CAPITULO 2

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Cuando despierto me encuentro que tengo una manta cubriendome todo el cuerpo. Sesshomaru ya no esta, supongo que se ha ido antes de que salga el sol. Cuando me he levantado he notado que me duele todo el cuerpo, he ido a la cabaña de la anciana Kaede y he encontrado a Inuyasha y a Kikio dormidos abrazados.
Al mediodía Inuyasha me ha dicho que estaba enamorado de mi, que si quería ser su novia y yo le he dicho que si. Nos hemos besado, Kikio nos mira desde detrás de la cabaña con recelo y yo estoy disfrutando. Entonces me doy cuenta que me suena como besa Inuyasha, creo que me recuerda a.
- ¡Sesshomaru! - pienso, entonces al recordar ese nombre me sorprendo y me apartó bruscamente.
- ¿Que pasa Kagome? - me pregunta
- Nada, nada, que he recordado a mi hermano, a mi madre y a mis hermanos, creo que deben estar muy preocupados por mi, mejor me voy a ver como puedo volver a mi mundo.
Despues de que me haya ido de allí, empieza a llover y me empapo toda. Me dirijo al pozo donde me ha dicho Sango que estaba. En un el árbol que tengo en frente de mi está el daiyõkai que me ha tapado con la pieza de ropa.
-¿Me explicas por que siempre que nos vemos tiene que llover a cantaros? - pregunto, pero en espero una respuesta ya que los he dicho de broma.
-No lo se, pero no odio la lluvia - me dice con aire ausente.
- Yo tampoco la odio, más bien me gusta la lluvia, no se, me hace sentir pura, libre, desinfectada, me reconforta y me hace olvidarme de todos mis problemas - le cuento, aún que no parece que le importe demasiado.
- Nadie te ha preguntado humana - me dice en tono frio como el hielo, eso me ofende y me estoy por ir cuando...
- humana, yo se el método para que vuelvas a casa, pero mis palabras tiene un precio - me explica con el tono un poco más cálido que lo habitual.
- Vale, pero me tienes que decir tu condición. - exclamó con un tono seco.
-Mi condición es que mates a kikio y que luego digas que fue Naraku.
- ¡No puedo hacer eso! - exclamó asustada.
- Bueno, entonces tienes que hacer lo siguiente... - Baja del árbol y me susurra al oido - tienes que darme algo muy importante para tí, y tu ya sabes que es ¿verdad?.
- Si, pero llegará a su tiempo. Vale, el trato es este: Tu me dices como volver a mi mundo y Yo te doy algo muy privado para mi.
- Acepto, el método para que vuelvas a tu casa es que saltes dentro del pozo.
Eso de saltar por un puente da un poco de miedo, espero que funcione, por que yo acabo de hacer un trato con el demonio...
Salto por el pozo y me vuelve a iluminar a luz violeta.

Cuando despierto estoy en mi casa, más bien en mi cama. Le explico todo a mi madre, que ha estado sentada a mi lado todo el tiempo que he estado desmayada. Ella no se puede creer que yo haya viajado a la edad media.
Pasado mañana tengo que ir al instituto y no se que dirán mis amigas, suerte que Hayer fue viernes y hoy es sabado. Lo primero que hago es darme un baño relajante para que me calme todos los dolores de por ir en el suelo, aún que pensaba que estaría todo más incomodo.

En el Sengoku, Inuyasha me esta buscando, Kikio lo seduce para que deje de buscarme y se cueste con ella.

Mientras tanto, yo estoy cenando.
El fin de semana se acaba muy rápido y en un abrir y cerrar de ojos es lunes.
Hoy me levanto y almuerzo, después me voy al instituto. Allí me encuentro que mis amigas corren hacia mi como si no me hubieran visto durante años.
-¡Kagome,Kagome! ¿Que te paso? ¿por que no estabas en casa? - preguntaron las tres a la vez.
-Calma, calma, porfavor de una en una - intento calmarlas, pero por detrás ven Hojo y me abraza, yo me pongo roja y entonces me pregunta que si tengo ya pensado si quiero ser su novia o no, le digo que hoy le llamaré y que le diré la solución.
Cuando camino hacia mi casa, me da la impresión de que pasará una cosa que no tengo preparada, una cosa que no me espero que pase.
Cuando llegó llegó a casa, lo primero que hago es dejar la mochila en mi habitación, después cambiarme y bajar al comedor para saludar a todos, cuando bajo me encuentro con Sesshomaru sentado hablando con mi abuelo.
-Kagome, ¿Quien es este lindo muchacho? - me pregunta mi madre.
-Se llama Sesshomaru y es un Daiyõkai muy poderoso, es el hijo de Inu No Taisho.
-No me gusta que nombre una extraña a mi padre. - me replica Sesshomaru.
- ¿Que haces aqui? Si se puede saber, claro. - pregunto esperando una aun que sea pequeñita respuesta.
- Me intrigaba saber donde vivía la novia de el hibrido.
- ¿Tienes novio? - pregunta mi madre
-Si, ahh, no , ¡Ahhhh! ¡ No se ! - grito descontrolada.
- Necesito que vuelvas a la era del Sengoku, con migo. - Manda Sesshomaru y yo acepto.
-Mamá mañana vuelvo con Sesshomaru a la era del Sengoku. -Afirmó con total tranquilidad y confianza en que mi madre lo entenderá.
- Claro hija, pero ¿Tan pronto?.
-Si mamá, tengo cosas que hacer.

Hayer por la noche tuve una división con mi madre sobre que si tenia que ir a la Era del Sengoku mañana o si podría quedarme un poco más. Pero no puedo, le prometí entregarle algo muy importante para mí y si lo hago lo antes posible me libraré de las deudas futuras con Sesshomaru.

Al otro lado del pozo esta Inuyasha y el grupo, están esperando antes aue yo salga del pozo, pero lo que no se esperan es que cuando yo salgo de el pozo alguien más sale también. Y ese alguien ya sabes quien es, no hace falta nombrarlo más. Por la noche la luna está muy bnita, está menguando y es super bonita, estoy en una cabaña a lo lejos lejos de lejos de el pueblo con el hombre al que le debo una deuda enorme.

RaindropsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora