Cuatro son multitud (Chanmin)

Capítulo XIII

Hyunjin entró a su departamento y tiró su mochila en el piso, corrió rápidamente a su habitación para tomar la pequeña navaja afilada que tenía guardada en una cajita, para después irse a encerrar en el baño.

Se odiaba, se odiaba por amar tanto a Jeongin, por ser un mal amigo, ¿Por qué no podía cumplir con su rol como amigo? ¿Por qué se enamoró de él? Hay miles de chicos en el mundo, pero él decidió enamorarse de alguien que quizás nunca tenga ojos para él, se enamoró sabiendo que iba a perder.

— Te odio, te odio — Susurró mientras veía su reflejo.

Su labio inferior comenzó a temblar por las ganas de llorar que tenía reprimidas.

Se miró al espejo nuevamente e hizo una débil sonrisa.

"Tu sonrisa es fea tienes los dientes chuecos"

La primera lágrima salió acompañada de un corte en la muñeca. No sentía dolor, no sentía nada, su cuerpo parecía muerto y lo único que le dolía era su tonto corazón enamorado, quería acabar con ese maldito dolor, no quería que su corazón siga doliendo, no quería sentir dolor, ya no quería molestar con su existencia, sólo quería ser feliz, ¿Era mucho pedir?

Odia levantarse en las mañanas y ver el cielo gris aunque afuera el sol brille con intensidad, odia tanto el maldito juego de ajedrez en cual ella lo metió y en donde ella tiene el control, le elimina las ganas de vivir y con cada movimiento lo vuelve más pequeño, lo acorrala en un rincón oscuro, lo atormenta con mil pensamientos y le demuestra lo débil que es, lo llena de miedo y lo cansa.

"Para lo único que sirves es para molestar."

Otro corte en su muñeca.

"Tu nacimiento arruinó por completo su vida."

"Eres un desastre, me da vergüenza tenerte de hijo"

— Nadie te necesita.

"¿Por qué no puedes ser normal?"

"Te cortas para llamar la atención, mocoso".

"Tú único problema es que eres un malcriado y un debilucho, deja de inventarte enfermedades".

Pasaba la pequeña navaja una y otra vez sobre su muñeca izquierda. Su cuerpo temblaba y las lágrimas no paraban de salir, se sentía débil y le estaba costando respirar.

Levantó su vista y miró su reflejo por tercera vez.

Sintió asco, e inmediatamente vomitó.

Se sacó la ropa que cubría su torso, para después pasar la navaja por su panza, una y otra vez, no le importaba la sangre que salía, sólo quería que acabe el dolor.

— ¡Jinnie, abre! — Escuchó la voz de su hermano, pero no paró, ni respondió. — Jinnie, por favor, no me dejes, eres lo único que tengo — Pidió entre sollozos.

Hyunjin detuvó sus movimientos.

— Sólo estorbo en tu vida Jimin, soy una molestia, te haría un favor si me voy, si dejo existir..

— ¡No bebé, no digas eso, no eres una molestia!

— ¡Tuviste que volver y dejar tu sueño porque tuve otra decaída Jimin! S-siempre debes dejar tu vida de lado para cuidar la mía, no quiero seguir estorbando, quiero morir.

— Cariño, por favor, abre la puerta, necesito que abras la puerta, no me dejes, Jinnie, por favor pequeño.

Jimin al igual que su hermano estaba llorando, sentía a su corazón latir rápidamente y tenía tanto miedo, quería derrumbar la puerta pero sabía que eso podía alterar más a Hyunjin.

— Jinnie, cariño, mi única luz en está vida, eres tú y mi vida siempre ha girado en torno a ti, nunca vas a ser un estorbo, eres mi felicidad y la única razón por la que me levanto cada día, me das fuerza para seguir Jinnie y si no fuera por tu apoyo, quizás nunca hubiese seguido mi sueño, pequeño sé que hice mal en irme y dejarte sólo, pero ya estoy aquí y no me iré, haré mi carrera aquí, pero por favor, Jinnie, mi vida no tendrá sentido si tú me dejas, quiero que estés a mi lado cuando pueda cumplir mis sueños.

Hyunjin sintió como su respiración parecía volver a la normalidad, pero aún su cuerpo temblaba y sus lágrimas salían.

Se miró al espejo y vió toda la sangre que tenía, las heridas ahora si dolían, el dolor sentimental ya no era tan fuerte como para ocultar el físico.

A paso lento se dirigió hacía la puerta y quitó el seguro.

— Oh Jinnie, cariño...

Su hermano no dijo nada y lo abrazó, no le importó que su ropa se marchará con sangre, sólo quería tratar de consolarlo.

— Todo va a estar bien pequeño, no volveré a irme, ya no —  Jimin se separó de hermano y lo miró fijamente a los ojos — Te amo, Jinnie, te amo mucho, eres lo más importante que tengo, ¿Lo sabes — Hyunjin asintió.

— Yo también te amo Mimi.

Jimin soltó el aire que tenía reprimido en sus pulmones y luego con cuidado, llevó a su hermano a la habitación para curar sus cortadas.