dijo con una reverencia, no le dio gran importancia a que la viera o la escuchara pero sentía que debía realizar su labor correctamente en todo momento

Termino de arreglar todas las cosas que Toni siempre le pedía para tener una buena ducha, organizo la habitación quitando la sabanas de la cama y colocando una nuevas, recogió la ropa que habia en el suelo y dejando todo lo sucio en una canasta salió con ella en un brazo y con la bandeja que antes habia traído en la otra. Por el pasillo hacia la lavandería se encontró con Carlo quien caminaba con sus ojos perdidos.

— Señor Carlo, ¿Le gustaría que hiciera su desayuno? —Pregunto sonriente

— Aida ¿Cómo se encuentra Toni? —Pregunto haciendo caso omiso a la pregunta anterior

MI MANO DERECHA - CARLONIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora