Gun cumplía una semana trabajando en la cárcel. Era poco tiempo, pero ya había pasado por muchísimas situaciones extrañas y nuevas para él. Entró al vestidor y apenas lo vio a Tay, lo abrazó.
- ¿Qué te sucede? – Preguntó éste, mientras lo rodeaba con sus grandes brazos.
- Nada. – Respondió al separarse, y sonrió.
- ¿Por qué estás tan feliz en una cárcel?
- Por que hoy es un gran día, lo presiento.
Tay se rio por la efusividad que el menor contenía. Ambos salieron ya vestidos con sus correspondientes uniformes, y se dirigieron a sus zonas de guardia. A Gun le tocaba la galería, en el segundo piso. Por ahora, su plan estaba saliendo perfectamente. No quería encontrarse con Off todavía, tenía que esperar a más tarde. Caminaba por todo el segundo piso, observando que no hubieran disturbios ni problemas. Cuando llegó a las primeras celdas, se detuvo.
Oía un llanto desconsolado que provenía de la celda 8B. Dio unos cuantos pasos más, intentando ignorar la situación, pero no pudo. Entró a la celda cuidadosamente, ya que no sabía con lo que se iba a encontrar. Dirigió su mirada hacia donde se escuchaban los sollozos: la litera superior. Un delgado prisionero abrazaba sus rodillas, escondiendo su rostro entre ellas.
- Hola. – Saludó Gun. El muchacho se sobre saltó. Cuando vio que se trataba de un oficial, se limpió las lágrimas y bajó de la litera.
- ¿Ya es día de revisión? – Preguntó, con la voz quebrada por el llanto.
- Sólo quería ver si estabas bien, te escuché llorar desde afuera.
- No creo que a un policía le importe lo que le sucede a un simple prisionero.
Gun poco a poco se fue acercando, hasta que pudo leer su nombre en su uniforme: Krist Perawat Sangpotirat. - ¿Alguien te ha hecho daño?
El delgado asintió y sus ojos se llenaron de lágrimas otra vez. El oficial lo observó de arriba a abajo, buscando alguna herida.
- No es daño físico – Aclaró el presidiario.
- Entonces, ¿Qué es?
Perawat se sentó en el suelo.
- Estoy enamorado de un hombre.
Gun asintió, entendiendo lo que estaba pasando. - ¿Y qué sucede con eso?
- Él lo sabe, se lo he dicho muchas veces. Pero es como si habláramos diferentes idiomas o como si yo fuera mudo. No demuestra interés en lo que yo siento.
Su voz se volvió a quebrar, y un par de lágrimas salieron de sus ojos. El oficial suspiró, y observó hacia la entrada de la celda. Luego, se acercó y se sentó en el suelo, al lado Krist.
- Lamento escuchar eso
- ¿Por qué no me quiere? ¿Acaso tan malo soy?
El castaño guardó silencio. No lo conocía lo suficiente como para decir algo.
- Sé que soy un desastre, pero yo lo amo con todo mi corazón, doy todo por él. Pero sólo me trata como si fuera una puta.
Gun apenas podía entender lo que decía entre tantos sollozos. Acarició la espalda de Krist, hasta que su llanto cesó.
- Creo que lo más doloroso es tener que verlo todos los días por aquí.
- ¿Es un prisionero? – Preguntó con sorpresa. No había pensado en esa posibilidad.
- Sí, lamentablemente – Exclamó el chico, y volvió a abrazar sus rodillas.
- Bien, yo debo irme – Gun se levantó, unos minutos más tarde.
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Máxima Seguridad ~ OffGun
أدب الهواة"Off" Jumpol Adulkittiporn es presidiario en una prisión de máxima seguridad, y "Gun" Atthaphan Phunsawat es un oficial que es trasladado allí. # Esta historia es una adaptación, por lo que los créditos corresponden a su autora original @mellovessh...