Capítulo 1.

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Gun suspiró al oír el sonido de la puerta metálica abriéndose. El primer día de un policía era el más difícil, y él lo confirmó luego de haber trabajado en otras tres cárceles. Volver a empezar de cera en una nueva cárcel era una labor dura para cualquier persona. Observó a los otros tres policías que lo acompañaban, quiénes también eran nuevos. Los uniformes que debían llevar eran un poco incómodos, pero por su puesto que se acostumbraría. Abrió el casillero que tenía asignado en los vestidores, y guardó todas las cosas que llevaba consigo.

- Atthaphan Phunsawat, ¿Verdad? – Escuchó detrás suyo. Volteó y sonrió con amabilidad al ver a uno de los policías que era igual de nuevo que él.

- Sí, soy yo. – Gun estrechó su mano mientras leía el cartel que llevaba en su uniforme "Tawan Vihokratana" – Un gusto, Tawan.

- Puedes decirme Tay sí así lo desea. Espero que nos llevemos bien, creo vamos a necesitar un amigo para sobrevivir en este lugar.

Gun asintió, y junto a Tay y los otros policías, siguieron al oficial encargado de mostrarles el lugar y sus respectivas actividades.

- ¿Tú primera vez en una cárcel de máxima seguridad? – Preguntó Gun. Tay asintió, caminando a su lado.

- Trabajé en cárceles normales, ya sabes, de esas en donde todos los días las prisiones encuentran una nueva forma de escapar. Pero decidieron trasladarme a este lugar creen que estoy capacitado para trabajar aquí.

- ¿Y realmente lo estás? – Volvió a preguntar.

- La verdad, no lo sé.

Gun coincidió con él, ya que tampoco sabía si le iría bien en un lugar tan peligroso como ese.


(...)


- Bien, ya hemos visto todos los lugares de la prisión y sabes lo que deben hacer. – Dijo el encargado responsable de ellos. – Ahora, debo hablar seriamente con ustedes.

Gun tragó saliva al ver el semblante serio del oficial. – Estamos en una cárcel de máxima seguridad. Se supone que este lugar es seguro, pero como compañero, les aconsejo que no se confíen. Deben cuidarse siempre, jamás bajar la guardia. Aquí están encerrados algunos de los prisioneros más peligrosos del país, no se crean que le tendrán miedo. Hagan su trabajo, nada más. No se sobrepasen ni se relacionen con ellos, eso nunca termina bien.

Los cuatro policías asintieron, un poco asustados por lo dicho anteriormente.

- Hemos terminado aquí, váyanse a trabajar.

Gun se dirigió a la cafetería, algo nervioso. Los otros tres policías iban a su lado, ya que al ser el primer día, los dejaban trabajar juntos en el mismo lugar. Cuando entraron a la cafetería, se escuchar gritos masculinos. O más bien insultos. Todos los prisioneros estaban sentados en la mesa desayunando, hasta que ellos entraron, y ahí comenzaron los disturbios. Gin se mostraba indiferente, sin demostrar lo nervioso y pequeño que se sentía por dentro. Odiaba sentirse diminuto a causa de los demás, él no era menos que aquellos delincuentes.

- Tenemos carne fresca aquí. – Se escuchó en algún lugar, y todos los demás golpeaban las mesas o silbaban. Gun observó a Tay, que no tenía ningún sentimiento reflejado en su rostro. Sólo miraba a los prisioneros, con indiferencia.

- Qué buen trasero que tienes.

- Esos pequeños labios quedaría bien sobre mi pene.

- Que yo me enteré que ese culo pasa hambre.

Esas cosas se escuchaban cada vez que Gun caminaba alrededor de la cafetería. Su enfado iba aumentando, y no sabía hasta que punto podría contenerse. Varias veces había mirado a Tay, quien ahora parecía cabreado, ya que a él le gritaban obscenidades peores.

Máxima Seguridad ~ OffGunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora