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- espero y sepan disculpar mi demora damas y caballeros, con este clima es fácil perderse- saludo el pelicenizo inclinando ligeramente su sombrero.
- fanfarrón- pensó Finral con una sonrisa viendo a su compañero.
Todos procedieron a entrar tranquilamente al restaurante.
La velada transcurría con tranquilidad, Luck y Finral lograban mantener una conversación con sus citas, por otro lado Asta y la chica frente a él no cruzaban ni miradas.
Después de comer y unas cuantas copas, Finral fue el primero en irse pues llevo a su cita a ver la luna en la colina rosa-dragon, el lugar de las rosas más hermosas del continente.
A lo lejos Noelle disfrazada de mesera espiaba cómo iba la cita entre Asta y la chica desconocida, un poco de tiempo después Luck también se fue con su cita dejando solos a Asta y a la chica peliroja frente a él.
- esto es aburrido, ¿Piensas hablar o eres demasiado buena para mí?- pregunto el pelicenizo.
- no te molestes en sacar tema de conversación, solo vine porque mis amigas me insistieron en que consiguiera un hombre que me ayudara con mis hermanos- explicó la chica peliroja mientras quitaba un adorno de su cabello.
- ¿Cuántos hermanos tienes?- cuestionó Asta.
- cuatro, ¿Tu tienes hermanos?- pregunto la peliroja.
- no... Tuve una crianza un poco difícil, de hecho no tengo familia- explicó el pelicenizo.
- ya veo... Lo siento- exclamó a modo de disculpa la pelirroja.
- no te preocupes, con el tiempo te acostumbras y además siento que nunca estoy solo- explicó Asta refiriéndose a los representantes que lo han ayudado.
- pero me imagino que ha de ser un sentimiento hermoso, el ver qué las personas que criaste crecen, saber que lo hiciste bien- exclamó el pelicenizo.
- lo es, cada vez que cumplen años, me siento muy orgullosa de ver el tipo de personas en las que mis hermanitos se están convirtiendo, de alguna manera me hace sentir que lo que sacrifico les está haciendo bien, aunque me preocupa que puedan caer en malos pasos- explicó Rebecca.
- no te preocupes, si se llegan a meter en un problema puedes llamarme, haré lo que sea para salvarlos- respondió el pelicenizo tomando un trago de su vaso.
