Capitulo Trece: Le dices tú o le digo yo

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Los ojos de Kamilah pesaban, alzó las cejas intentando abrirlos pero ni eso le ayudó. Movió sus brazos esperando que alguno de sus tres hombres estuvieran ahí pero no había nada. Ni nadie.

Abrió los ojos con rapidez y se sentó sobre la cama.

— ¿Marc? —preguntó mirando hacia la puerta— ¿Steven? —alzó la voz— Jake —murmuró bajando poco a poco el tono de su voz al no recibir respuesta.

Era de noche aún pero todo se sumió en una oscuridad total de repente.

Pasó sus dedos por la sabana esperando sentir la suave tela de estas y esperar a guardar la calma, pero no sintió más que viscosidad.
Extrañada bajó su mirada y levantó sus manos, pudiendo ver sangre sobre ellas.

Su respiración se agitó y de un salto se levantó de la cama, se intentó limpiar las manos en su pantalón pero no le sirvió de mucho. Al mirar sobre la cama la imagen cambió, el cuerpo casi sin vida del moreno se podía ver con una enorme herida sobre su torso, su mano ensangrentada intentando cubrir la herida estaba temblorosa y la mirada inundada de miedo de Kamilah no ayudó mucho.

— Keone —la llamó con dificultad levantando su mano libre.

Ella se acercó en menos de un segundo y posicionó ambas manos sobre la de él manchandolas de sangre al instante.

— No, no...Puedo hacer algo, solo aguanta, ¿Si? —decía con desesperación.

— Cielo, no...—habló mientras ella lo tomaba y acomodaba sobre sus piernas, acunando su mejilla en su mano— Ellos...ellos te protegerán —dijo escupiendo bastante sangre que se acumulaba en su boca.

— Aguanta, por favor —cerró sus ojos repletos de lágrimas mientras algunas caían sobre la armadura del pelinegro—  Astennu porfavor —pidió entre sollozos.

— Te amo —pronunció con dificultad, estaba gastando las últimas fuerzas que le quedaban para expresar lo que sentía por ella.

No, no, no —ella gritaba con desesperacion— ¡No!—su grito de dolor se escuchó a través del lugar, pronto comenzó a sollozar, sus frentes estaban unidas y ella mantenía a su amado firmemente entre sus brazos—¡Seth! —gritó de pronto, con furia y dolor.

El Dios apareció en un parpadeo y al ver la situación bajó su mirada hasta la arena.

Ya no había nada que hacer. La mirada de Astennu estaba perdida sobre el rostro de la pelinegra.

Los ojos de ella viajaron del dios hasta su amado y un grito desgarrador se escuchó por todo el lugar, perdiéndose entre las dunas, entre la arena.

Darius y Sethoz corrieron hasta donde Keone estaba con Astennu sobre su regazo. Y al verla bajaron la mirada, imitando al dios del desierto.

Sabían que algo así podía pasar en esta guerra y los tres estaban dispuestos a todo con tal de proteger lo que más amaban. Y Astennu murió creyendo firmemente que sus hermanos protegerían a la luz de sus ojos.

Darius se acercó a Keone y tocó su hombro. Ella lo miró hacia arriba pidiéndole con la mirada que se encargara.

— ¡Mierda Seth esta es tu guerra! —gritó ella cuando Darius tomó el cuerpo sin vida de su hermano.

— ¿¡Y yo que te hice!? —gritó el dios extrañado.

— ¡Astennu murió por tu culpa! —exclamó apuntando a los hombres detrás de ella—¡Mierda Seth! —se llevó las manos a la cabeza— ¡Quiero que te vayas! ¡Quiero que te vayas ahora! —ordenó mirando hacia atrás del dios.

In the desert |× Moon Knight ×|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora