Capítulo 12.

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Dos semanas habían pasado desde el último reencuentro de Gun con Off. Hace una semana que había vuelto a trabajar en la cárcel, pero los dos se habían encargado de evitarse durante todo ese tiempo. Hasta el día de hoy. Y la razón era terrorífica para Gun: Krist había salido de la cueva.

—¿Lo vas a hacer hoy? – Preguntó Tay, mientras terminaba de acomodarse su uniforme.

—Si se me acerca, claro que lo haré.

Su musculoso compañero asintió, y ambos salieron del vestuario, preparados para trabajar. Gun se sorprendió al ver el gran gimnasio que había en la prisión. Era bastante espacioso y contaba con muchas máquinas. También había sacos de boxeo, pesas y un ring de boxeo en una esquina de la sala. Los prisioneros que estaban entrenando voltearon a verlo, pero ninguno dijo nada. No pudo evitar preguntarse si eso tenía algo que ver con Off o con lo sucedido hace un mes. Se recostó contra una de las paredes, en dónde podía ver cada ángulo del lugar. Miró su reloj y rodó los ojos al notar que aún le quedaban muchas horas de trabajo.

Sus ojos estaban clavados en una de las pequeñas ventanas del lugar, cuando comenzó a oír gritos y silbidos. En el centro del lugar, se había formado un círculo de prisioneros, en dónde todos estaban vociferando y alentando a lo que Gun supuso que era una pelea. Caminó con rapidez hasta allí, y empujó a los prisioneros para poder entrar en la ronda. Efectivamente, dos hombres se daban puñetazos y empujones.

—Sepárense ahora mismo. – Ordenó mientras se metía en el medio de ambos. El hombre que estaba a su derecha se limpiaba la sangre en su rostro, con ayuda de su uniforme. El hombre de la izquierda, en cambio, comenzó a reír.

—Sal del medio, pedazo de mierda.

—¿Qué sucede aquí? – Preguntó el oficial, ignorando el comentario anterior.

—Eso no es asunto tuyo, vete de aquí si no quieres terminar igual o peor que ese idiota.

Gun se acercó a el hombre de su izquierda.

—Ya mismo te vas a aislamiento.

Intentó tomarlo del brazo, pero el hombre se soltó a la fuerza. Con una gran rapidez, el hombre levantó su puño y lo dirigió al rostro de Gun, quien posicionó sus brazos en modo de defensa. Esperó a sentir el impacto del puño del prisionero en sus brazos, pero nada ocurrió. Bajó los brazos y notó el puño del hombre a sólo centímetros de su rostro. Frunció el ceño, sin entender lo que estaba ocurriendo.

—No podemos tocarlo. – Logró escuchar la voz que provenía de otro prisionero, que fue el que frenó el golpe. Por alguna razón, un fuerte enojo lo atacó.

—¿De qué mierda hablas? – Soltó con los dientes apretados. El alto pero delgado prisionero lo observó en silencio. Gun lo tomó de su uniforme y tiró de él, acercando sus rostros —Te hice una pregunta.

—Jumpol nos prohibió acercarnos a ti.

Gun soltó su uniforme, con un leve sentimiento de vergüenza mezclado con ira. Jumpol no podía prohibir algo así, y menos después de todo lo que hizo.

—Tú vete a enfermería para que te vean esas heridas – Le ordenó al hombre de la derecha, que soltaba sangre sin parar – Y tú, acompáñame.

Arrastró al hombre de la izquierda, hasta que llegaron a la puerta de la cueva. Lo metió ahí, y cerró con fuerza la puerta. Sentía la sangre hirviendo. Estaba harto de que Jumpol se metiera en su vida. Creyó que ya no lo iba a molestar más, pero se equivocaba. Además, no entendía por qué había prohibido que lo tocaran. Se supone que lo odiaba, ¿por qué ahora lo protegía? ¿Lo estaba haciendo para molestarlo? Gun se estaba volviendo loco. Sabía que estaba actuando impulsivamente, pero ya no podía aguantar más.

Máxima Seguridad ~ OffGunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora