Capítulo 7

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Las primeras horas que han pasado mis amigas en el Sengoku han sido desastrosas, ha comenzado a llover y les he propuesto salir a caminar por los alrededores ya que sí podríamos ver a Sesshomaru y a Rin.

Efectivamente, cuando nos paramos a descansar en al lado de un árbol resulta que Sesshomaru está descansando con mi hija Rin en brazos en una rama de ese mismo árbol.

- ¡Sesshomaru-sama!, ¡Rin! - los llamo para que bajen.

- Miko - me responde Sesshomaru enfadado.

- ¡Mama! - me saluda Rin saltando de los brazos de Sesshomaru.

- ¡Rin! - se alarma el Inu.

- ¡Rin! - la alcanzo a coger.

- mama - me agradece la pequeña.

- Sesshomaru-sama, ¿puede bajar a conocer a mis amigas? - pregunto esperándolo con la niña en brazos.

- Hmp - gruñe el saltando de la rama

- Gracias - le agradezco sonriendo - el es Sesshomaru Taisho, el hijo y sucesor de Inu no Tisho, también conocido como el Lord de el Oeste.

- Wow - el lo único que oigo decir a mis amigas al ver a Sesshomaru - que guapo.

- El es mío - digo y lo cojo de el brazo izquierdo, el me mira esperando una reacción de mi parte pero esta no llega nunca y me tiene que apartar de el.

-Miko dame a mi hija - me manda.

- Sí, sí - le obedezco - Rin ves con tu papá.

- Sesshomaru-sama - vuelve a salar de entre mis brazos y la coje el.

- Así que Kagome ha tenido un hija con solo 13 años - dice Eri con voz pícara.

- No, bueno, en realidad sí, pero - me intento explicar pero no me salen las palabras exactas - Sesshomaru explícaselo tu.

- No me gusta hablar con humanos y menos con ellas - critica y se va saltando de árbol en árbol, pero no antes de dejarme a cargo de Rin por deberes importantes en palacio, al llegar a la aldea se presenta Kikio desaliñada.

- Inuyasha, ayúdame - pide antes de caer desmayada en el suelo, al despertar nos cuenta todo lo sucedido - Yo estaba caminando por el bosque, llovía a cántaros y me encontré con Sesshomaru y su mocosa Rin - la señala pero Rin ya se ha quedado dormida - le pregunté por kagome, ya saben lo mucho que la quiero, la quiero como a una hermana pequeña, y entonces no se lo que pasó que le entró como odio de algo y me atacó sus látigos de veneno, y así he quedado - todos la creen, menos yo y el Kitsune con el nombre de shippo.

- Kikio, ya basta con tus mentiras, Sesshomaru no pudo haber hecho tal barbaridad.

-¿Como?, ¿Acaso lo defiendes? - insinúa.

- Como no la va a defender el es... - no la dejo terminar por que le pongo una mano tapándole la boca.

-No me lo puedo creer, que os creáis tal cosa - me levanto y voy al encuentro de el acusado a por respuestas. No ha cesado de llover y yo traigo el paraguas, veo al lord respaldado en  un árbol - Sesshomaru - lo llamo para que abra los ojos.

- Que quieres ahora, ningen - me hace saber.

- No piense que yo no le creo, pero... - empiezo.

- Suéltalo ya ningen - me exige.

- Kikio ha venido a pedir ayuda a la aldea donde se hospeda nuestra hija y ha contado que usted la ha agredido físicamente - le explico sin remordimientos - que sepa que yo no creo eso y que lo apoyo con todo mi corazón.

- Kagome, déjalo ya, estamos solos, titubéame, no me hables de usted, somos marido y mujer por culpa de un acuerdo yokai - me recuerda fríamente.

- Lo se Sesshomaru y te amo por eso no puedo dejar que alguien hable mal de ti - me sincero.



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